lunes, 16 de noviembre de 2009

A correr que ahí viene la guagua!

¡A correr que ahí viene la guagua!
Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) – El martes 10 de
noviembre, un ómnibus articulado de la ruta P-14 chocó con un automóvil
a la altura de la Avenida 26 y Calzada del Cerro. Aunque no hubo
víctimas fatales y los daños fueron mínimos, el hecho se sumó a la
cadena de accidentes provocados por los vehículos de transporte público.

Entre las causas principales de estos accidentes figura la ineptitud de
las los funcionarios del sector, procedentes en su mayoría de las
Fuerzas Armadas.

El viernes 13, otro ómnibus articulado, que cubría la ruta P-3, impactó
un taxi en la intercepción de dicha Avenida y la salida del zoológico.
El taxista falleció en el hospital y otros implicados sufrieron lesiones
leves.

Accidentes similares se han producido durante este mes en todas partes
de la ciudad. Algunos ciudadanos aseguran que, debido al creciente
peligro que representan estos accidentes, salir a la calle se ha
convertido en una especie de juego de la ruleta rusa.

Mecánicos vinculados al sector achacan el asunto a la falta de piezas de
repuesto que impide que los vehículos reciban el mantenimiento
requerido. Ya, decenas de vehículos permanecen en sus terminales, fuera
de circulación, por este motivo. Para los técnicos resulta asombroso que
las autoridades prioricen las inversiones con fines de control, como la
compra de GPS y bitácoras digitales, en vez de la logística básica para
evitar accidentes.

Estos mismos obreros especifican que los ómnibus chinos, casi todos de
la marca Yutong, tienen inconvenientes técnicos que no se tuvieron en
cuenta cuando se compraron. Son autobuses altos y delgados, con ángulo
de giro cerrado, diseñados para carreteras rectas. Cubrir tramos
irregulares entre los accidentados pavimentos y bajo el clima tropical
de la Isla, es un desafío para estos vehículos. Los
militares-empresarios, para economizar, ordenaron colocarles llantas de
factura rusa, que ni siguiera son de la medida requerida. Una
disposición temeraria, porque estas moles, de plástico y acero de baja
calidad, tienden a patinar aún sobre el asfalto seco; no es raro ver
cómo se atraviesan peligrosamente en la vía.

Los ómnibus importados de Ucrania, sin embargo, resultan ideales para
las condiciones de maltrato que deben sufrir en Cuba. El inconveniente
es que algunos choferes los conducen a exceso de velocidad y no
consiguen frenar a tiempo ante un imprevisto.

Otro asunto es la gran inestabilidad de la fuerza laboral, lo cual no
permite que un ómnibus sea exclusivamente conducido por un pequeño
equipo de choferes que, de algún modo, sean responsables del mismo y
velen por su conservación.

En las bases de taxis estatales, el dilema es aun más complejo. Las
autoridades han comunicado que hasta 2011 no recibirían repuestos para
los autos marca Lada; eso equivale a que tendrán que rodar con piezas
vencidas, o remendadas. Similar situación se presenta con los taxis
particulares.
Ahora, con las próximas de las celebraciones de fin de año, que agregan
el agravante del consumo de alcohol, todo indica que el número de
accidentes de tránsito en La Habana continuará aumentando.

Cuba: ¡A correr que ahí viene la guagua! (17 November 2009)
http://www.cubanet.org/CNews/y09/noviembre09/17_C_2.html

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