Leonardo Padura: en Cuba urge "apertura económica profunda"
Los cubanos esperan bajo una interrogante el fin de la presidencia de
Raúl Castro en 2018: "no hay voluntad de apertura política inmediata"
Carlos Fernando Chamorro @cefeche
4 de Junio 2017
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El escritor cubano Leonardo Padura anunció en Managua la publicación en
enero del próximo año de su nueva novela "La transparencia del tiempo",
en la que reaparece su emblemático detective Mario Conde, ahora como un
policía retirado en la Cuba contemporánea de 2014. El novelista retrata
una sociedad "en la que han surgido bolsones de pobreza, y ciertos
sectores que tienen posibilidades económicas un poco mayores", una nueva
realidad que Padura describe como una "dilatación de una sociedad" que
pretendió ser igualitaria bajo el socialismo liderado por Fidel Castro,
en la que sin que se pueda pronosticar el desenlace de sus reformas
económicas, su hermano Raúl cederá la presidencia en 2018. Como en sus
novelas, la realidad cubana está plagada de enigmas, acertijos y
contradicciones.
La figura más destacada de la literatura cubana actual participó durante
una semana en la quinta edición de Centroamérica Cuenta. No se cansó de
agradecer a los organizadores del evento, convocado por Sergio Ramírez,
por haberle permitido visitar Nicaragua y aunque se quejó de que "lo
exprimieron" con exceso de trabajo en múltiples conversatorios, celebró
sorprendido el descubrimiento de "muchísimos lectores" de su obra en
nuestro país.
En 2015, vistiendo una guayabera blanca y con una pelota de beisbol en
la mano, simbolizando la Cuba de Mantilla, su barrio natal en La Habana,
Padura recibió en España el premio "Princesa de Asturias de las Letras",
en reconocimiento a su obra que incluye una novela deslumbrante como "El
hombre que amaba a los perros", inspirada en la historia de Ramón
Mercader, el asesino de León Trotsky. Es además el autor de una serie de
novelas policíacas que tienen como personaje a Conde, su detective, que
ahora ha sino encarnado por el estelar actor cubano Jorge Perugorría en
la serie de Netflix, "Cuatro estaciones en la Habana".
Padura también ha escrito "Herejes" y "La novela de mi vida", en la
cual se inspiró el guion de la película "Regreso a Ítaca", dirigida por
el francés Laurent Cantent, una película sobre el dolor y el amor,
explica en esta conversación con el programa televisivo Esta Semana y
Confidencial
Stalin y el fin de la utopía socialista
Tu novela, El hombre que amaba a los perros, además de revelar una
impresionante investigación histórica es también una crítica, un retrato
del estalinismo como sistema. ¿Cómo se escribe y se publica en Cuba esa
clase de novela?
Esta es una novela que tiene que ver con una experiencia colectiva y una
experiencia personal también, porque, bueno, (he) vivido en Cuba toda
mi vida, y llegué a ella un poco por desconocimiento. El fenómeno de
que en Cuba la figura de Trotsky fuera muy similar a la que existía en
la Unión Soviética. No sé si recuerdas aquella foto de la Plaza Roja, en
la que estaban los líderes bolcheviques, de la que Stalin iba borrando
estos personajes. Bueno, la foto que nosotros veíamos en Cuba no
aparecía la figura de Trotski, y eso me llevó a interesarme, por
curiosidad, por este personaje, y después cuando supe que Ramón Mercader
había vivido en Cuba, fue como una conmoción en sentidos diversos, pero
sobre todo en el hecho de que me di cuenta que un personaje que estaba
en la historia era mi contemporáneo y que yo pude haberme cruzado con él.
