¿Qué hace la policía?
octubre 28, 2012
Warhol P.
HAVANA TIMES — Pasaba por la plaza del municipio de Marianao, es un
lugar conocido porque se venden alimentos, y me detuve al ver que en uno
de los establecimientos estatales que se encuentran a un costado del
lugar, habían sacado galletas de soda en paquetes de nylon, a un precio
de 50 pesos, moneda nacional.
El precio me pareció caro viendo que las galletas casi todas venían
trituradas, pero aun así, las galletas de soda son mis preferidas, por
lo que decidí hacer la cola.
Rápidamente se formó el desorden, al menos una veintena de mujeres ocupó
el lugar dando gritos, algunas alegaron que ya habían marcado. Dos
policías llegaron y se colocaron a un costado del establecimiento.
Por el mostrador comenzaron a salir los paquetes de galletas, una señora
salió con diez paquetes, otra con veinte, alguna que otra persona
protestó, pero fue por gusto, la supuesta autoridad solo observó el
desorden, y sonrieron a carcajadas al ver como se empujaban unos a
otros, desesperados por alcanzar el producto.
Otra mujer a la que he visto revender en el lugar, cargó con otra tanda
de paquetes y entre gritos y empujones, me quedé mirando a los policías,
que bien saben lo que en poco tiempo va a ocurrir con esas galletas.
Pasé alrededor de 45 minutos en la cola soportando el sol, tratando de
llegar al mostrador, claro, es evidente que no llegué, logré acercarme,
pero solo un poco, porque en el intento, las galletas se agotaron. Y
todo por no organizar la cola. ¿Quiénes son los culpables?
Supongo que todos tenemos un poco de culpa.
Primero: los que venden el producto, que si solo despacharan un nylon
por persona, muchos más alcanzarían. Los segundos: nosotros, que no nos
damos cuenta de lo salvaje que actuamos, y de que por un puñado de
galletas somos capaces de ofendernos y agredirnos. (No quiero imaginar
la barbarie, si fuese carne de res).
Tercero: los policías, que estaban de objeto decorativo, cumpliendo con
un supuesto deber. En realidad ahora mismo no sé cuál es el verdadero
deber de un policía revolucionario, por esas actitudes, no consigo creer
en ellos.
Mucho menos viendo que luego de terminarse de vender las galletas, en
todos los rincones de la plaza los revendedores(as) tenían galletas de
soda (mis preferidas) a 100 pesos el paquete.
Para mi 100 pesos es demasiado, por lo que preferí irme a casa y
escribir este artículo, al menos me sirve para desahogarme, y no me
salga una úlcera o me de una isquemia cerebral.
Aunque, tengo la certeza de que los revendedores de la plaza continuarán
haciendo de las suyas, y los policías seguirán estando allí, matando el
día, ayudándolos a luchar sin mucho esfuerzo, porque muchos de los
productos que saca el estado al mercado, ellos lo acaparan para sacarles
provecho, así se ganan la vida diaria, exprimiendo al pueblo trabajador,
en eso consiste su trabajo.
Considero que hay que hacer algo en cuanto al tema, de la plaza de
Marianao, y también, analizar ¿qué pasa con los qué deben velar porque
situaciones de esta índole no ocurran?
http://www.havanatimes.org/sp/?p=74196
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