jueves, 11 de noviembre de 2010

Ravsberg no conoce a la población cubana

Ravsberg no conoce a la población cubana
José Alberto Álvarez Bravo

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Como ya es habitual,
Fernando Ravsberg se bambolea en la cuerda floja del servilismo a la
dirigencia cubana, que le permitió radicarse en la isla, conservando el
privilegiado status de extranjero, a cambio de edulcorar la píldora del
socialismo real.

Esta vez convoca al enojo cuando se lee el texto Matrimonios y algo más.
"Esto es como casarse en el paraíso", dice que le dijeron, al unísono,
los novios, una joven pareja de canadienses vestidos para la ocasión.

Resulta que los norteños vinieron a casarse en Cuba, pero no en el
Palacio de los Matrimonios de San Miguel del Padrón, sino en el cayo
Santa María, una bellísima islita del archipiélago cubano.

Sigue contándonos el sudamericano aplatanado que "el año pasado de
casaron más de 500 parejas de extranjeros en sus playas" y que, como no
lo creía, decidió comprobarlo con sus propios ojos, "lo que no significó
ningún sacrificio". Por supuesto. Y hacia el cayo dirigió su auto
Ravsberg, quien batalló en otro tiempo para instaurar en su natal
Uruguay la simiente del devaluado socialismo castrista.

Confiesa que entre las sorpresas deparadas por el paradisíaco escenario,
"la más importante fue la cantidad de cubanos que encontré allí". A lo
que agrega la facilidad para distinguir a los cubanos de los
extranjeros, y a "los que vienen de Miami" de los encadenados al terruño.

Se nota la nostalgia de este buen señor por "la calma y el silencio que
se vivía cuando estaba prohibida la entrada a los nacionales". Hasta
este punto se puede leer su trabajo sin mayores emociones. En cambio, el
"emocionómetro" se dispara ante una frase que ofende a la más modesta
inteligencia: "Los turistas de otras latitudes tienen ahora la
posibilidad de relacionarse con la población del país".

Tronco de irreverencia a la verdad objetiva.

El señor se da de narices contra su propio irrespeto. Fresco como una
lechuga después de haber disparado semejante canallada, Ravsberg pifia a
la hora de enumerar los componentes de "la población del país: artistas,
deportistas, emigrados, trabajadores por cuenta propia y los que laboran
en polos turísticos".

A este sector privilegiado que el uruguayo confunde con "la población
del país", habría que agregar la tropilla de agentes de Seguridad del
Estado, privilegiados y oportunistas de toda laya, revueltos con la
"izquierda bistec" internacional que continúa defendiendo a un régimen
corrupto.
Para que "los turistas conozcan a la gente del país que visitan",
Fernando Ravsberg debiera guiarlos a la Corea, Indaya, o cualquiera de
los barrios marginales que pululan en los alrededores de La Habana,
donde malviven personas con pleno derecho a no ser ignoradas cuando se
habla de "la población del país", sin agregar que en muchos solares del
resto de La Habana encontrará mucha gente que no sabe que el cayo santa
María existe.

http://www.cubanet.org/CNews/year2010/Nov2010/11_C_3.html

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