domingo, 19 de junio de 2016

La ‘lógica inversa’ de la política del presidente Obama hacia Cuba

La 'lógica inversa' de la política del presidente Obama hacia Cuba

Se ha repetido hasta la saciedad que la política de EEUU hacia Cuba era
errónea
Esa fue la justificación para una nueva política, que tampoco ha dado
resultados
Para encontrar la verdad en el debate de la política hacia Cuba, debe
desecharse el argumento de lógica inversa sobre el "fracaso" de la vieja
política
JOSÉ AZEL

El argumento ha sido repetido hasta la náusea: la política de sanciones
a Cuba durante 55 años fracasó en cambiar la naturaleza del régimen
cubano, por lo que era necesario un nuevo enfoque. En su discurso del 17
de diciembre de 2014 anunciando la nueva política hacia Cuba, el
presidente Obama repitió variaciones del concepto "fracaso de política"
ocho veces.

Los partidarios del enfoque de compromiso del Presidente repiten
continuamente el argumento del fracaso. En filosofía y lógica eso se
llama "argumentar por repetición", que busca demostrar repitiendo
aseveraciones.

El planteamiento central, por supuesto, es empíricamente cierto: las
sanciones económicas fracasaron en cambiar la naturaleza totalitaria del
régimen cubano. Pero entonces el argumento del fracaso se vuelve
erístico o "lógica inversa" (Anti-Logic). Platón definía el término
"erístico" como buscar la victoria en la discusión sin preocuparse por
la verdad, y Schopenhauer afirmaba que los argumentos erísticos no
buscaban la verdad objetiva, sino solamente una apariencia de verdad. En
filosofía, la "lógica inversa" o argumentación erística se utiliza para
silenciar a un oponente haciendo que su posición parezca contradictoria.

Si queremos encontrar la verdad en el debate de la política hacia Cuba,
debe desecharse el argumento de lógica inversa sobre el "fracaso de la
vieja política" que el Presidente y sus partidarios invocan repetidamente.

Como el Presidente afirma, las sanciones económicas fracasaron en
cambiar la naturaleza del sistema de gobierno cubano, y el régimen
totalitario de Cuba se mantiene. Entonces, por la lógica del Presidente,
una política efectiva tendría que ser una que tuviera éxito
desmantelando el totalitarismo cubano. En la fórmula del Presidente, la
medida de una política exitosa es si el régimen de Castro sobrevive o no.

Se desprende entonces que él espera que su nueva política hacia Cuba
funcione. Es decir, el compromiso diplomático, acabar con las sanciones
económicas y hacer concesiones, son pasos dirigidos a derribar el
régimen castrista. Esta lógica está implícita en las declaraciones sobre
el fracaso de la vieja política y el éxito esperado de la nueva.

En el ámbito de la lógica el Presidente no puede evitar sostener que su
nueva política apunta a cambiar la naturaleza del régimen cubano, dado
que él ha desechado la vieja política sobre la base de que falló en
lograrlo. Si el objetivo no es cambiar la naturaleza totalitaria del
régimen, entonces necesariamente sería una política que favorece al
régimen cubano en alguna dimensión. Además, a menos que el Presidente y
sus simpatizantes crean que esta estratagema ha escapado la atención del
régimen de Castro, podemos asumir que el General Castro considera la
nueva política como una que aspira a terminar con su régimen.

Esto plantea una cuestión que expone la falacia de la lógica del
Presidente: por qué el régimen de Castro estaría de acuerdo con una
nueva política diseñada para su propia desaparición. El clan Castro no
es suicida. Ellos solo avanzarían con cambios que puedan manejar para su
beneficio, y nada más. Entonces, las reformas de mercado serán
firmemente restringidas para no perder el control. Este es el mensaje
inequívoco del VII Congreso del Partido Comunista cubano en abril del
2016, en el cual el liderazgo cubano denunció virulentamente el enfoque
de Obama.

El Ministro de Relaciones Exteriores cubano Bruno Rodríguez fue
explícito: el reciente viaje del presidente Obama fue, al menos en
parte, "un profundo ataque contra nuestras ideas, nuestra cultura y
nuestros símbolos". Y el General Raúl Castro se refirió a Estados Unidos
como "el enemigo", declarando que "solamente han cambiado los métodos de
EEUU, no sus objetivos…".

Y, para certificar que nada en la forma de gobernar ha cambiado o
cambiará, el último día del Congreso Fidel Castro hizo una fantasmal
aparición estilo Deus ex Machina de las tragedias griega antiguas,
respaldando la gestión de gobierno de su hermano.

El infortunio lógico-inverso de la errónea nueva política EEUU-Cuba no
es solamente que no tendrá éxito terminando con el régimen dictatorial.
La tragedia es que alineándose con la opresión y no con la libertad, esa
política ha desarticulado las esperanzas de libertad para una nueva
generación de cubanos.

Investigador Senior en el ICCAS de la Universidad de Miami, y autor del
libro Mañana in Cuba.

Source: Relaciones Cuba-EEUU | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article84499692.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario