lunes, 26 de mayo de 2014

Años de perra soledad

Años de perra soledad
LUNES, 26 DE MAYO DE 2014 07:21 ESCRITO POR OSCAR SÁNCHEZ MADAN

Cuba actualidad, Cidra, Matanzas, (PD) Muchas veces andan solos y
tristes, en ocasiones transitan en manadas, como los lobos. En
definitiva, son perros, animales de la misma especie.

Dicen los científicos que los perros pueden vivir alrededor de 15 años.
Tal vez un poco más. Pero en las condiciones en que se crían, en Cidra,
pequeña comunidad del olvidado municipio matancero de Unión de Reyes,
sus vidas se acortan.

Es común verlos, durante el día, en la cafetería local, serios,
cansados, siempre hambrientos, confundidos con los clientes. Canes al
fin, aprovechan la ocasión para acercarse a los humanos, los olfatean
por si llevan algún alimento. Las personas más sensibles les dejan caer
migajas de pan; otras, las de más duro corazón, les gritan obscenidades
y los patean.

Si tienen suerte, dichos perros comen de las sobras alimenticias que
depositan en las aceras, vecinos irresponsables que no encuentran donde
situar los desechos. La Empresa de Servicios Comunales no coloca
suficientes envases destinados a acomodar la basura y los perros se
aprovechan, aunque deben pelear duro con los gatos y los ratones.

Cuando logran llenar sus barrigas, cubiertas de sarna -como el resto de
sus raquíticos cuerpos- no sonríen, sino que proyectan hacia su
benefactor, una mirada de lástima, con la que suplican una nueva ración.

Se les ve a la intemperie en la estrafalaria selva donde transitan
automóviles de los años cincuenta y en la que los hombres y las mujeres
se vigilan y delatan entre sí, para obtener beneficios materiales y,
así, quedar bien con su gobierno dictatorial y mezquino.

Se les puede observar, a veces, a la entrada de la clínica local, como
si esperaran a un médico que cure sus múltiples enfermedades.

Los perros callejeros de Cidra pasan años en soledad. Nadie como ellos
conoce el penetrante malestar que produce el abandono. Sus vidas
desiertas aburren y, únicamente los recuerdan cuando gimen porque el
hambre los hace sufrir. Pero siempre están solos. En la selva caribeña,
-en la que no pocos humanos cambiaron sus valores morales por una casa o
un empleo decoroso- hay pocos amigos.

Las calles de Cidra los conocen bien. Ellas saben de sus malos olores,
de sus variadas dolencias, del frío que pasan durante los crudos
inviernos. Pueden contar con facilidad los palos y las pedradas que han
recibido durante años, sin que al gobierno o a alguna entidad defensora
del medio ambiente les hayan interesado.

Y, ahí están, desesperados porque lleguen las noches para romper el
silencio con sus desgarradores aullidos. Confían, tal vez, en la
misericordia del Altísimo y esperan que, quizás, éste, los escuche.

La luna los sabe de memoria. Ella nunca olvida el hambre que los hace
llorar, la desidia que los hiere y mata, como a ingenuos soldados que
arriban al teatro de operaciones militares totalmente desarmados. Conoce
el único satélite natural de la Tierra que la propaganda oficial no los
menciona, porque los ambiciosos gobernantes de este horrible parque
jurásico llamado Cuba, tienen otros intereses.

Alguien debe apiadarse de estos canes. Tal vez los ángeles de Dios.

Con sus abundantes desgracias, estos perros solitarios y enfermos
acrecientan la contaminación de una sociedad amenazada ya por el cólera,
la tosferina, el dengue, la tuberculosis, el SIDA y otras enfermedades
sobre las que el rey de esta selva -desnudo, como sus dóciles
auxiliares- no habla.

Ojalá que el Creador los ayude, porque los pobres animalitos, ya no
tienen casi fuerzas para gritarle al cielo que están solos, muy solos.

Para Cuba actualidad: sanchesmadan61@yahoo.com

Source: Años de perra soledad | Cuba noticias actualidad.Periodismo
independiente. -
http://www.primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/10683-anos-de-perra-soledad.html

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