sábado, 10 de agosto de 2013

La disidencia y el pecado original que le quieren endilgar

La disidencia y el pecado original que le quieren endilgar
JUEVES, 08 DE AGOSTO DE 2013 10:14
ESCRITO POR LUIS CINO ÁLVAREZ

Cuba actualidad, Arroyo Naranjo, La Habana, (PD) Aunque ya debiera estar
inmunizado contra el desconcierto en estos tiempos que corren, luego de
leer en Havana Times un artículo de Vicente Morín Aguado titulado "La
juventud ante el pecado original", quedé aturdido.

Tan aturdido como cuando me bajo de una guagua, atestada y casi sin
ventanillas, en la que he viajado durante más de una hora, del Calvario
al Vedado, a 32 grados de temperatura y a ritmo de reguetón.

Dicho artículo, aunque por su título pudiera ser tomado por una
moralizante disquisición etaria-teológica, no tiene que ver con la
expulsión del paraíso por la cuestión de la manzana y la serpiente que
refiere el Génesis bíblico. Tampoco con aquella canción de Pablito
Milanés de los años 90 donde el cantautor defendía los derechos de los
gays y les sugería a los mandarines homofóbicos que no se equivocaran
otra vez, que ellos no eran Dios.

El artículo de Morín Aguado trata de la desconexión de los jóvenes
cubanos de ahora mismo con la revolución y la contrarrevolución, que
supongo que son los términos con los que el autor se sienta más cómodo
–por convención, costumbre o inercia- para referirse a la dictadura y a
los que se le oponen. El pecado original a que se refiere Morín es de
los segundos: haber apostado por los yanquis. No importa que la apuesta
haya sido hecha hace más de medio siglo, cuando el nuevo régimen se
uncía al carro de la Unión Soviética.

Morín Aguado sigue aferrado a los tiempos de Kennedy y Khrushov, y lo
que es peor, cargando de anacronismos, errores y culpas ajenas y añejas
a la disidencia de ahora mismo.

"Los opositores al castrismo están pagando su pecado original, esa deuda
con la historia que no quieren saldar, obstinados en tiempos idos,
apartados de la realidad", escribe Morín.

Como habla Morín Aguado de tanto desfase, obstinación e irrealidad, uno
no sabe a qué "opositores al castrismo" se refiere, si a los
congresistas cubano-americanos que estamos de acuerdo en que no nos
representan a los cubanos de acá, que no fuimos sus electores; a
batistianos como los que Reinaldo Taladrid saca de los cementerios para
asustar con el retroceso y la revancha que implicaría un eventual
cambio; o a los burócratas y corruptos del gobierno que traban -porque
no les convienen- las reformas raulistas que no son tales reformas, y
cuyas conductas los ingenuos y los maniáticos de la meta-jerga castrista
se empeñan en calificar como "contrarrevolucionarias".

Llama la atención con cuánta ligereza juzgan a los opositores y
disidentes algunos recién asomados del capullo que hacen sus primeros
pininos con poses de irreverentes y libertarios siempre que ello no
implique rupturas traumáticas con los presupuestos básicos de lo que
hasta la semana pasada llamaban "la revolución" y que ahora con tanto
birlibirloque, perfeccionamiento mercantilista-timbirichero del
socialismo y confusión de lenguas, ya no saben cómo coño nombrar " sin
que suene demasiado feo.

Uno se pregunta si lo que saben estas personas que opinan tan
festinadamente de los disidentes y que los hace sentir tanta aprensión
por ellos, será algo más que las sandeces que dicen el Granma, los blogs
oficialistas y las damas y los caballeros de la Mesa Redonda.

Para la mayoría de estos personajes, su desconfianza por la disidencia,
de la que no quieren saber ni que les cuenten, y por Miami, del que solo
quieren los dólares y la pacotilla, les sirve para justificar su miedo y
su inacción. Así de sencillo.

Advierte Morín Aguado: "Con la vara que midas, te medirán". Y tiene
razón, úsese el sistema de medidas que sea. Aun los quipus de los incas,
similares a los nudos hechos en una cuerda de ahorcado –o de maniatado
con Síndrome de Estocolmo- por las medias verdades interesadas de
ciertos oportunistas.

Siempre que escucho argumentos como estos, sospecho que lo que se busca
es tirar la toalla al régimen y concederle un conteo de protección.

Diga lo que diga Morín, y por mucho que simplifique la historia de la
batalla de Santa Clara, el Che y los casquitos, que un pueblo esté harto
de una dictadura no basta para que esta se termine.

Concluye Morín Aguado con un párrafo por el que adivino que le gusta
–como a mí- la narrativa de Jesús Díaz: "En Cuba la juventud se ha
zafado definitivamente del pasado, claro, no tiene la herencia del
pecado original, aunque está en la obligación de encontrar respuestas a
la situación actual, un tema cuya solución pasa por recordar los años
duros y las iniciales de la tierra."

No logro entender si Morín Aguado celebra la apática indefensión y el
marasmo de los jóvenes cubanos. Muy jodidos están si "luchan por un Nike
o un DK NY". No sé por qué necesariamente tendrían que escuchar los
reclamos de los congresistas cubano-americanos que de aprobarse
afectarían todavía más sus precarias vidas o leer como zombis el
periódico Granma. ¿Acaso, como repiten los muchachos de mi barrio, no
hay más ná?

Para Cuba actualidad: luicino2012@gmail.com

Source: "La disidencia y el pecado original que le quieren endilgar |
Cuba noticias actualidad.Periodismo independiente." -
http://www.primaveradigital.org/primavera/politica/54-politica/8271-la-disidencia-y-el-pecado-original-que-le-quieren-endilgar.html

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