lunes, 4 de junio de 2012

El caro e innecesario jueguito militar

El caro e innecesario jueguito militar
Lunes, 04 de Junio de 2012 00:00
Escrito por José Antonio Fornaris

Cuba actualidad, Managua, La Habana, (PD) Resido en una zona en la que
desde los tiempos de la República hay asentamientos militares, pero de
acuerdo con personas que viven en el área desde siempre, en la
actualidad hay muchos, muchos más, que antes de la llegada al poder de
los guerrilleros marxistas en 1959.

Dentro de ese tejido es normal ver a diario a uniformados, y escuchar,
en alguna que otra ocasión, hablar de construcción de túneles. Y también
ver, a veces, camiones bajitos, color naranja, con grandes neumáticos,
que al parecer son los usados en esos menesteres.

En los años 80, cuando Ronald Reagan era presidente de Estados Unidos,
hubo una fiebre de túneles en Cuba. Se construyeron en parques públicos,
escuelas y en los más disimiles sitios. Un tiempo después nadie se
acordaba de ellos, pero lo que costó hacerlos quedó tapado dentro de
ellos. Pero no cabe duda que la costumbre de invertir recursos en la
construcción de túneles supervive.

Hace casi 59 años que Fidel Castro, en su autodefensa tras los asaltos a
los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, aseguró que en Cuba
no era necesario un ejército, y que todo lo que se gastaba en armas y en
mantener ese cuerpo armado, debería emplearse en mejorar el nivel de
vida de la población.

Claro, de la misma manera que un tiempo después dijo varias veces que no
era comunista, y después resultó ser un rojo ortodoxo, así mismo pasó
con el asunto de las fuerzas armadas.

De unos 20 mil alistados en el Ejército Constitucional se pasó a cientos
de miles de tropas con tres grandes ejércitos: Oriental, Central y
Occidental. Y nadie sabe cuánto le cuesta al país mantener a esa gente
con toda su logística. Y se debe incluir, además, los privilegios de
varios tipo de que gozan los oficiales. A todo eso hay que agregar la
llamada Ley del Servicio Militar General, por la cual, miles de
trabajadores son cada año sacados de sus ocupaciones habituales y
llevados durante varios meses a recibir instrucción militar.

Algunas fuentes independientes afirman que los gastos militares le
cuestan a la nación anualmente entre 12 y 15 mil millones de dólares.
Pero sea cual sea la cifra, que obligatoriamente tiene que ser alta, eso
es un crimen contra el pueblo de Cuba.

Mientras eso ocurre, y lleva muchos años ocurriendo, entre otras
necesidades de primer orden, hay una crónica escasez de viviendas y de
transporte público, a los niños se les quita la cuota de leche a los
siete años de edad, crece el desempleo, los artículos de primera
necesidad son pocos y caros y los salarios son totalmente insuficientes
para cubrir los gastos básicos de sobrevivencia. El salario promedio
mensual es de 418 pesos (un dólar=25 pesos).

Pero si los gastos militares eran innecesarios en 1953 como planteó
Fidel Castro, en los tiempos actuales lo son mucho más, porque su
objetivo fundamental no parece ser otro que la justificación que tienen
los generales para existir.

Cuba es una isla estrecha y corta, con 3 735 kilómetros de costas. No
hay que ser un estratega militar para percatarse de que con cohetes, que
es posible lanzar desde buques situados a prudencial distancia, a las
plantas generadoras de electricidad, a las pocas carretas y vías férreas
existentes, el país quedaría paralizado casi de inmediato. Además, con
tantas costas, se puede desembarcar por innumerables sitios.

Y a eso hay que agregarle que Cuba no tiene ninguna fuerza económica, y
que el enemigo que nos atacaría -eso es lo que nos han dicho durante
decenios- es Estados Unidos, la nación más poderosa de la historia de la
humanidad.

Tras eso, la humillación militar con la frustración, junto con su
familia, para todos los que tienen vocación castrense. Y lo menos que se
necesita en Cuba -ya hay bastantes con tantas cosas sin lograr- es más
gente frustrada.

Al parecer, una de las urgencias que tendrán que afrontar de inmediato
los futuros legisladores, en el momento que se arribe a la democracia,
será reducir las fuerzas armadas al mínimo o erradicarlas.

Si los actuales gobernantes hicieran algo parecido, le ahorrarían a la
nación muchos sacrificios y privaciones innecesarios. Pero eso es algo
casi imposible de que ocurra porque son precisamente los generales los
que detentan el poder.

Para Cuba actualidad: fornarisjo@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/117-politica/4240-el-caro-e-innecesario-jueguito-militar.html

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