Y todo eso se fue acumulando para llegar a escribir esta novela en la
que, yo pienso que el momento del asesinato de Trotsky tiene un carácter
más simbólico, y tiene que ver con el punto de no retroceso definitivo
del estalinismo. Llega a un momento en que se comete un crimen
innecesario, pero a lo largo de toda la década del treinta ya el ideario
bolchevique original se había ido pervirtiendo, es la época de los
juicios de Moscú, de la colectivización de tierra, de la lucha contra
los Kulacks, de la hambruna de Ucrania, diez millones de personas
muertas, y creo que ahí se deforma ese proyecto tan hermoso de crear una
sociedad de los iguales, donde se viviera en un máximo de democracia.
Stalin pervierte esa posibilidad y nunca se pudo recuperar.
Pero, ¿cómo reaccionaron los lectores cubanos, y el gobierno?
Esa ha sido una de las dos grandes satisfacciones que he recibido como
escritor en mi relación con los lectores: una es la relación que los
lectores cubanos han establecido con mi personaje de Mario Conde, que lo
asumen como si fuera una persona real; y la otra ha sido la respuesta
que hubo con "El hombre que amaba a los perros". Recibí una enorme
cantidad de llamadas telefónicas, correos electrónicos, conversaciones
personales que la gente me decía que me agradecía que hubiera escrito
esta novela, porque a través de la lectura de ese libro habían entendido
muchas cosas de su propia historia y de la historia de Cuba y del siglo
XX que no conocían desde esa perspectiva, y eso me demostró hasta qué
punto la literatura puede tener una utilidad para las demás personas.
En esa novela sobre la sociedad soviética también muchos elementos que
se reflejaron después en el proceso cubano. ¿Cómo reaccionó el gobierno
de Cuba?
El libro se publicó en Cuba. La primera edición sale en España en el año
2009, en el año 2010 el libro se publica en Cuba, se presenta en la
Feria del Libro de 2011, después se hicieron dos ediciones, el libro
ganó el premio de la crítica, creo que fue muy importante para que yo
recibiera el Premio Nacional de Literatura de Cuba, pero los comentarios
sobre el libro fueron muy escasos, sé que tuvo una gran cantidad de
lectores, a pesar de que eran ediciones pequeñas, pero poca resonancia
en los medios.
Un detective en La Habana y la novela social
Tus novelas policiacas, con el detective Mario Conde, que la gente te
habla de él como si fuera una persona de carne y hueso, parecen más bien
novelas, o reflexiones sobre la realidad social cubana.
Son novelas sociales. Yo utilizo el género policiaco igual que en
novelas como "El hombre que amaba a los perros", "La novela de mi vida",
o "Hereje", utilizo la historia para entender el presente. Todas estas
historias ocurren en tiempos contemporáneos, hay veces que hay saltos al
pasado, pero arranca en el año 1989, las primeras de la serie, que son
estas cuatros que ahora se han visto en forma de película en Netflix, y
he seguido trabajando en una evolución a través del tiempo del personaje
de Mario Conde y las historias relacionadas con la sociedad cubana
Apareció también en Herejes.
Si, en Herejes en el año 2008, y en la novela que estoy terminando
ahora, aparece en el año 2014. La novela termina el 17 de diciembre del
2014, Mario Conde se levanta por la mañana y tiene una premonición de
que ese día va a pasar algo, ese fue el día que se anunció que Cuba y
Estados Unidos comenzaban a conversar para restablecer relaciones, es
decir, que voy avanzando en el tiempo con él. Y eso es muy importante
para mí porque me permite entender el proceso de evolución de la
sociedad cubana, pero también el proceso de evolución humana y física de
un individuo, porque Mario Conde va envejeciendo conmigo, le van
doliendo las rodillas igual que me duelen a mí, va teniendo problemas de
pensar "cuando voy a dejar de fumar", esta tos que tengo tiene que ver
con mi cigarrillo, y he transferido al personaje muchas de mis
preocupaciones sociales y existenciales a lo largo de todos estos años
Ese personaje que vos imaginaste y que ha vivido con vos, ahora tiene
rostro para mucha gente en la persona del actor Jorge Perugorría. ¿Cómo
llega a encarnar a Conde?
