De Luis Ayllón (el 02/08/2010 a las 18:04:49, en Cuba)
El nuevo secretario de Estado de Asuntos Exteriores e Iberoamérica, Juan
Pablo de Laiglesia le dijo hace unos días a Europa Press que para
mediados de agosto se espera que puedan venir a España un nuevo grupo de
presos políticos excarcelados por las autoridades cubanas, en virtud del
acuerdo alcanzado con al Iglesia Católica, y en el que el Gobierno
español está desempeñando un papel clave.
Pero quizás el ministro Moratinos, principal artífice de la
participación española en la operación, no esperaba los problemas que ya
se están planteando. Cruz Roja Española ha advertido de que la mayoría
de los excarcelados llegados a España junto a sus familias no pueden
permanecer en Madrid por más tiempo y tienen que ser trasladados a otros
lugares del país. El asunto se ha convertido en una patata caliente para
el Gobierno, porque son pocos los que están dispuestos a abandonar
Madrid. Ya se han visto desterrados de Cuba y no quieren ser desplazados
de nuevo a otras ciudades donde tal vez puedan ser mejor atendidos, pero
donde ven pocas posibilidades de labrarse un futuro.
La venida a España era la única alternativa que les quedaba si querían
abandonar la cárcel, donde fueron metidos por no compartir las ideas de
la revolución castrista. Hasta ahora, que se sepa, ninguno de los que
rechazaron la oferta ha sido puesto en libertad.
Lo cierto es que al Ejecutivo le han desbordado los acontecimientos. Se
les ofreció salir con sus familiares y el número de estos ha superado
todas las expectativas. Si dentro de unos días llegan nuevos grupos de
personas el problema se agravará e incluso se corre el riesgo de
alimentar una corriente de antipatía hacia ellos, entre muchos españoles
que pasan dificultades económicas y que no entienden por qué hay que
dedicar fondos a unos cubanos y a sus familias, que de pronto han
irrumpido en España
La operación pudo ser bienintencionada al buscar mejorar las condiciones
de vida de los opositores a los Castro, pero ha sido un claro error
político en el que ha incurrido el ministro en su afán por lograr el
cambio de la Posición Común Europea hacia la Isla. El régimen castrista
es el principal beneficiario de lo que está sucediendo. Se va a quitar
del medio a quienes les molestan y además espera un premio por ello.
Pero no se olvide lo que acaba de decir Raúl Castro ante la Asamblea
cubana: que "la Revolución puede ser generosa porque es fuerte". Raúl y
su hermano, el sorprendentemente revivido líder Fidel, siguen pensando
que son los dueños de la libertad de los cubanos, a quienes hoy pueden
encarcelar y mañana dejar libres a su antojo. Y si molestan demasiado,
siempre habrá alguien a quien engañar para que se los lleve."
http://www.abc.es/blogs/luis-ayllon/public/post/desterrados-de-cuba-desplazados-de-madrid-4488.asp
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