"Esta vez vino un tipo amenazando"
"Me asomé a la ventana con la cámara y le dije, 'Bueno y quién tú eres'
y él me dijo: 'tú sabes'"
Viernes, abril 21, 2017 | María Matienzo Puerto
LA HABANA, Cuba.- La galería independiente El Círculo, sita en la calle
10, #316, estará abierta, todos los días, después de las 8 de la noche,
para todo aquel que quiera disfrutar del documental Nadie del cineastas
Miguel Coyula.
Es la respuesta que encontraron los organizadores de la proyección tras
el despliegue represivo del pasado 15 de abril. La casa del cineasta
también estará abierta al público interesado.
Lia Villares, músico, activista y una de las dueñas de la galería;
Miguel Coyula y Lynn Cruz, actriz y productora de Nadie, debaten los
hechos para Cubanet, como suelen hacerlo los cubanos: interrumpiéndose,
gritando, disintiendo entre ellos y tratando de no quedar de enemigos al
final.
"Esta vez vino un tipo amenazando. Claro, me asomé a la ventana con la
cámara y le dije, 'Bueno y quién tú eres' y él me dijo: 'tú sabes'. A lo
mejor él no quiso decir nada delante de la cámara. Él solamente me dijo:
'Cuidado', como que yo me tenía que imaginar el resto de la amenaza."
Coyula y Lynn Cruz coincidieron que la actitud tanto de la policía como
de "el tipo del vídeo", era de mafiosos. A Lia le parece, como dijera
Wendy Guerra, "un jinetero ilustrado".
Coyula hace una caracterización de los represores del sábado: "Ahí en
21", y se refiere a la calle donde fue interceptado. "Había uno de 20
años que era como la cara afable de los otros. Cuando empezamos a
preguntar entonces vinieron otros tres más toscos. Un uniformado nos
pidió el carnet y uno de los de civil comienza a compararnos con una
lista que tenía impresa. Al final no pudimos pasar".
"Michel Matos, entre otros, fue identificado al momento", cuenta Lia.
"Un joven dijo 'ese es Michel Matos de Rotilla'. Ellos tenían bien claro
el perfil de la gente que podía venir."
"A todo el mundo le decían que había un operativo, como si fuéramos
delincuentes", recordó Lynn.
Lia Villares sabe que "nada de esto es nuevo". Ella tiene la experiencia
también de los operativos en Estado de Sats: "Esto es un acto
contrarrevolucionario. Da igual lo que sea, si es la presentación de un
documental, una exposición o una lectura de poesía".
A una amiga de la familia Coyula le dijeron que había sido "víctima de
una trampa tendida por contrarrevolucionarios", cuenta Miguel.
Y la pregunta que se impone es directamente al cineasta: ¿Es tu
documental un acto contrarrevolucionario?
"Al contrario", responde y reconoce la génesis de la censura de Nadie.
"Todo tiene su origen en una serie web que se hizo en el 2015, eran
capítulos cortos, no todos de temas políticos, pero había un episodio
precisamente la relación entre artistas y políticos. Entonces, un Dj muy
conocido me dio la música para la serie y enseguida, cuando sale en
YouTube, lo llaman del Ministerio de Cultura, que a su vez había llamado
a su jefe en el Laboratorio de Música Electroacústica, y lo obligan a
hacer una carta repudiándome, diciendo: 'no te autorizo que uses música
en materiales contrarrevolucionarios y de trasfondo político'."
Coyula respondió con argumentos de artista: "Si lo que yo hago es
revolucionario o no, es una decisión que siempre le he dejado tomar a
los críticos, no a los políticos ni a los funcionarios de turno, porque
no me interesa lo que tienen que decir".
Y brinca para lo que los tres entrevistados llaman "sus derechos":
participar de la política o tener mantener una actitud política ante la
vida.
Coyula continúa: "Han secuestrado el significado de la palabra
revolución". Pero Lia cree que el secuestro ha sido perpetrado contra la
"palabra política".
Para Lynn, es un "contrasentido, ser ciudadano sin ser político, hasta
ser apolítico es una posición política".
"Habría que hacerles entender —interviene Lia — que no es lo mismo ser
político como profesional, que tener una actitud política".
