jueves, 19 de noviembre de 2009

Raúl Castro mantiene intacta la represión en Cuba

Raúl Castro mantiene intacta la represión en Cuba
Human Rights Watch reclama más presión internacional al régimen
castrista en favor de los presos políticos

MAITE RICO - Madrid - 18/11/2009

El traspaso de poderes de Fidel Castro a su hermano Raúl, en julio de
2006, desató en Cuba una esperanza de cambio, alentada por el propio
régimen. Tres años después, la realidad no puede ser más sombría: el
aparato de represión castrista no sólo no ha sido desarticulado, sino
que funciona a todo vapor. Así lo ha constatado Human Rights Watch
(HRW), que ha presentado un amplio informe sobre la situación de los
derechos humanos en la isla. Al menos 40 disidentes han sido
encarcelados en esta etapa, en la que los arrestos arbitrarios, las
farsas judiciales y los malos tratos siguen a la orden del día. La
organización exige una "presión efectiva" para forzar la liberación de
los presos políticos y critica la estrategia de acercamiento al régimen
cubano impulsada por el Gobierno español.

"Poner fin a la "posición común" de la UE equivaldría a consentir la
represión", asegura el informe.

La ONG critica al Gobierno español: "Poner fin a la 'posición común' de
la UE equivaldría a consentir la represión"

José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW, es contundente:
"Durante estos tres años en el poder, Raúl Castro ha sido tan brutal
como su hermano". Las 123 páginas del informe, titulado Un nuevo Castro,
la misma Cuba, dan cuenta de un patrón sistemático de abusos no solo
contra los opositores, sino contra cualquier cubano que pretenda ejercer
los derechos más elementales.

Para ello el régimen recurre a una batería de leyes y de figuras
(desobediencia, insubordinación, desacato) que penalizan cualquier forma
de disenso. El Gobierno, constata HRW, siente especial predilección por
la "más orwelliana" de estas medidas: la ley de peligrosidad, que
permite, incluso, castigar a los ciudadanos antes de que hayan cometido
un delito, por el mero hecho de que resultan sospechosos. "Esta
disposición es netamente política y define como peligrosa a cualquier
conducta contraria a las normas socialistas", señala el informe.

Con semejante laxitud, la lista de víctimas es muy variada. Distribuir
ejemplares de la Declaración Universal de Derechos Humanos le ha costado
al habanero Jorge Barrera una condena de diez años; Ramón Velásquez, que
emprendió una caminata a favor de los derechos humanos, fue condenado a
tres años de prisión. No es necesario promover la apertura democrática
en Cuba, como hacían Alexander Santos o Juan Luis Rodríguez Desdín, para
dar con los huesos en la cárcel después de juicios sumarios: basta con
estar desempleado (a los disidentes se les echa del trabajo y luego se
les encarcela por no tener empleo) o, simplemente, con buscarse algún
ingreso al margen del Estado para intentar sobrevivir (el sueldo medio
en Cuba no llega a los 15 euros al mes).

Human Rights Watch ha acreditado el encarcelamiento de al menos 40
personas por "peligrosidad", pero asegura que hay muchos más que no ha
podido documentar. En prisión siguen también 53 de los 75 disidentes
-periodistas y activistas humanitarios- detenidos en la llamada
Primavera Negra de 2003. Los presos de conciencia superan los 200. Entre
los más recientes, está el conocido médico Darsi Ferrer, detenido en julio.

El organismo destaca las "condiciones inhumanas" de las cárceles
cubanas, marcadas por el hacinamiento, la insalubridad, la desnutrición
y las enfermedades. Pero además, los presos políticos se enfrentan a
malos tratos que "pueden alcanzar el nivel para ser considerados
torturas". Además de las palizas, son sistemáticas la reclusión en
celdas de aislamiento, la prohibición de visitas familiares y la
desatención deliberada de los problemas de salud. En tres casos, por lo
menos, los prisioneros políticos han sido encerrados en celdas ocupadas
por enfermos de tuberculosis.

Para elaborar el informe, los investigadores de HRW mantuvieron más de
60 entrevistas clandestinas sobre el terreno -el Gobierno no autoriza
las misiones de observación internacional-, y también vía telefónica
desde Nueva York. El trabajo se ha realizado a lo largo del último año.

Además del encarcelamiento, el régimen de Raúl Castro recurre a lo que
los disidentes llaman "represión de baja intensidad": desde multas a
detenciones breves, actos de repudio - agresiones por parte de turbas- o
amenazas tanto a los opositores como a sus familiares o vecinos, que
convierten la vida cotidiana en un infierno de aislamiento y de temor.

Ante este panorama, HRW pide a la comunidad internacional que ejerza
"una presión efectiva" que, actualmente, brilla por su ausencia. De
entrada, recomienda a EE UU que levante un embargo comercial que ha
resultado "contraproducente" y se ha convertido en el mejor pretexto del
régimen para reprimir a su población. El varapalo se extiende a los
Gobiernos latinoamericanos, cuyo silencio (cuando no el apoyo abierto,
como en el caso de Venezuela, Bolivia o Ecuador) perpetúa el clima de
impunidad y represión.

El ministro de Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, es también
objetivo de la crítica de la organización humanitaria, por su pretensión
de desmantelar la llamada la Posición Común de la UE, que condiciona la
cooperación con Cuba al respeto a los derechos humanos. "Poner fin a la
'posición común' de la UE equivaldría a consentir la represión", asegura
el informe. Por el contrario, HRW insta a trazar una estrategia
internacional coordinada, para forzar la liberación de todos los presos
políticos. Esa coalición multilateral debería tomar en consideración
sanciones "lo suficientemente graves como para que tengan un impacto
real" en los dirigentes cubanos, como por ejemplo restricciones de
viajes y congelación de cuentas en el exterior.

Raúl Castro mantiene intacta la represión en Cuba · ELPAÍS.com (18
November 2009)
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Raul/Castro/mantiene/intacta/represion/Cuba/elpepuint/20091118elpepuint_14/Tes

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