domingo, 9 de abril de 2017

Las autocracias electorales

Las autocracias electorales
[08-04-2017 16:51:27]
Pedro Corzo
Escritor, Periodista y Editor

(www.miscelaneasdecuba.net).- La muy cuestionada y apretada victoria del
heredero político de Rafael Correa, Lenin Moreno, es un serio revés para
quienes promueven en el hemisferio el despotismo electoral fundamentado
en el control de las instituciones del estado.
El candidato Moreno, quien fuera vicepresidente de Correa, comparte con
el mandatario saliente la responsabilidad de haber creado las
condiciones para lo que los populistas de izquierda califican como
refundación del país, la entelequia por medio de la cual convocan a una
nueva constitución con el objetivo final de controlar los poderes
públicos para establecer una dictadura institucional.

Después de la derrota del oficialismo en Venezuela, que resultó en la
perdida de la mayoría en la Asamblea Nacional y los resultados
electorales en Argentina y Perú, la destitución de Dilma Rousseff y la
caída de popularidad del boliviano Evo Morales que según una reciente
encuesta solo el 17 por ciento de la población confía en su gestión,
todo parece indicar que los "salvadores" van a tener que inventarse un
nuevo discurso para seguir manejando la masa electoral que creyó
ciegamente en sus promesas redentoras.

Aparentemente un amplio sector del electorado está harto de personajes
que llegaron al poder demonizando la política y al asumir el control
actúan aun peor que sus predecesores y salvo contadas excepciones, con
la única meta de imponer un régimen unipersonal sin fecha de vencimiento
en el que la corrupción gubernamental y privada alcanza cotas sin
precedentes.

Ni uno solo de los gobiernos surgidos en la doctrina, si así se puede
llamar, del Socialismo del Siglo XXI, ha demostrado ser eficiente y
capaz de mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos, por el
contrario, han impulsado el crecimiento del estado favoreciendo la
corrupción económica, pública y privada.

A la ineficiencia generalizada hay que agregar que la capacidad
represiva de las autoridades se acrecienta y cierne sobre toda la
sociedad. La inseguridad y la desconfianza se agrandan a niveles sin
precedentes. El individuo teme por él, su familia y bienes y hace todo
lo posible por pasar inadvertido para no convertirse en un objetivo del
estado o sus partidarios.

La confianza de los ciudadanos en todos los mecanismos del gobierno,
aunque sean poco relevantes públicamente en las democracias, como son
los tribunales electorales y judiciales se quiebra por completo,
condición que favorece la abstención electoral, a la vez que los
resultados de los comicios son sistemáticamente cuestionados por quienes
no conquistan la victoria, porque no hay seguridad en los dispositivos
usados para arribar a los resultados.

Las crisis que se generan en todos y cada uno de los países controlado
por el SSXXI una derivación del castrismo, se extienden a todo el
hemisferio, en particular a las organizaciones regionales que se niegan
a ser instrumentos de estos gobiernos despóticos.

Por otra parte hay que admitir que estas autocracias practican una
verdadera solidaridad. Se apoyan mutuamente sin entrar a considerar si
la parte en conflicto está actuando legítimamente o simplemente en
virtud de sus intereses de sobrevivencia, como lo demostró la
cancillería boliviana por medio de su embajador ante la Organización de
Estados Americanos, OEA, al cancelar una convocatoria previa hecha al
Consejo Permanente de la institución con el objetivo de discutir la
situación de Venezuela.

Mientras los venezolanos rechazaban el golpe institucional de Nicolás
Maduro y se apreciaban las contradicciones del régimen y posibles
fisuras en el poder, la OEA, fue en el exterior, el principal
escenario de la crisis del país sudamericano.

En la entidad regional, como nunca antes en el pasado, se evidenció el
compromiso con la democracia de la mayoría de los países miembros,
porque a pesar de la revocación de Bolivia de la sesión, una veintena de
países acordó debatir el tema que concluyó instando al gobierno de
Venezuela a garantizar la separación e independencia de poderes, y a
restaurar "la plena autoridad" de la Asamblea Nacional.

La penosa realidad es que estos regímenes autocráticos gestan un coctel
muy peligroso para el futuro de los países que controlan porque
incentivan los conflictos sociales, endeudamiento nacional, división de
clases, la inflación, escases de productos básicos y la polarización,
impulsando una desconfianza generalizada que es el mejor abono a la
desesperanza ciudadana.

Source: Las autocracias electorales - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/58e8f8ef3a682e0a1c9553b3#.WOornNJ976Q

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