sábado, 14 de julio de 2012

Informar en tiempos del cólera

Informar en tiempos del cólera
Fernando Ravsberg | 2012-07-12, 10:42

La venta de alimentos en las calles de Cuba casi nunca sigue las normas
sanitarias imprescindible. (Foto: Raquel Pérez)
Muy pronto tendremos que leer la prensa cubana acompañados de
diccionarios técnicos que nos permitan entender de qué nos están
hablando, ahora por ejemplo nos informan que se ha detectado la
presencia de un tal Vibrión Cholerae en Manzanillo.

Al parecer evitan decirnos que se trata de cólera para ahorrarnos
preocupaciones y, en ese mismo sentido, nos tranquilizan asegurando que
los 3 cubanos muertos con ese diagnóstico eran viejitos que padecían
además de otras enfermedades.

Dicen los colegas de Ediciones Martes que "por suerte el sistema de
salud cubano no tiene nada que ver con el periodismo". Afirman que los
médicos están mejor organizados, tienen un plan de acción y los dirigen
personas que se han "graduado de medicina".

Sin lugar a dudas los medios de prensa pueden mirar con envidia el
profesionalismo del sistema de Salud Pública en Cuba, su carácter
preventivo, sus estrategias a largo plazo, su rápida capacidad de
respuesta y el respeto que la sociedad siente por sus médicos.

Pero ahora la Salud tiene nuevos retos, como proteger a la población de
las enfermedades que puedan traer los cooperantes cubanos, ejercer
control sobre las decenas de miles de trabajadores autónomos que venden
alimentos y sobre las compañías extranjeras asociadas.

A grandes empresas como Aguas de La Habana, se les debería exigir que
cumplan su rol. Gastan parte del presupuesto en purificación del líquido
cuando en la red existen miles de salideros, fuentes de contaminación
por las que además se pierde la mitad del agua "potable".

La misión de los cubanos en Haití luchando contra el cólera es loable
pero lo cierto es que implica exponer a miles de médicos a la enfermedad
por lo que a su regreso deberían establecerse controles o cuarentenas
que permitan evitar una "polinización" de la enfermedad.

En el caso del Vibrión Cholerae el riesgo es doble, Cuba tiene miles de
cooperantes trabajando en África en los más variados sectores, desde la
salud hasta la construcción. Cualquiera de ellos puede llegar acompañado
del cólera o de otros peligrosos microorganismos.

Con la cantidad de dinero que estos hombres y mujeres producen para el
país, se podría incluso dedicar un hotel que combine la necesaria
cuarentena con el merecido descanso. Seguramente costará menos que una
campaña sanitaria como la de Manzanillo.

Pero no solo de fuera vienen los problemas. Durante la macrocrisis y la
miniapertura de los años 90 hice un reportaje en "El Manguito", un
pueblo de la provincia de Matanzas en el que un vendedor particular de
frituras mató a decenas de personas.

El hombre trasladó la malanga o el maíz -no lo recuerdo bien- en un saco
contaminado con insecticida, hizo la masa, la frió y la vendió.

Terminó en la cárcel pero sufrió un castigo mucho más duro porque uno de
los fallecidos fue su pequeña hija.

No quiero decir que el único peligro viene de los trabajadores autónomos
porque me consta que en todas partes ocurren barbaridades pero lo cierto
es que en el sector estatal ya existen ciertas normas y practicas
sanitarias que reducen el peligro.

Una especialista en alimentos me explica que también en las empresas del
Estado se violan normas de salubridad, la diferencia es que ante un
problema es fácil establecer la "trazabilidad", de cara a averiguar el
origen, el lugar y el momento de la contaminación.

Con casi 400 mil cuentapropistas, la mayoría dedicados a la
alimentación, se impone establecer en el país mecanismos de control
sanitario eficaces que sirvan de garantía al consumidor, certificando
que puede ingerirlos sin peligro para su salud.

Pero no bastará con legiones de inspectores, es clave abrir tiendas
mayoristas que compitan en precios con el mercado negro. Cuando el
trabajador autónomo compre sus productos en ellas se habrán reducido en
gran medida los peligros para la salud de la población.

Esto es solo una muestra de cómo el tira-y-afloja interno podría impedir
el desarrollo integral del Plan Maestro de reformas, creando un modelo
deforme con peligrosos agujeros negros, producto de una negociación en
la que cada ley es acompañada de un "pero".

Se autoriza la compraventa de automóviles "pero" solo usados, reparten
tierras "pero" se prohíbe a los campesinos construir casas en las
parcelas y autorizan el trabajo autónomo "pero" sin tiendas mayoristas
que les vendan los insumos imprescindibles.

http://www.bbc.co.uk/blogs/mundo/cartas_desde_cuba/2012/07/informar_en_tiempos_del_colera.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario