lunes, 18 de julio de 2011

El negocio privado desborda a Cuba

El negocio privado desborda a Cuba

El régimen intenta poner orden ante la gran proliferación de todo tipo
de actividades comerciales que ocupan aceras y paseos
18.07.11 - 00:05 -
MILAGROS L. DE GUEREÑO CORRESPONSAL | LA HABANA.

'Granma' encabeza una campaña para divulgar los requisitos básicos que
preserven «la imagen urbana y el buen gusto»
Maritza carga su maleta de ruedas por una calle habanera. Parece que
sale de viaje. Pero se detiene al doblar una esquina donde la acera se
convierte en un minipaseo. De una tienda de ropa reciclada saca un
tenderete vertical de madera, una silla de plástico y un par de
sombrillas. En un segundo los coloca en su rincón. La maleta se
convierte en un chistera mágica. Salen bufandas, manteles, bolsos,
brujitas de la suerte y una variada gama de textiles confeccionados por
la logopeda convertida en artesana «para ganar más dinerito». Por
utilizar esos dos metros cuadrados de vía pública está obligada a pagar
uso de suelo, un requisito de las autoridades para poner orden y
preservar la imagen del entorno ante el aumento de los negocios privados.
Otros cuentapropistas andan en similares trajines. Jurniel expone sus
flores en cubos sobre una tabla. Más sofisticadas, María y Raquel
exhiben collares, pendientes y anillos de bisutería sobre una tabla
forrada de tela negra. Hay tallas para colgar llaves, estropajos,
zapatos, bolsos, pequeños muebles de madera, deuvedés con series de
televisión, películas, vídeos musicales y cedés, todos libres del pago
de derechos de autor; una churrera, un relojero y hasta un puesto para
rellenar mecheros y encendedores de cocina de gas.
Un poco más arriba, cerca del mercado agropecuario, el descontrol es más
notorio. Unos cuantos hombres y mujeres de todas las edades se disputan
la sombra de un árbol para no sucumbir al calor mientras venden, jabas
(bolsas de plástico), velas, cerillas, pegamento o hilos muchas veces
más caros que en las tiendas. Los últimos en llegar ocupan impertérritos
casi toda la acera. Los menos vuelan cuando atisban a la Policía. Son
los 'top manta' locales. Hay quien construye mostradores, bancos de
cemento, y levantan columnas para colocar carteles en garajes, terrazas,
jardines o porches.
El florecimiento de negocios privados ha derivado en la utilización de
cualquier espacio para montar negocios, creando malestar entre
viandantes y vecinos. El diario 'Granma', órgano oficial del Partido
Comunista Cubano (único), encabeza una campaña para divulgar los
requisitos básicos para preservar «la imagen urbana, el orden y el buen
gusto». Graciel Rodríguez, presidente del Instituto de Planificación
Física (IPF), explica que la «modificación o ampliación», así como la
colocación de «elementos ligeros de protección solar, soportes gráficos
o carteles» debe ser autorizada.
El IPF ha preparado 2.000 folletos y 5.000 carteles con información
sobre «lo que se puede hacer, y cómo» para evitar violaciones que
«atenten contra la imagen del entorno, y no tener que aplicar multas».
Rodríguez aboga por utilizar un mayor número de «espacios ociosos». En
La Habana, donde el problema es más grave porque concentra el 32% de los
cuentapropistas, funcionan ya 85 áreas y se estudian otras 80 donde
levantar bazares y ferias colectivas.
Pago de impuestos
Según datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, desde que en
octubre de 2010 se ampliaron a 178 las actividades privadas, las
licencias han pasado de 147.000 a 313.000. Las más solicitadas son para
vender alimentos seguidas del transporte de pasajeros. La condición para
ejercer como autónomo y tener seguridad social y jubilación es pagar
impuestos. Cómo el modelo se está extendiendo, el Gobierno estudia
unificar cuotas mínimas según las actividades.
Los transportistas pagan ya todos por igual con independencia del
municipio donde estén inscritos. También abonarán un nuevo impuesto para
contribuir a la reconstrucción de La Habana Vieja los dueños de negocios
privados que radican en ese barrio colonial de la capital cubana
declarado patrimonio de la humanidad. Allí se concentra el turismo y los
ingresos suelen ser mayores, pero algunos temen tener que engrosar la
lista de las 70.000 personas que han devuelto los permisos desde 1994.
La Oficina Nacional de Estadística (ONE) asegura que las actividades
privadas son más rentables para los trabajadores que los empleos
públicos aunque estos ingresan más a las arcas estatales. Por ejemplo,
un campesino ganó en 2010 un promedio mensual de 700 pesos (unos 23
euros); un trabajador privado urbano 1.023 pesos (33 euros), mientras
que un empleado estatal se quedó en 448 pesos (15 euros). Una diferencia
que explica el interés por trabajar para uno mismo.

http://www.hoy.es/v/20110718/internacional/negocio-privado-desborda-cuba-20110718.html

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