Desde el año 2000 apareció en Cuba un director de cine que venía con una
propuesta de producción de hacer una película con una de las novelas. Y
llegó pensando en Jorge Perrugorría como protagonista de esta película
en el personaje de Mario Conde y a partir de ahí muchos proyectos que se
frustraron y no se hicieron, siempre pensaron en Perrugorría porque es
la cara más conocida del cine cubano. Y a lo largo de esos años creo
que "Pichi", como le decimos nosotros a Perrugorría, fue acercándose
cada vez más al personaje de Mario Conde y cuando se dio la oportunidad
de hacer esta serie de películas, y cuando Tornasol Films pudo montar el
proyecto (la productora española que negoció la distribución con
Netflix), pues decidió que fuera Jorge Perrugorría. "Pichi" había
interiorizado muchísimo el carácter de Mario Conde, y creo que no fue
especialmente difícil porque es un hombre de su generación, de sus
preocupaciones, de su cultura, y eso le permitió acercarse mucho más al
personaje, y creo que lo interpreta de una manera espléndida. De todas
maneras para mí, como escritor, sigue siendo un proceso de extrañamiento
ver físicamente a Mario Conde, que es un personaje, por cierto, al que
yo no describo nunca en ninguna de mis novelas.
El reencuentro cubano entre el dolor y el amor
La novela de mi vida, que tiene que ver con el nacimiento de la
identidad cubana antes de la independencia, pero también con los grandes
dilemas actuales. Personajes que viven en la Cuba de la revolución, se
tienen que ir del país, regresan, y regresan a reencontrarse con el
dolor. De ahí nace el guion que escribiste con tu esposa Lucía y con el
director francés Laurent Canent de la película Regreso a Ítaca. Una
película en la que los personajes hablan del extrañamiento y del dolor
en la vida de Cuba de todos los días.
Esa es una película de dolor y amor. De dolor por las pérdidas, y de
amor por lo permanente. Lo permanente es Cuba. Y fue una película que se
hizo con muy bajo presupuesto, tuvimos que escribir un guion adaptado a
las posibilidades económicas que teníamos. De todas maneras (Cantent)
quería que tuviera una sola locación y un solo espacio temporal.
Se filma en una azotea.
Se filmó en 17 días, cosa que es casi increíble. Un grupo de amigos
hacen un repaso de lo que ha sido su vida en la Cuba contemporánea, y yo
estoy muy satisfecho porque pienso que es un retrato posible de mi
generación, hay otras divisiones, por supuesto, la realidad no se puede
explicar de una sola manera, pero creo que esta película se acerca mucho
a lo que han sido las expectativas, las esperanzas, y las frustraciones
de mi generación.
El próximo año es el último de la presidencia de Raúl Castro. Las
reformas de los últimos años generaron expectativas sobre los
resultados que podrían producir en lo económico, y más adelante en lo
político. ¿Cómo se vive en Cuba ese proceso? ¿Habrá alguna transición?
Se vive como un gran signo de interrogación y tenemos poca información,
más que el hecho de que se sabe que en febrero del 2018 termina el
periodo de Raúl como presidente del país, pero parece que no termina su
período como primer secretario del Partido, lo cual significa que va a
tener un papel político fundamental. En la Cuba que se inicia a partir
de esos momentos, se barajan varios nombres, el vicepresidente Miguel
Díaz Canel como futuro presidente de Cuba. Pero, ¿qué va a pasar
realmente? ¿Cómo se va a desarrollar? El gobierno pretende un proceso de
continuidad, y creo que va a haber continuidad, pero va tener que ser
matizada con cambios mucho más profundos que los que han ocurrido hasta
ahora.