Con la acotación de Lia, salta Coyula: "Lo he dicho en todas mis
películas, yo no soporto a los políticos, ni de izquierda ni de derecha,
ellos y yo no tenemos nada que ver. Mi generación tiene una suerte de
esquizofrenia por haber crecido aquí, miramos a todos los políticos con
desconfianza".
"Eso también lo dice Alcides en documental —intercede Lía—. La
complacencia de los intelectuales con los políticos lleva a novelas con
lenguajes cifrados para hablar de política".
Lynn cree que ese es uno de los motivos por los que la gente habla tan
mal en la televisión: "Si no puedes decir lo que piensas caes en una
suerte de cantinfleo con miedo a cometer errores y a ser malinterpretado".
Para Coyula el principal miedo está en el miedo a mencionar el nombre
del culpable: "Todo el mundo evita mencionar el nombre de Fidel, que fue
que absorbió la revolución, la abrazó y las asfixió, no la dejó
convertirse en un proceso que debió haber sido superior a él, aunque él
la hubiera protagonizado. Eso es lo que pasa en el documental, el
término contrarrevolucionario viene por tratar directa y críticamente la
figura de Fidel Castro. En el arte y en la realidad cubana las cosas
suceden mágicamente, se puede ser crítico pero sin mencionar nunca a
Fidel como responsable".
Y la algarabía ataca nuevamente al grupo. Lynn habla de su concepto del
"miedo" y Lia de los "temas tabú".
Entonces se entra en otro tema que abarca al cine cubano y a su gremio,
la autonomía de pensamiento y las relaciones de poder.
Lynn cree que "aceptar compartir tu obra en espacios independientes,
implica definición. Se supone que si haces un arte fuera de la
institución no puedes estar esperando que después esa institución te
abrace. Esa es una de las confusiones de los cineastas independientes.
Son independientes pero luego quieren que la institución los absorba, ni
siquiera para que les de presupuesto, porque aquí no hay dinero para
hacer películas".
"Sí, por relaciones comerciales", interrumpe Coyula. "Si hago cine en
Estados Unidos, jamás se me ocurriría exigirle a Hollywood que me
proyecte en sus salas comerciales porque no va a suceder. Pero a
diferencia de aquí, allí sí hay espacios independientes donde puedes
poner tus películas sin que nadie intervenga".
"Mi casa yo la puedo convertir en lo que quiera, en un centro cultural
si quiero", retoma la palabra Lynn. "Y como no cobro la entrada, no me
pueden decir que es con ánimo de lucro o que estoy evadiendo impuestos".
"Desde el punto de vista legal no hay por dónde cogernos", agrega Coyula.
Según el cineasta, lo que sucede es que "muchos de estos cineastas
independientes comienzan haciendo cine así, pero lo que quieren es
terminar siendo asimilados por la industria. Empiezan independientes
porque no tiene otra manera de hacerlo. Son películas independientes
desde el punto de vista de producción, sin embargo, responden a fórmulas
narrativas, tanto en contenido como en forma, como un cine Mainstream. Y
yo lo que siempre digo es que si uno va a hacer un cine independiente
realmente lo que tiene es que tomar ventaja de que no hay que rendirle
cuentas a nadie y hacer un cine independiente en espíritu".
Él ha visto a muchos cineastas independientes rechazar a otros de su
misma condición, como es el caso de la prensa. "¿Entonces eres un
cineasta independiente y no quieres nada con la prensa independiente?"
Lia Villares cree que, en este punto de la conversación, hay que
regresar al miedo de Virgilio Piñera: "Ese miedo se traduce a los
intelectuales que no están definidos. Cuando un intelectual empieza a
hablar sin cortapisas, el miedo pasa a todo el aparato represivo. Ellos
(el régimen) le tienen un miedo enorme y horrible a una red de gente que
lo que tienen en común es un espíritu joven, la necesidad de ser
independiente y que, en esa condición, no va a rendirle cuentas a nadie
ni depender del financiamiento de ellos".
En ese punto coinciden todos.
Source: "Esta vez vino un tipo amenazando" CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/esta-vez-vino-un-tipo-amenazando/
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