martes, 16 de febrero de 2016

El último Congreso y el próximo Partido

El último Congreso y el próximo Partido
FRANCISCO ALMAGRO | Miami | 16 Feb 2016 - 7:35 am.

A pocas semanas del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba es bien
poco lo que se conoce, y mucho lo que se supone. Han comenzado los
profetas de ambas orillas a dar vaticinios cuando, es más que evidente,
y lo ha dicho con claridad Raúl Castro, este Congreso será el último de
la generación llamada histórica, y el Partido, en consecuencia, estará
constituido y dirigido mayormente por individuos nacidos después de la
Revolución de 1959. No es por voluntad de los abuelos y los bisabuelos
castristas. Es la naturaleza, es el tiempo. Hay varios hechos
interesantes externos e internos que pudieran alertar sobre qué cambios
deben esperarse y cuáles no del congreso partidista.

En lo internacional, el Gobierno cubano está logrando su reinserción en
las finanzas mundiales, y aunque los resultados son pobres, los bancos y
las instituciones solo aguardaban una señal para volver a hacer
préstamos y tratar de cobrar, pues ese es su trabajo. Aunque los
primeros disparos de arrancada ya se habían hecho en Moscú, el fogonazo
de París ha dejado sordos a los capitales norteamericanos, quienes
esperan por las próximas elecciones, casi seguros de que con el nuevo
presidente, sea republicano o demócrata, el embargo habrá llegado a su fin.

También la diplomacia castrista ha cosechado triunfos importantes. La
perla de la corona sería firmar los acuerdos de paz de Colombia unos
días antes de iniciarse el congreso comunista. La apertura de embajadas
en La Habana y Washington más de un año atrás fue un cheque diplomático
—blanco— al portador —Cuba. Cheque al fin, ha abierto las puertas para
que la Posición Común europea se debilite aún más y se vean transitar
por la Isla otros presidentes y primeros ministros del Viejo Continente.

Todo parece ir rápido, "como entierro de pobre". Pero la cúpula del
Partido, aviesos y octogenarios conspiradores, saben que no es
suficiente. La situación política de Venezuela amenaza con ser un
castillo de naipes que se desmorona, y solo Cuba puede buscar una
solución intermedia, en la cual el desgobierno actual de pasos hacia el
entendimiento —o la abdicación— y evite la confrontación. Ese arbitraje
probablemente ya esté en marcha —frenado por los ineptos y antipáticos
líderes del PSUV. No dudemos de las palabras de Díaz-Canel en la
reciente Cumbre del CELAC cuando dijo que Cuba creía en la cooperación,
la solidaridad y la necesidad de la acción colectiva "sin egoísmos ni
intransigencias".

Pero para lograr todo esto, o sea, completar el traspaso del batón
político de los "históricos" a las generaciones de las becas, los
Camilitos, la Lenin y otros tantos experimentos sociales
revolucionarios, harán falta cambios de segundo orden, es decir
estructurales, pues sin apertura real al mercado y a la libre empresa no
hay economía, no hay país; sin democratizar el Partido y abrir las
opciones políticas no habrá libertad, sinónimo de prosperidad. Y lo que
pudiera ser peor para el futuro Gobierno: no podrían cumplir con las
deudas renegociadas ahora.

La frustración de la población cubana es elevada; no espera casi nada de
este ni de ningún otro congreso integrado por personas en edad de
jubilación. La sabiduría popular intuye que Raúl Castro u otro añoso del
politburó nunca admitirá públicamente que ellos mismos sepultaron los
acuerdos del Primer y Segundo congresos del PCC. Pero, y contrario a lo
que debía esperarse para levantar los ánimos, el XIII Pleno, preámbulo
del VII Congreso, se ha pronunciado en frases rocambolescas: "definir
las bases teóricas del modelo", "modelo dinámico y no estático", "visión
estratégica y consensuada", "Programa Económico y Social hasta el 2030"
(sic), "actualización del modelo" y "socialismo sustentable".

El próximo Congreso pudiera anunciarse como el final de la primera parte
de una novela con héroes salvadores. Los históricos podrían decir:
"nosotros hicimos lo que pudimos y ahora, en la próxima entrega, le toca
a los otros". Esos "otros" ya están sentados en el Comité Central, en
los ministerios y las jefaturas del Ejército. Esos "otros" son lo que
llamaríamos "Generación Imposible", y a la cual siempre le faltará el
entrenamiento de la Sierra y el Llano y la experiencia de sobrevivir
haciendo piruetas frente al acoso cierto del país más poderoso de la
Tierra. Por desgracia, todo parece indicar que con la "Generación
Imposible" habrá que empezar a negociar pronto o será la guerra y el caos.

Para que no termine la narrativa revolucionaria, para que este no sea el
último congreso comunista, los "otros" deberán tomar suficiente
distancia de la aventura de terror y misterio escrita durante más de 50
años. Si quieren salvar la zaga, el Congreso deberá motivar a un público
aburrido: reformar las leyes electorales y autorizar algo de
pluripartidismo; priorizar las inversiones de los cubanos en el
exterior; hacer que los nacionales participen en las mediana y grande
empresas; dar acceso a todas las iglesias y otras instituciones no
gubernamentales a los medios de comunicación. Ese sería el tiro de
gracia al embargo norteamericano.

Publicitar en el XIII Pleno del Partido que apenas se han cumplido el
21% de los Lineamientos en cinco años no ha sido un error ni una
asunción de culpas sin más. Puede haber sido una jugada política genial;
una sonda de ensayo para aquilatar las reservas; el anuncio de que los
esfuerzos por reformar o mejorar el "socialismo real" cubano han
fracasado, y toca ahora a las nuevas generaciones, al relevo, "definir
las bases teóricas de un modelo dinámico y no estático cuya visión
estratégica y consensuada permita actualizar el modelo y hacer del
socialismo una sociedad sustentable hasta el 2030".

Parafraseando al Apóstol: en silencio lo han tenido que hacer pues todo
cuanto han dicho y hecho es para eso, porque hay cosas que han de andar
ocultas, y de convertirse en lo que son, seguramente fracasaran.

Source: El último Congreso y el próximo Partido | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1454713869_20027.html

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