lunes, 6 de marzo de 2017

Cartas ilustran vida de bailarina de EEUU casada con jefe de espionaje cubano

Cartas ilustran vida de bailarina de EEUU casada con jefe de espionaje
cubano
NORA GÁMEZ TORRES
ngameztorres@elnuevoherald.com

Ella fue una bailarina estadounidense, y la primera esposa del artífice
de los servicios de espionaje cubano, Manuel Piñeiro Losada, más
conocido como Barbarroja. Cartas recién redescubiertas de Lorna Burdsall
arrojan detalles sobre su vida en Cuba, durante los vertiginosos años
del comienzo de la revolución liderada por Fidel Castro.

Piñeiro dirigió el aparato de inteligencia cubano y de Seguridad del
Estado por casi tres décadas, primero desde el Ministerio del Interior y
luego desde el Departamento América del Comité Central del Partido
Comunista Cubano, antes de morir en 1998 en un accidente automovilístico
que en su momento levantó sospechas, pues Piñeiro recién había hecho
declaraciones sobre unas memorias que estaría escribiendo. Hombre de
confianza de Fidel Castro, estuvo encargado de las operaciones
encubiertas para crear y apoyar a grupos guerrilleros en varios países
de Centroamérica y América Latina, y muchos fueron los secretos que se
llevó a la tumba.

Pero en 1955, apenas era un estudiante en la Universidad de Columbia en
Nueva York, cuando se casó con Burdsall, una bailarina nacida en
Connecticut, que estudió en la prestigiosa escuela Julliard y era
miembro del Partido Comunista. Como hijo de un representante de la
empresa Bacardí en Matanzas, Burdsall no podía imaginar la vida que le
esperaba junto a él. Piñeiro se incorporó al Movimiento 26 de Julio
dirigido por Castro y llegó a alcanzar el grado de Comandante del
Ejército Rebelde.

A unos días del triunfo de los guerrilleros comandados por Castro,
Burdsall, quien estaba en EEUU en ese momento, recibe dos telegramas de
Piñeiro para que regrese a Cuba. Un tercero, es enviado desde Miami y
está firmado por "Fifo" (uno de los sobrenombres con el que se conocía a
Castro, aunque este obviamente se encontraba en Cuba), informando a
Burdsall que su regreso por ferry estaba programado para el seis de enero.

"Este día recibirás dinero si quieres regresar", dice el telegrama, que
incluye un teléfono y una dirección de contacto en Miami. La hermana de
Burdsall, Nedda, describe las gestiones apresuradas y "la emoción" de su
partida hacia Cuba y se pregunta por el vestido que habría usado para
asistir a la boda de Raúl Castro y Vilma Espín y cuyas fotos aparecieron
en la revista Time.

Casi dos años después, la madre de Burdsall, preocupada por el paradero
desconocido de su hija, escribió al Departamento de Estado en octubre de
1960 para que indagara en Cuba. La embajada en La Habana respondió que
desconocía el paradero de Burdsall y de su hijo —Manuel Khalil Piñeiro,
nacido en 1957 —, ambos registrados como estadounidenses.

"Su solicitud indica que ella está casada con el comandante Manuel
Piñeiro y su dirección es la residencia del comandante Raúl Castro,
Ciudad Libertad, Habana. Raúl Castro es el jefe de las Fuerzas Armadas
de Cuba. El comandante Piñeiro es un alto funcionario en el servicio de
inteligencia de las Fuerzas Armadas de Cuba. Por las razones anteriores,
la Sra. Piñeiro ha tenido poco contacto con la Embajada y su paradero
actual se desconoce", indica una carta firmada por un funcionario del
Departamento de Estado.

Los telegramas y las cartas de Burdsall—que están en venta—forman parte
de una colección de 20 documentos obtenidos por la anticuaria Joy
Shivar, quien publica un website para recuperar objetos y documentos de
familiares. Dos cajas con correspondencia de Burdsall fueron adquiridas
por el Cuban Heritage Collection en el 2013, tras la muerte de la
bailarina en el 2010.

"Esta colección ofrece una mirada poco común sobre el caótico período de
la Revolución cubana a través de los ojos de una mujer estadounidense
que estaba profundamente involucrada y dedicada a la causa", comentó Shivar.

Shivar descubrió los documentos en manos de un anticuario que los había
comprado en una subasta realizada por la familia de Burdsall en
Lexington, Kentucky. Miembros de la familia contactados por Shivar no
mostraron interés en volver a comprarlos, explicó la anticuaria.

Pocos detalles afloran en las cartas sobre el trabajo o las muchas
misiones de Piñeiro en América Latina, pero lo que sí aparecen son
ejemplos de la vida privilegiada que vivió la bailarina estadounidense
como miembro de una élite en el poder.

Una asistencia a una concentración el 26 de julio de 1964 en Santiago de
Cuba fue precedida por un rato en la piscina y "luego el almuerzo con
puerco asado". Un cumpleaños de Piñeiro fue celebrado en el cabaret
Tropicana. Entre menciones de actuaciones y galas con funcionarios
extranjeros, la estadounidense destaca la preferencia de su esposo por
unos dulces con suero de leche de queso cottage — en plenos años 70,
marcados por la austeridad y la escasez.

Las misivas también estaban salpimentadas con observaciones sobre el
éxito del gobierno revolucionario y sus políticas, Fidel Castro y los
cubanos en general.

"Este primero de mayo fue un gran éxito. Todo el mundo está muy contento
de que cortamos más caña, 59 mil toneladas más que la cuota de 5,100
000", escribió en una carta de mayo de 1965. "Ayer fue el gran día,
cuatro horas y media de desfile; a continuación, Fidel por dos horas y
media — al parecer, los cubanos tienen más resistencia que la mayoría de
la gente. El café cubano es muy estimulante", agregó.

Leyendo la correspondencia entre Burdsall y su familia, salta a la vista
que los miembros de la élite revolucionaria no se vieron demasiado
afectados por la suspensión del servicio de correo postal directo entre
la isla y Estados Unidos en 1963. No queda claro en las estampas en los
sobres, si las cartas llegaban a EEUU a través de un tercer país o no,
pero no demoraban más de dos o tres semanas. Burdsall y su familia en
EEUU también intercambiaban alimentos y regalos, por ejemplo, unos
tabacos "del mismo tipo de los que fuma Fidel". En otra carta a su
madre, la bailarina comenta que estaba recolectando regalos para enviar,
algunos comprados por ella y "otros regalos de Checoslovaquia, la Unión
Soviética, Corea, etc."

La danza es, por supuesto, un tema central en varias de las misivas.
Burdsall ayudó a fundar la Escuela Nacional de Danza y creó la compañía
Danza Contemporánea y el conjunto experimental Así Somos. En 1977 se
convirtió en asesora de danza moderna del Ministerio de Cultura. Pero la
bailarina estadounidense no parece haber sido fan de Alicia Alonso,
quien convirtió el Ballet Nacional de Cuba en un nombre con prestigio
internacional pero, al mismo tiempo, impidió la entrada de aires más
renovadores a su repertorio y estilo.

"El ballet tendrá su gran noche el miércoles con una nueva versión de La
Bella Durmiente — pobre Petipa [en referencia al autor de la
coreografía, Marius Petipa]. Ahora que ya no está bailando, se ha
convertido en coreógrafa", dijo refiriéndose a Alonso en una carta
fechada en mayo de 1974.

Actualmente, una nieta de Burdsall, Gabriela Burdsall, vive en La Habana
y es bailarina de la compañía que fundó su abuela. Ella y Piñeiro se
divorciaron y este se casó de nuevo con la chilena Marta Harnecker,
autora de manuales marxistas. Burdsall nunca se fue de Cuba, aunque
viajaba ocasionalmente a Estados Unidos.

Nora Gámez Torres: @ngameztorres

Source: Cartas ilustran la vida de una bailarina norteamericana casada
con jefe de espionaje cubano | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article136601083.html

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