miércoles, 18 de noviembre de 2009

Preparados para el libretazo?

¿Preparados para el libretazo?
Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) – Cualquier orientación del
Partido Comunista o el Gobierno que caiga sobre nuestras espaldas,
difícilmente logrará cogernos movidos. Lo que viene, venga de donde
venga, suele primero canalizarse a fuerza de experimentos sobre la
sociedad. Y luego, fuese cual fuese el parecer del público encuestado
soplo a soplo, la medida gubernamental caerá por su propio peso.

Sobre la libreta de racionamientos, engendro de la "revolución cubana"
que vio la luz el 24 de marzo de 1962, muchos se preguntan si
desaparecerá o no. Se dice que sus días están contados, que se limitará
sólo a algunos productos, o que serán los jubilados, casos sociales y
enfermos que requieran una dieta especial, los únicos portadores del
documento.

¿Dejara de existir dicho documento? ¿Perdería el proletariado su segunda
cédula en importancia después de la identificación personal?

Con la libreta sobrevivimos a golpe de calorías importadas o de
laboratorio, compramos el pollo de navidad y fin de año. Con la libreta
conseguimos un desglose habitacional, un cambio de dirección, un paquete
de almohadillas sanitarias o de vez en cuando, un termómetro chino en la
farmacia del barrio.

Todavía existen detractores que se resisten a la idea de seguir con la
libreta de productos normados, por considerarla una cruz que el poder
centralizado arrastra por más de 50 años. Pero en cuanto a desaparecer
los racionamientos tradicionales por habitante, que también se añade a
la eliminación paulatina de los comedores obreros y a las chequeras
temporales de enfermos y desvalidos, debo sugerir que desataría la
hambruna entre el 70 por ciento de la población.

Sé de núcleos familiares que venden su cuota mensual de arroz, leche en
polvo, granos, café y cigarros. Es cierto que algunos lo hacen para
alimentar vicios y sinvergüencerías de toda índole; pero la mayoría, con
ese dinero suplen otras necesidades básicas como medicinas o alimentos
no comercializados por el Estado.

¿Cuántos cubanos estamos preparados para ese libretazo que se avecina?
Si la eliminación de la libreta de racionamientos significa convertir
los subsidios históricos en una oferta liberada, tan prohibitiva como la
economía informal, ¿hasta dónde estiraríamos el salario mensual?

Dicen que para el mes de diciembre se unen a los ya liberados chícharos
y la papa, el aceite a 18 pesos la libra, el paquete de café a 8 y los
frijoles colorados a 6 pesos.

Es posible que estemos preparados. De hecho, cada familia cubana consume
alimentos a sobreprecio porque lo racionado se agota los primeros 12
días del mes. Teóricamente la balanza se inclina a favor del Estado,
quien tiene que importar el 80% de los alimentos subsidiados. A falta de
otros víveres imprescindibles, el cubano promedio consume alrededor de
150 libras de arroz por año.

Me considero en el bando de los que apuestan porque se mantenga la
cartilla de racionamiento. Prescindir de esta, o en el mejor de los
casos, limitar sus cuotas, sería un desajuste total para la economía del
hogar; más cuando signifique comprar a tiempo completo arroz, granos,
azúcar, café, pasta dental y jabón a sobreprecio.

De todas formas, intencional o no, el asunto no pasa de ser un rumor.
Ahora, de que estemos preparados para el libretazo final, está por ver.
Si por fin se deciden al menos que nos dejen coger el último cuarto de
pollo para Nochebuena.

odelinalfonso@yahoo.com

Cuba: ¿Preparados para el libretazo? (18 November 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/noviembre09/18_C_3.html

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