Posada vs. Castro: ¿duelo histórico?
Muchos de los que pensaron matar a Fidel Castro también querían ver el
entierro
Arnaldo M. Fernández, Broward | 30/11/2016 3:50 pm
Casi nadie se avergonzó en Miami de que Fidel Castro muriera de viejo.
Hay jolgorio porque falleció en cama tras haber gobernado el país como
le vino en ganas y hacerlo leña sin que nadie pudiera impedirlo. Entre
los pocos que declararon alegrarse al principio, "pero después no", está
Luis Posada Carriles, quien "lamenta que la muerte de Fidel llegara tan
tarde" (El Nuevo Herald, 26 de noviembre de 2016), aunque considera que,
a pesar de todo, es "un triunfo".
Posada Carriles había soltado ya en agosto de 2015, hospitalizado por
accidente de tránsito, que para ganar su partida frente a Castro solo
necesitaba quedar vivo tras morir este, como si los desenlaces naturales
de la biografía redimieran de los fracasos en la historia. Ahora planteó
que "Castro buscaba la oportunidad para matarme a mí y yo para matarlo a
él", como si ambos compartieran el mismo fracaso histórico.
Paradójicamente, el propio Posada Carriles había confesado antes a Juan
Manuel Cao ("El Espejo", América TeVé, 1ro. de enero de 2014) que debía
su vida por partida a doble a Fidel:
En sus años mozos como estudiante universitario, al persuadir Castro a
Guillermo "Billiken" García, otro pistolero de su pandilla Unión
Insurreccional Revolucionaria (UIR), de que no matara a "Posadita"
Al ordenar Fidel que no lo mataran, según Norberto Fuentes, tras
informar el seguroso Tony de la Guardia que habían detectado a Posada
Carriles en Centroamérica
A este último respecto, el marco temporal corre desde la fuga de Posada
Carriles (agosto de 1985) hasta la detención de Tony de la Guardia
(junio de 1989) y entonces se resiente la alegación de Posada Carriles
en sus memorias Los caminos del guerrero (1994): que el atentado contra
él en Tegucigalpa, el 28 de febrero de 1990, había sido ordenado por
Castro*.
El casco y la mala idea castristas achacan este atentado a no se sabe
qué arreglo de cuentas por narcotráfico, como si la guerra civil en
Guatemala no hubiera generado pistoleros de sobra con el prurito
izquierdista de hacerle a Castro un regalo envuelto en mortaja. Sin
embargo, la alegación de Posada Carriles tampoco descansa en pruebas ni
tiene sentido que Castro haya cambiado de parecer tras el episodio con
De la Guardia. Por el contrario, los agentes del FBI que viajaron en
junio de 1998 a Cuba —para investigar las explosiones de 1997— vieron un
video de vigilancia del G-2 en El Salvador y se cayó de la mata que,
antes de liquidarlo, Castro prefería filmar a Posada Carriles. No por
gusto Hugo Chávez mandó a rodar hasta una película: Alias Bambi C-4.
Uno de los agentes del FBI explicó a la periodista Ann Louise Bardach:
"They'll never get better propaganda than Luis Posada". Así es. Antes de
buscar oportunidades para matarlo, Castro redobló con Posada Carriles
por todo el mundo en campañas de agitprop que fueron más allá de
presentarlo como fugitivo de la justicia, por la voladura del avión
cubano en Barbados, o como mastermind de las explosiones del 97, para
endilgarle planes de sabotear la plataforma de prospección petrolera
Scarabeo 9 frente a La Habana, prenderle candela a la agencia de viajes
de Vivian Fuentes-Lage [Manerud] en Coral Gables y hasta organizar
atentados contra Chávez y Nicolás Maduro.
Solo que Posada Carriles tampoco puede vanagloriarse mucho de haber
buscado oportunidades para matar a Castro. A tal efecto viajó a Panamá y
cayó preso a poco de aterrizar Castro, el 17 de noviembre de 2000, quien
ya sabía hasta el celular que usaba Posada Carriles. Más ilustrativo aún
es otro intento malogrado. Tras el fiasco de ultimar a Castro en
Santiago de Chile con un arma escondida en cámara de televisión, Antonio
Veciana planificó matarlo al hacer escala el avión de Castro en Quito y
consiguió el fusil con que Posada Carriles debía pegarle un tiro en la
cabeza. Sin embargo, el francotirador exigió vía segura de escape y al
cabo ni viajó a Ecuador. Así confirmó, junto con muchos otros, la regla
cubiche de cómo ganarle la partida a Castro: quienes se dispusieron a
matarlo querían también ver el entierro**.
Y es así como, definitivamente, tras haber celebrado la sirimba
intestinal de 2006, Miami celebra la muerte de Castro el Viejo sin
reparar qué nos deja como legado: muerto Raúl, "¡detrás de él vendrá
otro, y detrás otro, y detrás otro y detrás otro!".
* Posada Carriles fue atacado por tres lados a la salida de su
apartamento, pero tiró el carro encima de quien disparaba enfrente y
salió a la avenida principal, ya con su Beretta en la mano, perseguido
por una camioneta con dos hombres que tiroteaban desde la cama. Pisó el
freno, abrió la puerta más lejana y liquidó a la pareja, pero recibió
sendos balazos en el brazo izquierdo, la mandíbula y el pecho. Así y
todo, manejó hasta una gasolinera, desde donde sería trasladado al hospital.
** Después de "noticiarse" la construcción de un mausoleo con marmolitos
rosados para Fidel Castro en Santa Ifigenia, todo parece indicar que
será inhumado en el Panteón de los Mártires del 26 de julio, restaurado
en mármol rosado mucho antes de darse la "noticia".
Source: Posada vs. Castro: ¿duelo histórico? - Artículos - Cuba - Cuba
Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/posada-vs-castro-duelo-historico-327850
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario