General, libere a los encarcelados injustamente
Raúl Castro tiene la facultad para actuar en este preciso instante
Viernes, diciembre 16, 2016 | Alberto Méndez Castelló
LAS TUNAS, Cuba.- Un médico, el doctor Eduardo Cardet, y un artista
plástico, y el artista is Danilo Maldonado ('El Sexto'), fueron
detenidos el pasado noviembre y todavía hoy permanecen encarcelados.
Ellos son los presos más conocidos de esta nueva temporada de arrestos y
encarcelamientos. Pero no son ellos solamente. Como sus casos, hay más
en las cárceles de la Isla por un motivo único: la selectiva,
discriminatoria y enconada aplicación de las leyes en Cuba a la hora del
régimen enfrentar a sus opositores.
Ajustado no sólo al derecho universalmente aceptado, sino también a las
leyes cubanas, esta Navidad esas personas debían estar junto a sus seres
queridos y no encerrados en las cárceles.
Tanto la esposa del doctor Cardet, residente en la provincia Holguín,
como la señora madre de 'El Sexto' en La Habana, han confrontado
dificultades para contratar los servicios de abogados defensores.
"Pero él está loco", escuché decir a la madre del Sexto, refiriendo a
reporteros radiales la respuesta dada por una jurista, cuando ella,
procurando asistencia letrada, fue a cierto bufete colectivo y narró a
la abogada el crimen de su hijo: escribir en una pared "se fue" tras el
fallecimiento de Fidel Castro, constituyendo la escritura sobre el muro
un "delito de daños", según sus acusadores.
El crimen del doctor Cardet fue relatado por su esposa a reporteros de
Radio Martí. El periodista Tomás Cardoso, conductor del programa Cuba al
Día, me contó la historia que, si no fuera trágica, guarda más parecido
con una disputa solariega entre niños que con el prontuario judicial de
un hombre preso: "Lo acusan de atentado, dicen que fue sobre los
policías con una bicicleta".
Dando por cierto el "daño" cometido por 'El Sexto' al escribir dos
palabras sobre un muro, y el "atentado" del doctor Cardet yendo sobre
los policías con su bicicleta, cualquier jurista cubano medianamente
entendido en Ciencias Penales, incluso esos renuentes a asumir la
defensa de estos acusados ya en calabozos, saben perfectamente que estas
personas nunca debieron ser procesadas cuales criminales y mucho menos
ser enviadas a prisión preventiva, avenida ya, para su encarcelamiento
ulterior.
Y el primer conocedor de esos encarcelamientos injustos es el general
Raúl Castro. El precepto en cualquier manual de dirección es
inobjetable: "Quien dirige delega autoridad, pero la responsabilidad es
indelegable".
Como indelegable es la responsabilidad del General-Presidente del
Consejo de Estado en sus atribuciones constitucionales a la hora de
"dictar decretos-leyes" y, al mismo tiempo y en caso necesario, dar a
las leyes vigentes "una interpretación general y obligatoria."
Pero el Decreto-Ley No. 310 del general Raúl Castro, vigente desde el
1ro de octubre de 2013, herramienta jurídica que debió salvar de las
rejas al doctor Cardet, a 'El Sexto' y a tantos otros, no precisa de
"interpretación general y obligatoria" por ser bien preciso: "En
aquellos delitos en los que el límite máximo de la sanción aplicable no
exceda de tres años de privación de libertad o multa de hasta mil cuotas
o ambas, la autoridad actuante está facultada para en lugar de remitir
el conocimiento del hecho al tribunal, imponer al infractor una multa
administrativa."
Dicho de otro modo, esto es multar para no encarcelar. Y para ello sólo
es preciso cumplir con dos requerimientos: "la escasa peligrosidad
social, tanto por las condiciones personales del infractor, como por las
características y consecuencias del delito", prerrogativa sujeta a la
aprobación del Fiscal.
Puede imputarse al doctor Eduardo Cardet, a 'El Sexto', o a cualquier
persona comprometida con el activismo político pacífico, plural,
peligrosidad social por embriaguez habitual, narcomanía, actos
violentos, violaciones del derecho ajeno, explotación de vicios
reprobables, o comportamiento en general dañino de las reglas de
convivencia universalmente aceptadas… Muchos podrán diferir de sus
opiniones políticas; aun así es poco probable que personas como ellas
tengan detractores de su comportamiento moral.
El delito de "atentado" imputado al doctor Cardet prevé una sanción
máxima de tres años de privación de libertad. La sanción máxima del
delito de "daños" por el que se acusa a 'El Sexto' es de un año de
privación de libertad; luego, el doctor Cardet, 'El Sexto' y tantos
otros acusados como ellos, ajustado a derecho pueden beneficiarse por el
Decreto-Ley No. 310 del general Raúl Castro, si verdaderamente estamos
hablando de cambios en Cuba, pues en tal decreto el general Castro dice:
"Los cambios y transformaciones que han tenido lugar en el ámbito
económico y social del país, la situación actual de las manifestaciones
delictivas, los requerimientos de la práctica judicial, la necesidad de
mayor eficacia en la prevención y enfrentamiento al delito, demandan
actualizar las disposiciones legales a fin de contribuir a la aplicación
más coherente de la política criminal trazada por el Estado".
Bien. Este es el momento de mostrar al mundo que el gobierno cubano en
realidad busca la mejoría de sus ciudadanos sin importar como piensan o
actúan sin quebrantar los derechos universalmente aceptados.
Este es el momento de mostrar el gobierno de Cuba, a los cubanos más que
al mundo, que las leyes son por igual para todos, y no de aplicación
enconada contra quienes piensan y actúan diferente al gobierno.
Con sólo el general Raúl Castro levantar el teléfono, el doctor Cardet,
'El Sexto' y tantos otros presos como ellos, recuperarán la libertad y
pasarán esta Navidad en familia en lugar de pasarla entre las rejas de
las cárceles.
Y en modo alguno podría decirse que el general Raúl Castro estaría
actuando como un dictador, amo de vidas y haciendas, sino que única y
exclusivamente, estaría cumpliendo con sus atribuciones
constitucionales, valga decir, con su indelegable responsabilidad.
Source: General, libere a los encarcelados injustamente | Cubanet -
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