viernes, 17 de agosto de 2012

No tengo lo que tenía que tener

No tengo lo que tenía que tener
Viernes, Agosto 17, 2012 | Por Orlando Freire Santana

LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -En 1961 la entonces joven
maestra Norberta Orozco Rodríguez impartía clases en la zona de Jagüey
Grande, en la provincia de Matanzas. El lugar se hallaba cercano a la
Ciénaga de Zapata, en uno de cuyos enclaves, Playa Girón, se habían
librado las batallas principales tras el desembarco de los
expedicionarios de la brigada 2506. Después de esos hechos, los
gobernantes cubanos se dieron a la tarea de edificar numerosos centros
turísticos en toda la Ciénaga, uno de los cuales resultó ser Guamá,
ubicado en la Laguna del Tesoro.

Cuenta Norberta que ella vio con fervor cómo se construía el primer
pedraplén entre Jaguey Grande y Playa Larga, otro de los sitios
representativos de la Ciénaga; también el dragado del canal que conduce
a la Laguna del Tesoro, así como la siembra de cañas bravas y otros
árboles que embellecían el entorno. Y es casi seguro que la joven
maestra pensara en que algún día ella podría ser huésped o usuaria de
alguno de esos centros turísticos que se erigían en la Ciénaga, pues las
autoridades del país afirmaban que la revolución había desposeído a las
clases oligárquicas para entregar al pueblo todas las riquezas y
propiedades de Cuba.

No debemos de olvidar que semejante aspiración tomaba forma también en
la literatura que se escribía por aquellos años. Hacia 1964, Nicolás
Guillén, que había sido calificado como Poeta Nacional por las
autoridades culturales del castrismo, escribió el famoso poema "Tengo",
una oda que encomiaba la labor de los gobernantes para dignificar a los
cubanos, ya que el bardo estimaba que, en lo adelante, ninguna playa,
hotel, restaurante o centro turístico estarían vedados para ninguno de
los nacidos en esta isla. El final del poema era toda una anunciación:
Tengo, vamos a ver, lo que tenía que tener.

Cincuenta años después, en el 2011, la aún profesora Norberta Orozco
Rodríguez decidió disfrutar sus vacaciones, en unión de su hijo y
nietos, en el sitio que siempre la había fascinado: la Ciénaga de
Zapata. Allí pensaba, según sus propias palabras, "reencontrarse con la
historia". Sin embargo, una desagradable sorpresa le aguardaba. El
centro turístico Guamá, al que ella acudió, cobra sus servicios en CUC
(moneda equivalente a la divisa extranjera, con la que no les pagan a
los cubanos, y que se adquiere regularmente por las remesas enviadas
desde el exterior), y además había aumentado sus precios en los últimos
tiempos, razón por la cual no pudo acceder a él. Entonces a Norberta no
le quedó más remedio que dirigirse a una base de campismo popular, que
son las instalaciones reservadas para el cubano promedio, debido a que
cobran sus servicios en moneda nacional.

La mayoría de estas bases de campismo no cuentan con una infraestructura
que redunde en una cabal satisfacción del vacacionista. Muchas de sus
cabañas no son confortables, a veces falta el agua, la alimentación no
siempre cubre las expectativas, y en no pocas ocasiones faltan los
ventiladores que ayuden a combatir el calor, así como los mosquitos y
jejenes que pululan por esos parajes donde se contacta directamente con
la naturaleza. La propia Norberta, tras aseverar que recibió un buen
trato en la base de campismo, reconoció que la instalación tenía
"algunas deficiencias".

Todo lo anterior se halla recogido en una carta que la señora Norberta
envió al periódico Trabajadores (edición del 23 de julio de 2012, pag.
4), en la que concluye con evidente lamento: "Regresé luego de cinco
décadas en busca de mi pasado y no he podido encontrarlo". Ignoro si la
profesora Norberta es aficionada a la poesía. Si así fuera, es probable
que en sus oídos retumben los versos de Guillén. Solo que, en esta
ocasión, precedidos por un adverbio angustioso: no tengo lo que tenía
que tener.

http://www.cubanet.org/articulos/no-tengo-lo-que-tenia-que-tener/

No hay comentarios:

Publicar un comentario