Una historia igual que muchas que deben ser contadas
13 diciembre, 2016 8:47 pm por Tania de la Torre Montesinos
Manzanillo, Granma, Tania de la Torre, (PD) Aydelis Ramírez Gutiérrez
vivía en Casal #115, en Manzanillo, en un cuarto donde dormían 10 personas.
Tiene 29 años de edad y dos hijos que tuvvo por cesárea: Lisandro
Martínez, de 6 años, y Jefferson Silveira, de 2.
Aydelis padece de la glándula tiroides, glaucoma y de trombopatía
(alteraciones en las plaquetas). Además, ha sido operada de quistes en
los ovarios y de la vesícula.
Los médicos decidieron practicarle una ligadura. El 10 de diciembre de
2014 le realizaron la intervención quirúrgica. Al año y dos meses
comenzó a presentar los síntomas propios del estado de gestación. Cuando
asistió al hospital gineco-obstétrico "Fe del Valle", le corroboraron su
embarazo por un fallo en la ligadura aplicada. No se le pudo realizar la
interrupción por su enfermedad trombopática.
Ya con 37 semanas de gestación y sus dos pequeños hijos, se vio en la
calle, sin un lugar para vivir. Su caso lo había planteado en varias
instancias y no tuvo respuesta alguna.
En la calle José Miguel Gómez #161 encontró un local que llevaba seis
años cerrado sin que el gobierno se lo hubiera facilitado a alguna de
las numerosas personas necesitadas de vivienda de la zona.
El local en otros tiempos fue una escuelita donde recibían clases los
obreros del taller de confecciones de corte y costura Antares Camilo
Cienfuegos conocido como "La Aguja", donde confeccionaban uniformes y
lencería. El local deshabitado y cerrado se entregó al Instituto de la
Vivienda.
Aydelis Ramírez lo ocupó de forma ilegal, pero al mes de estar viviendo
allí, fue visitada por el Director Municipal de la Vivienda y por
miembros del Ministerio del Interior y amenazada con ser desalojada.
Los vecinos de la cuadra la han apoyado para que no abandone el local.
Aydelis volvió a quedar en estado de gestación. En su caso, por las
enfermedades que padece, las cesáreas resultan peligrosa
En Manzanillo hay muchos locales que llevan años cerrados, pero a las
personas sin viviendas que los ocupan, inmediatamente los desalojan.
Por ejemplo, un local en la calle Loynaz que fue ocupado por dos
familias que fueron desalojadas, continúa cerrado y propiciando la
proliferación de mosquitos, cucarachas y roedores. El local es contiguo
a la tienda de víveres conocida como "La Invasión".
Las autoridades prefieren mantener locales cerrados que se echan a
perder por la falta de mantenimiento, antes que entregarlos a personas
necesitadas.
comuni.red.comunitaria@gmail.com; Tania de la Torre; Teléfono: 23574953
*Red Cubana de Comunicadores Comunitarios
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