viernes, 27 de enero de 2017

Artes marciales, propiedad del Estado

Artes marciales, propiedad del Estado
Las sociedades independientes que las practican son vistas con recelo
por el gobierno
Jueves, enero 26, 2017 | Ernesto Aquino

LA HABANA, Cuba.- Las artes marciales en Cuba comenzaron a popularizarse
a través de los filmes del género que entraban al país y que se
extendieron rápida y masivamente. Como consecuencia de estas películas,
sobre todo las protagonizadas por el legendario Bruce Lee, un número
cada vez mayor de ciudadanos comenzó a interesarse en la práctica de
estos sistemas de lucha.

Sin embargo, como la política estatal deportiva no contempla la
masificación de estas artes de lucha y la demanda de los interesados
aumentaba, comenzaron a crearse sociedades independientes sin fines de
lucro, con una gran disponibilidad y variados programas de enseñanza al
alcance de todos.

Tomás López Rodríguez, un maestro cinturón negro séptimo dan, de 65 años
de edad y que enseña mugendo, jiu-jitsu, krav-magá, pelea callejera y
defensa contra armas, nos habla de cuánto se puede "cuantificar la
calidad social de los grupos humanos con la práctica sistemática y
disciplinada de las artes marciales".

"No todo es patadas y piñazos. Las Artes Marciales aporta invaluables
beneficios espirituales, éticos y morales; mejora considerablemente la
salud física, contribuye al equilibrio mental, educa el carácter y
desarrolla la autoconfianza", dice López Rodríguez, quien además imparte
clases especiales para discapacitados.

El maestro Tomás López, quien ha dedicado 50 años de su vida a las artes
marciales, es del criterio que "una política educativa eficaz debía
considerarlas como parte del sistema de enseñanza desde el nivel
primario, y eliminar la rutina de una educación física tradicional que
no se identifica con los intereses de los educandos".

En Cuba, las sociedades de artes marciales son aceptadas y reconocidas
por el gobierno como Organizaciones No Gubernamentales (ONG), pero no se
les autoriza el ejercicio del trabajo privado, por lo que su práctica es
legalmente polémica y susceptible de ser considerada una desobediencia
civil.

Dayán Romeu Santana, de 37 años, certificado como representante oficial
de la subsidiaria cubana de yuen kay san wing chun, un sistema de
defensa personal proveniente de China, lamenta "la falta de apoyo
oficial y las constantes trabas burocráticas que limitan la expansión de
las artes marciales".

Para Romeu Santana, quien es además licenciado en Mecanización, máster
en Ciencias Técnicas Profesionales y candidato a doctor en Ciencias
Energéticas, "resulta incomprensible que la revolución haya desarrollado
programas educativos y culturales al alcance de todos los cubanos y
limite tanto las posibilidades para la expansión de las artes marciales
a nivel social", aunque reconoce que en el interior del país "los
gobiernos locales son más receptivos y colaboradores, a pesar de los
escasos recursos de que disponen".

El Instructor de wing chun, con 28 años dedicado a la disciplina, ha
constatado sus beneficios terapéuticos trabajando con autistas, débiles
visuales, parapléjicos, adultos mayores e impedidos físicos con
problemas psicomotores, sin pasar por alto que "las artes marciales
desarrollan habilidades y capacidades defensivas, que aumentan la
autoestima, el nivel de responsabilidad y la capacidad de sacrificio".

Algunos entrevistados que prefirieron no identificarse se refirieron al
boxeo, karate, judo, lucha libre y grecorromana y el taekwondo como "los
únicos deportes marciales que el gobierno apoya con recursos" porque los
utiliza con "fines políticos".

"Las otras variantes de las artes marciales que se practican en Cuba, y
que se desarrollan desde sociedades independientes y con recursos
propios, el gobierno las agrupa y controla bajo la FCAM (Federación
Cubana de Artes Marciales)", continuaron explicando los entrevistados
que protegieron su identidad.

"Y la FCAM deja muy claro en sus estatutos que la Federación 'no ampara
ni auspicia, ni promueve la práctica de las artes marciales con fines
lucrativos o comerciales'", concluyeron.

La labor educativa y formadora de valores que están alcanzando las
sociedades independientes de artes marciales, sus importantes resultados
en el rescate y reinserción social de ciudadanos marginales y sus
aportes indiscutibles a la terapéutica en el trabajo con los
discapacitados, entre otros logros, carecen de utilidad para los
intereses propagandísticos del régimen cubano.

Source: Artes marciales, propiedad del Estado | Cubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/en-cuba-las-artes-marciales-son-propiedad-del-estado/

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