jueves, 1 de septiembre de 2016

Kcho y los androides

Kcho y los androides
Prefiero seguir esperando el día en que Internet sea sin restricciones
ni censura para todos los cubanos
Jueves, septiembre 1, 2016 | Luis Cino Álvarez

LA HABANA, Cuba.- Cuando empecé a leer la información de Orlando y Pablo
González aparecida en CubaNet acerca del primer encuentro de la
comunidad androide de Cuba, me quedé estupefacto. Lo primero que pensé,
por culpa de la ciencia-ficción y los animados manga, fue que se trataba
de una reunión de robots con apariencia humanoide, probablemente al
servicio del Departamento Seguridad del Estado. Pero no,
afortunadamente, que solo eso nos faltaba. Se trataba del evento que se
efectuó el pasado 27 de agosto en los estudios del artista de la
plástica Alexis Leyva Machado (Kcho), en la barriada de Romerillo, del
municipio capitalino Playa, con el fin de presentar aplicaciones
desarrolladas en Cuba y educar en el uso de los dispositivos móviles con
sistema operativo Android.

Durante el encuentro, disertaron Jorge Noris Martínez, el creador del
blog TuAndroid, y Philip Ortel, un ingeniero de Google Play que vino
desde Silicon Valley para la ocasión y dijo estar asombrado ante la
inventiva de los cubanos para buscar soluciones a pesar del bajo índice
de conectividad a Internet. Y habló Kcho, el anfitrión, que como de
costumbre no desperdició la oportunidad de hacer de eco de la posición
del régimen, al culpar a los Estados Unidos del atraso tecnológico de
los cubanos en cuanto a Internet.

No es de extrañar tal postura. Kcho, que es un incondicional servidor
del régimen castrista, repite la salmodia oficial sobre la "ley asesina"
y culpa a la Ley de Ajuste Cubano por los miles de compatriotas que han
muerto en el Estrecho de la Florida al naufragar las balsas y los botes,
como los que él pinta y esculpe y con los que se ha hecho rico y famoso,
en las que tratan de escapar de los rigores del purgatorio castrista.

Kcho, que cuenta con el apoyo de Google en su estudio, calificó las
aplicaciones desarrolladas en Cuba para teléfonos inteligentes como "una
forma inteligente de luchar contra el bloqueo".

Habría modos más precisos de definir esas aplicaciones, que son producto
de la escasez y las prohibiciones, sin negar la inteligencia e inventiva
de sus creadores, que pudiera ser comparada con la de los mecánicos que
mantienen en marcha, gracias a los injertos, carros norteamericanos con
más de 60 años de uso, y los cocineros que aprendieron con Nitza
Villapol y su ayudante Margot a hacer el picadillo de gofio o el arroz
con pollo sin pollo, y a veces hasta sin arroz, con fideos bien
triturados en su lugar.

Kcho se muestra satisfecho de hacer lo que puede para compensar el
escasísimo acceso a Internet y el analfabetismo tecnológico de la
mayoría de los cubanos. En su estudio, que cuenta con el apoyo de
Google, hay Wi-fi gratuita, solo que tiene poco ancho de banda, menos
que en las áreas habilitadas en La Rampa, en parques y otros lugares
públicos, lo cual ya es muy poco. Para colmo, en el estudio de Kcho,
tienen prioridad los miembros del MININT, la UNEAC y otras instituciones
oficiales.

No obstante las numerosas quejas, muchos resuelven a costa de la
ciber-generosidad de Kcho. Por ejemplo, al finalizar la reunión de la
llamada "comunidad androide", muchos asistentes, de forma gratuita, con
empleados de los talleres Ultracell, pudieron reparar y actualizar la
versión de sus móviles (de la 2 a la 4). A eso precisamente fue al
evento una buena parte de los asistentes, porque salvo para los chicos
de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), muchos de ellos
musulungos de la tropa de choque en el ciberespacio, y algunos
abelarditos, nativos digitales "mechados" por cuenta propia, la
educación tecnológica que allí se impartió resultó excesivamente
compleja e impracticable.

Hay que reconocer que Kcho tiene su veta de benefactor que lo ha llevado
a hacer algunas buenas acciones. Llegó primero que la ayuda oficial, al
frente de una brigada de artistas, a su natal Isla de la Juventud para
llevar entretenimiento a los damnificados de los huracanes del año 2008.
Durante una Bienal, como parte de su instalación "Vive y deja vivir",
amontonó en la calle miles de ladrillos en forma de botes, que duraron
allí lo que un merengue en la puerta de una escuela porque la gente se
los llevó en sacos, jabas y carretillas para con ellos levantar paredes
divisorias y baños en los derruidos solares de la Habana Vieja.

Pero somos muchos —entre ellos sus colegas del arte— los que no le
perdonamos a Kcho su abyección. Kcho es tracatán del régimen donde los
haya. Aunque no lo acompañe mucho la inteligencia ni su voz gutural,
emula, a brazo partido y derroche de baba, con Frank Fernández, Vicente
Feliú, Amaury Pérez, Miguel Barnet y Luis Morlote, entre otros
destacados adulones de la cultura oficial. Kcho no pierde oportunidad de
guataquearle a los jefazos. Solo había que ver cómo se le caía la baba
cada vez que tenía enfrente al Comandante en Jefe. Tan emocionado se
ponía que a falta de palabras para ensalzarlo, poco faltaba para que se
arrastrara a sus pies…

No sé otros, pero por mí, malagradecido como soy, y más cuando se trata
de remedios y consuelos para bobos, que le hagan buen provecho a Kcho su
asociación con Google, su Wi-fi gratuita, la comunidad androide y sus
apps inventadas. Prefiero seguir esperando el día —que sé que vendrá— en
que Internet sea sin restricciones ni censura y para todos los cubanos.

luicino2012@gmail.com

Source: Kcho y los androides | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/kcho-y-los-androides/

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