Esto es complicado en términos de la realidad cubana porque, si te digo
por ejemplo que el año 2005 un ciudadano cubano no podía tener un
teléfono celular por que no te daban permiso para tener una línea, y
uno de los cambios que introdujo Raúl fue que los cubanos pudieran tener
teléfonos celulares. Una persona de otra parte del mundo le puede
parecer…., pero es un cambio importante, y como ese, ha habido otros.
Creo que el hecho de que se liberalizara la posibilidad de viajar de los
cubanos, que durante más de 50 años estuvo muy controlada es otro cambio
importante. Ha habido pequeñas aperturas económicas, pero yo pienso que
tiene que haber una mayor profundidad sobre todo en la apertura
económica. El año pasado, Cuba estuvo en recesión, decreció el Producto
Interno Bruto, este año va a crecer muy poco y se va acumulando una
deuda económica, un envejecimiento de la infraestructura que necesita un
impulso económico importante para mejorar la vida de los cubanos.
El mayor drama de Cuba: los jóvenes que se van
Yo estuve en Cuba a finales del año pasado, y la gente con que conversé
en las calles decían –sí hay unas reformas, pero nosotros somos
espectadores, otros toman las decisiones y dirigen el rumbo del país–.
Y los jóvenes, en particular, hablan de no tienen futuro en su país.
Ese es un drama y es uno de los desafíos hacia el futuro que tiene
Cuba. En los últimos años han emigrado del país muchísimos jóvenes,
ahora se ha complicado un poco con el cambio de las leyes
norteamericanas que admitían aquella política que se llamaba "pies
secos, pies mojados", que el cubano que llegaba a territorio
norteamericano tenía inmediatamente un derecho a residencia, eso se ha
complicado.
Trump no se ha pronunciado al respecto, prácticamente no ha hablado de
Cuba, lo cual no sé si es bueno o es malo tratándose de Trump, que es
impredecible. Pero ha habido un desangramiento importante del capital
humano joven cubano, porque muchos de esos jóvenes que se han ido son
los que estaban mejor preparados: cibernéticos, médicos, físicos, en
fin; y hay que buscar una solución para retener a ese capital humano que
se ha formado en el país y que es importantísimo en el futuro de Cuba.
Porque si el principal problema que tenemos es de carácter económico,
esa inteligencia es importantísima, pero hay que darle un espacio para
el desarrollo de esa inteligencia.
En los últimos años han surgido algunos medios de comunicación digitales
independientes como El Estornudo, Periodismo de barrio, Catorce y
medio, ¿cuál es el espacio real que tienen? ¿hay espacio en Cuba para
una sociedad civil autónoma, que pueda incidir en el futuro de esos cambios?
Mira, si nos ponemos diez, quince años atrás, la existencia de estos
espacios, que fundamentalmente tienen su razón de ser gracias a las
posibilidades del Internet, hubiera sido inimaginable que existieran en
Cuba. Hoy existen. El problema es que se lee más fuera de Cuba que
dentro de Cuba, precisamente por ese acceso bastante limitado a Internet
que tienen los cubanos.
De todas maneras, yo creo que es importante que exista una
diversificación de opiniones. Yo siento que la sociedad cubana necesita
muchos más espacios de debate, muchos más espacios de debate (para que
puedan) surgir algunas luces que nos ayuden a entender mejor qué cosa
queremos y hacia dónde queremos ir, y tiene que ser, como decía Martí,
"con todos y para el bien de todos".
Pero hasta ahora no hay algún indicio de que además de las reformas
económicas, ¿exista alguna orientación hacia una apertura política?
No. No lo hay, incluso en el territorio de la cultura, yo siento que
había espacios que eran mucho más abiertos hace cinco, seis años y que
ahora está mucho más controlado, mucho más cerrado, así que no creo que
haya una voluntad de apertura política inmediata.
Source: Leonardo Padura: en Cuba urge "apertura económica profunda" -
Confidencial -
https://confidencial.com.ni/cuba-urge-apertura-economica-profunda/
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