Ha nacido el cubano indocumentado
GINA MONTANER
Poco antes de cederle su puesto al presidente electo Donald Trump, en un
golpe de efecto Barack Obama anunció el fin de la política de "pies
secos, pies mojados" que durante 21 años les ha permitido a los cubanos
que llegaban sin visa permanecer en Estados Unidos y acogerse a la Ley
de Ajuste Cubano.
Con la eliminación de "pies secos, pies mojados" todos los cubanos que
ingresen ilegalmente por tierra o por mar estarán sujetos a ser
deportados de acuerdo a las leyes migratorias, a menos que logren probar
que califican para asilo político. El asesor de Seguridad Nacional, Ben
Rhodes, lo dijo claramente: la premisa es que sean tratados de igual
manera que los inmigrantes indocumentados que llegan de otros países.
La propia administración ha admitido que este acuerdo final con el
gobierno de Raúl Castro, como parte del proceso de "normalización", se
condujo en secreto y se anunció de manera inesperada para "evitar" que
se disparara más el éxodo constante de cubanos que se echan a la mar o
deambulan por Centroamérica, con el anhelo de llegar al país que durante
tantos años los acogió sin cortapisas en las sucesivas oleadas
(Camarioca, Mariel, la crisis de los balseros) que se han desatado para
escapar de la opresión y la miseria que reinan bajo el castrismo.
Por eso resulta tan hipócrita por parte de la administración saliente
afirmar que el fin de "pies secos, pies mojados" se ha debido, en gran
medida, a la certeza de que su política de apertura ha propiciado
notables avances económicos en la isla que les permiten a los cubanos
progresar. Si así fuera, no estarían llegando a diario a las costas del
sur de la Florida ni estarían vagando cientos de ellos por las selvas de
Centroamérica a la merced de traficantes de personas.
Asimismo, es más que discutible esgrimir que cerrar esta válvula de
escape contribuye a forzar a los jóvenes a quedarse en la isla, y de ese
modo luchar por salir adelante al no tener la alternativa de escapar a
menos que obtengan una codiciada visa. Una débil tesis que algunas
organizaciones del exilio están apoyando, aventurándose a afirmar que
"huir no es la solución". Eso habría que preguntárselo a los que se
quedan atrás.
Siguiendo el rosario de ironías, si en algo coincide la política de
Obama hacia Cuba con sectores más conservadores del exilio que
probablemente votaron por Donald Trump, es en el convencimiento de
eliminar el trato preferencial a los cubanos que han llegado en los
últimos tiempos. Según muchos del llamado exilio histórico las nuevas
generaciones ya no vienen por motivos políticos, sino por razones
puramente económicas, por lo que, a su juicio, no son merecedoras de los
beneficios que tanto han ayudado a la diáspora cubana a salir adelante
sin los contratiempos que sufren, por ejemplo, los inmigrantes
indocumentados que provienen de México.
Difícilmente Trump, defensor a ultranza de permitirle el acceso al menor
número de inmigrantes que pueda competir en el mercado laboral, contará
con argumentos para darle marcha atrás a la derogación de una política
que incluso en el seno del exilio cubano en los últimos tiempos ha
provocado profundas divisiones.
En este artero juego político entre el mandatario saliente y el que está
a punto de tomar el relevo, las verdaderas víctimas sobre el tablero son
cubanos de carne y hueso que en este preciso instante construyen
embarcaciones precarias o duermen en albergues desperdigados por
Centroamérica. Nada ha cambiado en la isla. Lo único diferente es que ha
nacido el cubano indocumentado. Bienvenido al mundo de las sombras.
Jaque mate de la dictadura castrista.
©FIRMAS PRESS
Twitter: @ginamontaner
Source: Ha nacido el cubano indocumentado | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/gina-montaner/article126714569.html
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