Entre el lucro y la justicia
By FRANK CALZON
Cuando me enteré de las gestiones hechas por British Petroleum para
liberar al terrorista libio condenado por el derribo en 1988 del vuelo
103 de Pan Am sobre Escocia, recordé el verso bíblico que dice: ``No hay
nada nuevo bajo el sol''.
En 1996, ocho años después del ataque terrorista que destruyó la
aeronave de Pan Am, tres ciudadanos norteamericanos y un residente legal
de Estados Unidos que piloteaban dos avionetas en una misión de rescate,
en espacio aéreo internacional, sobre el estrecho de la Florida, fueron
asesinados por aviones de guerra cubanos. Las cuatro víctimas del
terrorismo castrista fueron: Carlos Costa, Armando Alejandre, Mario de
la Peña y Pablo Morales.
Según informes de prensa, BP le dio más importancia a sus posibles
ganancias que a las 270 víctimas, 190 de ellas norteamericanas, que
fueron asesinadas por la dictadura de Moammar Ghadafi. El gobierno
inglés ha dicho que la decisión de liberar al terrorista fue un grave
error, y el senador Charles Schumer (demócrata por Nueva York) le ha
pedido al secretario de Justicia norteamericano, Eric Holder, que abra
``una investigación criminal'' para ver si BP ``participó en
transacciones ilegales para conseguir la liberación del terrorista''.
Sea como sea, el Texas Farm Bureau, la National Farmers Union y el
presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Representantes,
el congresista Collin Peterson (demócrata por Minnesota) trabajan sin
descanso para lograr que se aprueben beneficios comerciales, subsidios y
seguros de exportación, que pagarán los contribuyentes norteamericanos,
en favor del comercio con el régimen cubano, un régimen que condecoró a
los oficiales de su fuerza aérea que apretaron el gatillo aquella
fatídica tarde de 1996. Pero, inexplicablemente, los presidentes
Clinton, Bush y Obama no han enviado los nombres de los asesinos a INTERPOL.
Aquellos oficiales no son los únicos responsables del crimen. El
ministro de las fuerzas armadas cubanas que ordenó los asesinatos es el
general Raúl Castro. Los tribunales americanos condenaron a varios
espías cubanos vinculados con el crimen. Esos espías, permítaseme
aclarar, no son como los espías rusos recientemente canjeados: la
evidencia demuestra sin lugar a dudas que los espías cubanos tenían
órdenes de encontrar lugares apropiados en las costas de la Florida para
desembarcar armas y personal, los cuales no venían a Estados Unidos en
una misión humanitaria.
Uno de los espías, Gerardo Hernández, se encuentra en una penitenciaría
federal, convicto de conspiración para cometer un asesinato, espionaje y
otros actos ilegales. Otro de las espías, Juan Pablo Roque, huyó a Cuba
poco antes de que las dos avionetas fueran derribadas.
Hoy, una bien organizada y financiada campaña presiona al presidente
Obama para que libere a los espías castristas, precisamente en el
momento en que dos norteamericanos son condenados (uno de ellos a cadena
perpetua) por espiar para los Castro.
Las compañías americanas que le venden a La Habana entienden que
``vender'' es igual que cobrar, y que sus negocios con La Habana son una
simple transacción comercial. Cuba, sin embargo, está en bancarrota, y
los inversionistas españoles en la isla no pueden sacar su dinero de los
bancos cubanos debido a la crisis de liquidez que confronta el régimen.
demás, el comercio con los hermanos Castro no es como el comercio con
otros países. En Cuba no hay compañías comerciales independientes del
gobierno, y el régimen entiende que al comprar granos americanos, están
comprando la influencia de esas compañías. Para La Habana los que le
venden a Cuba tienen la obligación de defender el régimen.
La intersección entre la justicia, las muertes norteamericanas y el
lucro de las corporaciones es letal para los intereses nacionales
estadounidenses. BP jugó un papel importante en la liberación del
terrorista responsable por las víctimas de Lockerbie. Y a las
corporaciones americanas que hacen negocios con La Habana no parece
importarles que las manos de los hermanos Castro estén manchadas de
sangre norteamericana. El titular del periódico Times de Londres lo dijo
claramente: ``El terrorista de Lockerbie es liberado por petróleo''.
Queda por ver si los asesinos de los americanos en el Estrecho de la
Florida ``serán liberados para facilitar las ventas de granos''.
Director ejecutivo del Centro para Cuba Libre.
http://www.elnuevoherald.com/2010/07/24/771160/frank-calzon-entre-el-lucro-y.html
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