domingo, 23 de agosto de 2009

Y aún hay quien defiende a Castro

Y aún hay quien defiende a Castro
JUAN JOSÉ PRIMO JURADO
Domingo, 23-08-09

Los cuatro jugadores de la selección de baloncesto de Cuba que habían
desertado el pasado domingo, tras el partido disputado contra España, ya
han solicitado asilo político en nuestro país. Este año ya se habían
producido fugas de deportistas cubanos en Uruguay y México. Pese a estar
considerada por la autoridades del régimen castrista como una deserción,
castigada con penas de hasta siete años de cárcel y generadora de
problemas a las familias de esos deportistas, Cuba es el país con el
mayor número de deserciones de atletas.
El éxito del deporte cubano no comienza con Fidel Castro. Los nombres de
Capablanca en ajedrez, «Kid Chocolate» en boxeo, la velocista Bertha
Díaz o los jugadores de béisbol Torriente y Méndez, son solo algunos
ejemplos. Pero si antes de 1959 ningún atleta de Cuba pertenecía al
Gobierno de turno, a partir de la llegada de Castro una de las primeras
medidas fue erradicar el deporte profesional. El deporte se convirtió en
un instrumento político para la propaganda del sistema.
¿Cuáles son las razones que llevan a los atletas cubanos a huir,
afrontando la denominación de desertores y abandonando familia, nación y
a un público que adora a sus ídolos? Podríamos resumirlo con una frase:
falta de libertad y futuro incierto para la juventud. Son las mismas
razones que impulsaron, en su momento, a deportistas del este de Europa
a huir de sus países. Y a artistas, científicos, intelectuales y a gente
sencilla y anónima.
Son las mismas razones, falta de libertad y un futuro incierto, que
terminaron por derrumbar esos regímenes comunistas cuando sus habitantes
comenzaron a comprobar que el capitalismo, imperfecto, sí les
garantizaba libertad, futuro... y pan. Entonces cayó la mentira que
denominaba al Muro de Berlín como «muro de contención antifascista» para
justificar su construcción y la prohibición de pasar al otro lado. Por
cierto, el próximo noviembre conmemoramos los veinte años de la caída de
ese «muro de la vergüenza».
Las mismas mentiras repite hoy la Cuba oficial para difamar a quienes no
quieren vivir en el paraíso socialista, para justificar el estado de
postración del país y para atraer a partidarios a su causa. Andalucía y
Córdoba figuran destacadamente entre los destinos de la propaganda
castrista. Aquí sigue habiendo personas, asociaciones e instituciones
que ante el caso de los cuatro baloncestistas cubanos recién asilados en
España esta semana, se pondrán de parte del Gobierno cubano antes que de
esos deportistas, a los que tacharán de todo.
Sin ir más lejos, en el pasado junio el Colectivo de Solidaridad con
Cuba de Córdoba, en colaboración con la Delegación de Cooperación del
Ayuntamiento, el colectivo Ideas y Córdoba 2016, organizó la XVI Gran
Fiesta de Solidaridad con Cuba, en el Alcázar. En ella se conmemoró el
cincuenta aniversario del triunfo de la revolución de Castro. Y la web
del PCE cordobés reclama solidaridad «con este heroico pueblo que tanto
ha dado al mundo para contribuir con la emancipación de los más
desfavorecidos». Lógicamente entienden por «pueblo» y «desfavorecidos»
al régimen y no a los que huyen de él.
Mientras perviva la dictadura castrista, en cualquiera de sus formas, la
izquierda española se sentirá fascinada o, al menos, se mostrará
indulgente con ella. Algún día, cuando caiga y nadie pueda ocultar ya la
barbarie de sus prisiones, el horror de su aparato represor y la cruda
realidad vivida por el pueblo, muchos de estos izquierdistas se tendrán
que avergonzar de haber apoyado esa dictadura.

Y aún hay quien defiende a Castro - Cordoba - Cordoba - ABC.es (23
August 2009)
http://www.abc.es/20090823/cordoba-cordoba/quien-defiende-castro-20090823.html

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