Jaruco, un río enfermo
Las comunidades pesqueras locales se han visto afectadas por la
contaminación
Jueves, diciembre 29, 2016 | Reinaldo Emilio Cosano Alén
LA HABANA, Cuba.- Nada hacen las autoridades para eliminar los trozos de
concreto y cabillas lanzados al río Boca de Jaruco desde el puente en la
carretera Vía Blanca que da acceso al pueblo de Jaruco, al norte de la
provincia Mayabeque.
Se anunció en octubre, con gran despliegue en la prensa nacional, la
terminación de la reparación al viaducto, transcurrido más de medio
siglo sin pasarle la mano. Pero no se mencionó en la reinauguración que
los restos precipitados al lecho de la corriente no fueron removidos.
Tampoco dijeron que la patana que debió enviarse desde Santiago de Cuba
para recoger los desperdicios y botarlos mar afuera nunca llegó.
El ambientalista y fotógrafo Ibán Guerra Hernández, residente en Boca de
Jaruco y preocupado por el emblemático río, conversó con trabajadores
del puente acerca de los daños por los desplomes, que alteran la
limitada capacidad de regeneración del río y, por el contrario, lo
perjudica más.
"No es responsabilidad nuestra sino del gobierno", cuenta que le
dijeron. "Ordenaron tumbar las partes corroídas. No somos culpables por
daños al río y a los pescadores. El Ministerio de la Construcción es el
responsable. Prometieron colocar una patana bajo el puente para recoger
los deshechos, que serían eliminados lanzándolos mar afuera, pero nunca
llegó. Disculpe, pero a nosotros más nos preocupan las malas condiciones
de trabajo, falta de seguridad personal, deficiente alimentación,
incumplimientos en el pago, la no entrega a tiempo del plus en divisa
por sobrecumplimiento. El asunto del río no es de nosotros.
Unos setenta pescadores de la cooperativa pesquera Jarumar, asentada en
una de las márgenes del Jaruco, van y regresan de pescar siempre con el
temor por posibles daños a sus naves mientras transitan por el río.
"Si tenemos averías en la quilla, ¡imagínese! Después será casi
imposible conseguir un pedazo de tabla o un clavo de bronce para
reparar. Ningún patrón de barco será indemnizado por averías, práctica
que apenas se conoce en Cuba, mucho menos se aplica", explica uno de los
pescadores bajo condición de anonimato.
José Luis, del barrio Naroca, razona: "Si la patana no la trajeron a
tiempo, mucho menos se ocuparán ahora de traerla para recoger los
escombros. Se necesitaría gran inversión, pesados equipos, obreros
calificados, una patana. Ni pensarlo. Bomba de tiempo ecológica".
Prosigue Guerra: "Pescadores recuerdan una experiencia anterior. Al
navegar bajo el puente hacia el mar, el casco de las embarcaciones se
impregnaba de asfalto por salideros de un oleoducto abandonado, y las
capturas se reducían por el fuerte olor que alejaba a los peces".
Se eliminó ese escape, pero continúan fugas de petróleo y gas metano
provenientes de campos en explotación cercanos de la Empresa de
Perforación y Extracción de Petróleo de Occidente (Cubapet) y compañías
extranjeras, próximos a Boca de Jaruco
Vecinos y comunidades cercanas se quejan por el fuerte olor del gas
metano que en ocasiones los envuelve según la dirección del viento, en
tanto el viscoso crudo corre lento pero persistente entre los
intersticios del "diente de perro" —roca predominante en la región— para
finalmente llegar y contaminar las costas del litoral atlántico y del
río, llevado por las olas y el movimiento de las mareas, que proyectan
el hidrocarburo mar afuera y de vuelta a la orilla con consiguiente
afectación en la flora y fauna de ambos y los manglares, —hábitat y
refugio, alimentación y reproducción de especies autóctonas—,
rompiéndose la cadena de sustento de diferentes especies acuáticas.
Otros vertimientos industriales y domésticos son lanzados al río sin
ningún tipo de contención ni depuración, y empeoran la salud del
torrente en el largo recorrido del río Jaruco.
La agresión medioambiental al río y territorios circundantes es grave.
Los deshechos de las poblaciones ribereñas, así como de vaquerías y
cochiqueras a lo largo del recorrido van directamente a la corriente,
sin ningún proceso de depuración, sin que nada indique interés de las
autoridades para librar al río de tanta carga contaminada,
independientemente de que tampoco se le juzga por sus relevantes méritos
históricos desde la época colonial e indiscutible belleza paisajística.
El río está enfermo. La alarma está dada.
cosanoalen@yahoo.com
Source: Jaruco, un río enfermo | Cubanet -
https://www.cubanet.org/mas-noticias/jaruco-rio-enfermo/
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