miércoles, 17 de noviembre de 2010

El regalo al médico

El regalo al médico
Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Si hay un trabajador en
Cuba que puede sentirse humillado por los bajos salarios que percibe, es
el médico. Pero, ¿realmente los médicos cubanos se sienten humillados?

Cuenta Pedro Emilio, un vecino que se operó de la vesícula
recientemente, que cada vez que iba a la consulta del médico le llevaba
un obsequio. La última vez que lo vio, antes de sentarse, colocó junto a
la butaca de su doctor una bolsa de nylon llena de productos, valorados
en más de 40 dólares, una verdadera fortuna en Cuba. Así mostraba su
agradecimiento. El doctor le sonrió y le dijo que no era necesario. Pero
aceptó el regalo, como hacen todos.

Los médicos cubanos tienen un salario de 500 pesos mensuales (moneda
nacional), mucho menos de 25 dólares. Reciben algo más los especialistas
y los que ocupan cargos en los centros hospitalarios. Otra de sus
prebendas es que aún el sector de la salud ofrece merienda y almuerzo a
los trabajadores; también comida y merienda en los turnos de madrugada.

Hace poco, una amiga comentó que a una médica amiga de ella una paciente
le obsequió una lavadora nueva, que además de lavar la ropa, la seca, un
producto que un médico no podría adquirir con su salario, porque cuesta
400 dólares en las tiendas estatales, lo cual equivale a más de un año
de su sueldo.

En Cuba, hacer regalos al médico se ha convertido en algo normal. Es
raro ver a un paciente llegar con las manos vacías a una consulta.
Aunque se trate de una persona de bajos recursos, siempre regala algo,
aunque sea un pan con tortilla de los que venden en los timbiriches en
las afueras de los hospitales, un bolígrafo de propaganda o una merienda
hecha en casa.

Hoy, debido a la escasez a la que ha estado sometido el pueblo cubano
bajo el castrismo, hasta la costumbre de asistir a los cumpleaños
infantiles con algún regalito para el homenajeado, ha desaparecido.

Sin embargo, el regalo al médico, aunque el gobierno se empeñe en
prohibirlo para proclamar que la salud pública es completamente
gratuita, se ha convertido en una costumbre inevitable; quizás porque a
los pacientes hasta les inspira pena ver a un médico con zapatos viejos
y un pantalón raído.
Los médicos que son enviados al extranjero a cumplir las llamadas
"misiones internacionalistas", son la excepción de la regla. Aunque
tampoco escapan a la explotación del estado, algunos ahorran algún
dinero o realizan algún negocito "por la izquierda" en el exterior y
regresan a Cuba cargados de electrodomésticos, muebles, juguetes, ropa y
zapatos para varios años.

http://www.cubanet.org/CNews/year2010/Nov2010/17_C_5.html

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