miércoles, 18 de enero de 2017

Normalizar a los emigrantes y no al régimen?

¿Normalizar a los emigrantes y no al régimen?
PABLO PASCUAL MÉNDEZ PIÑA | La Habana | 18 de Enero de 2017 - 12:03 CET.

Hace más de un año la opinión pública internacional se estremeció con la
fotografía del cuerpo sin vida de Aylan Kurdi, el niño sirio de tres
años que apareció tirado en una playa de Turquía. Muchos gobiernos
llamaron a la solidaridad y a prestar ayuda a la oleada de refugiados
que huían de la guerra. En Cuba, desde hace más de 50 años escenas tan
espeluznantes como la del niño Aylan influyeron para que el Gobierno
estadounidense legislara una Ley de Ajuste y concediera un trato
preferencial a los cubanos que arribaran a sus fronteras huyendo de la
dictadura comunista.

Pero los tiempos han cambiado. Ahora el presidente Obama cojea hacia la
puerta de salida y, en su afán por sembrar escollos en el camino de su
sucesor antes de ahuecar el ala, concedió al régimen cubano la gracia de
eliminar la política de pies secos/ pies mojados y la de parole para
médicos que deserten en terceros países. Lo que bien parecía un
espaldarazo a la campaña de Trump, contiene la malévola intención de que
el presidente entrante tenga que dar el visto bueno al acuerdo, para no
contrariar su compromiso de endurecer las políticas contra la
inmigración irregular.

De "corte humanitario" han calificado los medios oficiales el nuevo
trato migratorio, pues según las partes firmantes "salvarán muchas
vidas". Sin embargo, lo más irónico del acontecimiento es que el
régimen, en su rol de "lobo disfrazado de cordero", nunca podrá
despojarse de la etiqueta de ser el más despiadado asesino de
inmigrantes cubanos irregulares. Para refrescar memorias, las masacres
del remolcador 13 de Marzo, el bote Río Canímar y los ametrallamientos
de lanchas y balsas hundidas por la aviación y los Griffins, son
argumentos sólidos como para afirmar que han muerto más inmigrantes
nacionales a manos del régimen que a manos de los coyotes, los
delincuentes y las alimañas de las selvas centroamericanas, que hacen
más peligrosa la travesía hacia la frontera méxico-estadounidense.

Lo más triste del caso es que Obama, quien en un montaje televisivo de
su campaña publicitaria se sentara a jugar dominó con los populares
humoristas Pánfilo y Chequera despertando amplias simpatías en la
población cubana, ahora se hunde en la impopularidad. Trump se ha
convertido en la esperanza de que esta nueva política sea revertida, al
igual que el Obamacare, los tratados comerciales y el deshielo
Cuba-EEUU, puesto que todos los negocios emprendidos por el presidente
saliente tienen un sello calamitoso ―según han manifestado el mandatario
electo y sus colaboradores más cercanos.

Mirando los toros desde adentro del ruedo, no creo que el nuevo tratado
migratorio contenga el flujo de inmigrantes irregulares hacia EEUU.
Ellos continuarán penetrando por la frontera méxico-estadounidense, como
otros tantos millones de hispanos que deambulan ilegalmente por los 50
estados. La diferencia es que los nacionales no solo huyen de la
miseria, también huyen del único régimen totalitario del continente. Sin
embargo, renegociar los acuerdos migratorios Cuba-EEUU es un mal
necesario. Mientras los inconformes sigan poniendo pies en polvorosa
para no enfrentarse a la dictadura, esta gozará de larga vida.

Si el régimen reclama que a los inmigrantes irregulares se les despoje
del estatus preferencial del que gozan (políticas de pies secos/ pies
mojados y parole para los médicos), para igualarle a los migrantes del
resto del continente y el mundo, vale preguntar entonces por qué al
Gobierno cubano no se le despoja del trato preferencial que tiene, al
otorgársele más de 20.000 visas anuales por concepto de reunificación
familiar. Una cuota que desinfla el globo desde hace 22 años.

Si Cuba reclama un trato igualitario al de otros países, sería
indispensable que las visas otorgadas para viajar a EEUU, tanto de
reunificación familiar, refugiados políticos y visitas turísticas,
deberían reducirse a cifras mínimas y para casos estrictamente
humanitarios.

Ante el deseo castrista de que la Ley de Ajuste Cubano sea derogada,
debería analizarse y hacerle ciertas transformaciones para su
selectividad, puesto que del beneficio también se están aprovechando
esbirros y sicarios que han pateado y encarcelado a hombres y mujeres
comprometidos con la lucha para retornar la democracia a Cuba.

Cuando EEUU cierre todos los atajos utilizados por los inconformes que
evitan enfrentarse al régimen, entonces estaremos más cerca del
estallido de otro maleconazo, pero esta vez, para deshacernos de la
dictadura. De no ser así, pues a cada cual lo que se merece: seguiremos
aguantando sin chistar los latigazos del mayoral.

Source: ¿Normalizar a los emigrantes y no al régimen? | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1484423967_28140.html

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