La absurda reunión del ALBA en La Habana
La izquierda regional anda al margen de los asuntos de calibre global
Miércoles, abril 12, 2017 | Alberto Roteta Dorado
NAPLES, Estados Unidos.- El mundo se ha estremecido en estos primeros
días de abril mucho más de lo que teníamos previsto. Todos sabíamos que
Venezuela colapsaría, que las marchas protagonizarían las acciones en
pos de la democracia, y que se llegaría inevitablemente a la violencia y
a la represión extrema.
También desde hace mucho somos conscientes de la posible desaparición de
la población de Siria como parte de su destino final en la cruel guerra
civilen que está sumido el país. Corea del Norte nos viene amenazando
sutilmente y desde un silencio que se disipa ante la magnitud de otros
sucesos; pero siempre está en estado de latencia.
Sin embargo, la intervención de los Estados Unidos de América —cual
carta de presentación del nuevo presidente en cuestiones de tácticas y
estrategias bélicas— como respuesta a la brutalidad de las últimas
acciones desatadas en medio del viejo conflicto sirio, fue algo que
sorprendió a todos no tanto por la idea de una intervención de la gran
potencia del mundo ante situaciones como esta, sino por la inmediatez de
los hechos.
Como si estas sacudidas —que simbólicamente han tenido lugar hacia el
final de la cuaresma religiosa y precediendo el inicio de la Semana
Santa cristiana— no fueran suficientes, cada día estuvimos conociendo de
un nuevo acto terrorista, ya sea en Suecia, Rusia o Egipto.
En medio de esta hecatombe mundial, Latinoamérica ocupa un protagonismo
indudable, toda vez que se desataran una serie de enérgicas acciones de
protesta contra la dictadura chavista, lo que ya en el presente resulta
incontrolable, independientemente de las acciones represivas por parte
de las fuerzas policiales del oficialismo.
Es ahora o nunca, han dicho los venezolanos con fuerzas sacadas de lo
más profundo de sus entrañas luego de haber resistido los embates de un
régimen dictatorial que, sobrepasando todos los límites, dio muestras de
lo que en realidad es el socialismo del siglo XXI proclamado por su
iniciador, el desaparecido dictador Hugo Chávez.
No obstante a los acontecimientos, y de manera particular la dramática
situación del pueblo venezolano y de su controversial destino, en La
Habana, la capital cubana, se convocó a una tenida para celebrar el XV
Consejo Político de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra
América y Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), el
insignificante organismo que hoy solo agrupa, además de a Cuba y
Venezuela, a Bolivia, Nicaragua, Ecuador y un exiguo grupúsculo de
pequeñas islas caribeñas que no cuentan para nada en el destino de las
naciones de la región.
De esta forma, entre lo onírico y llegando al absurdo extremo del
surrealismo, pretenden arreglar el grave conflicto del país
suramericano; por supuesto, desde sus posiciones de aparentes víctimas
atacadas siempre por "el maligno enemigo imperial" que los quiere
desestabilizar y que desde el "norte revuelto" planifica sus actos
alentando a la derecha.
Como era de esperarse, una vez más, los pocos cancilleres allí reunidos,
acudiendo a su obsoleta retórica, se pronunciaron "por un mundo mejor" y
criticaron las acciones de Estados Unidos contra Siria, como si con sus
graves conflictos no fueran suficientes para completar sus agendas de
trabajo y agotar cada tema tratando de resolver primero lo suyo.
Cuestiones que resultan extremadamente grave solo si se analiza el
conflicto de Venezuela, país que ha tenido un especial protagonismo en
el encuentro dada su actual situación.
El canciller cubano Bruno Rodríguez se refirió a las amenazas contra la
Revolución Bolivariana y al papel de la Alianza en la defensa de la
soberanía venezolana, lo que constituyó el eje del encuentro; aunque
enfatizó de igual modo el respaldo al pueblo ecuatoriano y a su
Revolución Ciudadana, a la Nicaragua sandinista y a los intereses de los
pueblos insulares miembros del bloque.
Dejando a un lado a los "hermanos insulares" —que como ya expresé antes,
no cuentan para nada— detengámonos brevemente en la incongruencia de
estos apoyos en los que insiste el canciller de Cuba.
El problema de Venezuela no lo componen ni el ALBA, ni la OEA, ni la ONU
ni el Vaticano. Se trata de todo un pueblo que protesta en sus calles y
que está decidido a acabar —incluso violentamente— con sus opresores. Ya
tuvieron la calma necesaria para esperar resultados de sendas rondas de
conversaciones, posibles diálogos entre ambas partes, intervenciones del
Vaticano y de la OEA, y al final Nicolás Maduro hizo de las suyas
abusando de su poder y violando todas las normas y leyes
constitucionales posibles.
Lamentablemente, el problema de esta nación podría tener un final
sangriento. Ya el régimen de La Habana ha anunciado en la primera plana
de su diario Granma que Venezuela no se rendirá; lo que, sin duda, ha
sido el resultado de las conversaciones de la reunión de su mandatario
con el dictador Raúl Castro, a quien Maduro ha llamado en su
intervención "hermano mayor".
Por otro lado, vale recordarle al señor canciller que no es el pueblo
ecuatoriano quien necesita que este organismo los apoye, sino el
gobierno oficialista que a fuerza de un gigantesco fraude electoral
intenta prolongar su existencia —como lo hizo antes el chavismo y más
recientemente Nicaragua—. El pueblo ecuatoriano, que se pronuncia por un
"no" rotundo al continuismo político, está en las calles de manera
espontánea, no a través de una convocatoria de ninguna institución ajena
a los intereses democráticos de la nación andina.
A Nicaragua le sucedió el pasado año algo similar a lo que ocurre ahora
en Ecuador. Ortega se impuso a través de acciones fraudulentas y de una
despiadada asfixia a la oposición, y aunque ahora está en un silencio y
calma aparentes, tarde o temprano terminará como Venezuela y Ecuador.
Así las cosas, esta ridícula reunión no sivió para otra cosa que no
fuera la de estrechar los lazos fraternos de los eternos aliados de una
debilitada izquierda que intenta sobrevivir, y que ha escogido un mal
momento para su tenida, toda vez que el mundo se estremece con grandes
acontecimientos de mucho más peso que restan importancia a una efímera
reunión local que ha quedado en algunas notas de reunión sin haber
aportado nada al complejo panorama mundial del momento.
Source: La absurda reunión del ALBA en La Habana CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/colaboradores/la-absurda-reunion-del-alba-en-la-habana/
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