lunes, 11 de julio de 2011

PIEL DE TAURETE

PIEL DE TAURETE
11-07-2011.
Yosvani Anzardo Hernández
Periodista Independiente, Director del Periódico Digital Candonga

(www.miscelaneasdecuba.net).- A los cubanos nos gustan los taburetes,
son fuertes y cómodos, y para disfrutarlos hay que recostarlos a un
horcón bien plantado o a alguna superficie segura, resistente y no
resbaladiza. Una vez logrado nos sentimos bien y confiados.

En ocasiones usamos cualquier silla como si fuera un taburete y de esa
forma la estropeamos rápidamente. Eso sucede porque cualquier asiento no
sirve, y para construir uno se requiere del sacrificio de un chivo, cuya
piel sin curtir proporcionará fondo y respaldo. Lo fundamental es que se
requiere de un sacrificio y de un soporte a nuestras espaldas para
lograr esa comodidad y seguridad.

El taburete es un símbolo campesino que no solo a todos los habitantes
de esta isla les gusta, sino también a muchas otras personas en el mundo.

Es Cuba un gran taburete, para el cual hemos todos soltados la piel
durante muchos años cuan chivos expiatorios de una gran culpa. También
durante más de 50 años hemos buscado un soporte sustituto, encontrado
eventualmente y perdido siempre porque de nada vale encontrar uno fuera
de casa.

El horcón puede no ser parte del taburete, pero sin él, este es solo un
asiento común y corriente.

El no lograr ser lo que somos ha hecho que los cubanos tengamos la
autoestima baja, por ello estamos siempre diciendo que somos los
mejores, reímos aunque estemos con el alma ardiendo y presentamos
cualquier bobería hecho por nosotros como si fuera un adelanto
científico-técnico nunca antes visto por la humanidad aunque en verdad
sea ridículo, y es que no nos conformamos con la miseria en que vivimos;
aspiramos a mucho más y sabemos que podríamos lograrlo, pero no con las
manos atadas.

Es un complejo de inferioridad nacional inducido durante tantos años de
dependencia extranjera y muchos más de miseria aunque contemos con
suministros foráneos siempre a cambio de nuestra gente y de nuestro
orgullo, porque afortunadamente no nos queda nacionalismo. El hablar
tanto de producción sin lograrla nos ha hecho creer que somos incapaces
de alimentarnos y mucho menos de vivir decentemente. Por ello cuando
alguien nos recuerda lo mal que estamos, nos ponemos a la defensiva y
balbucíamos algo referido a la educación o la salud aunque sepamos que
es mentira; no lo hacemos por la mal llamada revolución, sino por
defender nuestra lastimada autoestima, y es que todo el que creyó en
algún momento en las promesas castristas, hoy se siente culpable de la
situación de su familia, y lo hace con razón.

Todo es tan claro, que incluso la dictadura proclama diariamente que no
puede vivir sin los recursos de los Estados Unidos y exige voz en cuello
que este país de créditos y suministre de todo. Por ello el afán del fin
del embargo, pero lo que pide la dictadura no es comercio pues ellos
nada tienen para ofertar, lo que requieren es abastecimiento desde ese
almacén nuestro llamado Estados Unidos.

Este por su parte continúa ganando respeto y hasta cariño pues hasta los
comunistas siempre han dicho que "los Yanquis son los malos que fabrican
bueno" y tener un equipo o propiedad americana ha sido siempre una
garantía, los carros con carrocerías americanas son intocables y tienen
traspaso mientras aunque sean de los años 30 mientras que las soviéticas
no. Si en un registro policial te encuentran un motor, la única forma de
evitar la confiscación es demostrar que es americano y si dices que tú
casa fue construida por los americanos ganas respeto.

Entonces, definitivamente el subconsciente de las autoridades
gubernamentales no ha permitido que los americanos dejen de ser parte de
nosotros, e incluso que con el tiempo sean cada vez más importantes. Por
otra parte, el poderoso es amado solo cuando no utiliza su poder para
infundir miedo al pueblo, y todos sabemos del poder de los Estados
Unidos, sus músculos se han visto en todo el mundo, menos aquí, tal vez
porque no hay razón para alardear en casa.

Paciencia, tolerancia y mucho amor se necesita para que un horcón espere
por su taburete. Y no sé lo que tú piensas aunque me interesa, pero
nuestra piel sin curtir lleva demasiado tiempo clavada a un poste a la
intemperie, es hora de armar nuestro taburete y recostarlo al único
Horcón que en verdad nos pertenece.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=32896

No hay comentarios:

Publicar un comentario