lunes, 8 de noviembre de 2010

Árbol que nace torcido

Árbol que nace torcido
Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) – Fue obvio, desde sus
inicios, el fracaso de la primera experiencia de "construcción del
socialismo", la soviética, que ocurrió en un país atrasado y semi
feudal, y no como vaticinaran Marx y Engels, en un país capitalista
industrializado.

Ya en los cuatro primeros años del golpe de estado perpetrado por Lenin
en Moscú, en su empeño por implantar un programa de transición gradual
al socialismo, Rusia se vio sumida en una profunda crisis económica, con
sus campos devastados y los campesinos padeciendo hambruna. Su
producción industrial sólo había alcanzado el 31% de los niveles
logrados durante el zarismo.

Cuando Lenin se enfrentó al descontento popular y a los alzamientos en
su contra, como el de los marinos de Kronstad, en 1921, retrocedió, por
temor a que su Revolución se desmoronara.

Entonces que puso en práctica una nueva política económica, la misma que
había combatido, propia del capitalismo, con el fin de asegurar un
rápido crecimiento económico en Rusia.

La Nueva Política Económica de Lenin, conocida por sus siglas NEP, que
comenzó a aplicarse en 1921, fue calificada por él mismo como un
"retroceso táctico", inevitable dadas las circunstancias históricas del
país. Lenin descentralizó la industria estatal, se legalizó el comercio
privado, se desnacionalizaron los pequeños negocios y los campesinos
volvieron a disfrutar de un mercado libre.

Todo esto contribuyó a que, gracias al sector privado, Rusia alcanzara
generar el 54% de la renta nacional, y que en el corto plazo de cuatro
años hubiera recuperado los niveles de producción que tenía bajo el
gobierno del Zar, en 1913.

Aunque la NEP tuvo resultados positivos, los comunistas más ortodoxos le
atribuyeron graves consecuencias ideológicas. ¡Como si el pueblo se
alimentara con ideología! Según ellos, desarrolló el individualismo y
propició la explotación del trabajo ajeno.

Luego de los años treinta, con Stalin en el poder, las medidas
capitalistas de Lenin desaparecieron, para dar inicio a centralización,
controles excesivos y represión.
Sin embargo, a pesar de haber sido saqueada y devastada durante la
Segunda Guerra Mundial, de la Guerra Fría y del bloqueo económico que
sufrió, la reconstrucción de la URSS fue reconocida por el mundo
entero. Los soviéticos incluso llegaron a fabricar la bomba atómica,
para equipararse militarmente con Estados Unidos.

Pero, mucho antes de los años ochenta, el edificio soviético, plagado de
viejas y profundas grietas, ya comenzaba a tambalearse. Los ancianos
dirigentes como Andropov y Chernenko no sabían qué hacer; el Partido
Comunista perdía prestigio ante el fracaso económico, con un modelo
económico convertido en un laberinto sin salida, un nivel de vida cada
vez más bajo y gastos militares muy superiores a los de Estados Unidos.

Un país en ruinas encontró Mijail Gorbachov en marzo de 1985, cuando
asumió el poder, y comprendió que, como en tiempos de Lenin, era
necesario transformar el anacrónico sistema socialista, aplicando algo
parecido a la NEP leninista.
Todos sabemos lo que ocurrió entonces: para lograr riqueza y democracia,
la URSS tuvo que desaparecer y deshacerse del control único de su
partido comunista, su gobierno, su estado totalitario y de la utopía de
un sistema social que nació torcido.

http://www.cubanet.org/CNews/year2010/Nov2010/08_C_6.html

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