sábado, 16 de julio de 2016

Una pasión de los jóvenes que no es el reguetón

Una pasión de los jóvenes que no es el reguetón
DAVID CÉSPEDES HERNÁNDEZ | La Habana | 16 de Julio de 2016 - 10:10 CEST.

Como oferta especial de verano y de manera absolutamente alternativa, se
inaugura hoy en La Habana el III Festival Anual Otaku, evento surgido de
la fuerte influencia que ejercen en el mundo los llamados animes
(animados de origen japonés) y también sus angas (historietas).

Años atrás, esta era una afición que compartía una muy pequeña parte de
la población. Pero con el auge de las nuevas tecnologías, que aunque
ralentizadas en nuestro país terminan por imponerse, se ha convertido en
un fuerte movimiento.

Se denomina otaku a los consumidores natos de esta cultura. Ya los
aficionados al tema no solo se dedican a compartir vía USB lo último del
género salido al mercado, sino que patrocinan y difunden por las redes
locales (también alternativas) sus propios eventos, donde exponen y
comercian con cada una de las vertientes del género.

Con motivo del III Festival Otaku se pondrán a la venta pósters,
figurillas de acción e incluso prendas de estos personajes ficticios,
protagonistas de diversas series. Habrá cafeterías al estilo maid, donde
chicas vestidas de sirvientas clásicas atenderán al cliente recurriendo
a clichés eróticos y otras estrategias de flirteo.

Se efectuarán karaokes con las canciones de las series más populares y,
como última oferta, lo más espectacular y esperado: desfiles de cosplays
(disfraces inspirados en algunos de los personajes, mayormente de origen
japonés). Cosplays de una diversidad de héroes y villanos favoritos
entre los jóvenes, imitando sus extravagantes vestuarios y peinados. Los
fans más ambiciosos no solo se dedican a imitar la apariencia del
personaje, intentan además remedar la personalidad. Y el premio será
para la caracterización más completa.

Aparte de este masivo evento que ocurre una vez al año, hay también
otros de menor calibre pero más frecuentes como el "Freak Zone", que se
realiza una vez al mes. El último se efectuó en el céntrico cine Yara,
con un costo de entrada de 20 pesos en moneda nacional. Se proyectaron
AMV (Anime Music Video, secuencia que combina una pista de música con la
edición de fragmentos de distintas series) y se difundieron noticias de
interés para el público como el anuncio del último videojuego de Pokemon.

Hubo además concursos de conocimiento sobre el tema, cerrando con
desfile de cosplays y karaoke. Impresiona ver que hay otakus capaces de
reproducir las canciones en japonés. La afición de por sí vincula a
muchos de estos jóvenes con el difícil idioma, aunque no son muy
accesibles los cursos en la Isla y estudiarlo seriamente requiere un
tiempo y devoción extraordinarios.

Otras actividades otaku no sistemáticas tienen lugar sin mucha promoción
previa. En general son más simples, con ofertas de premios como pelucas
o vestimentas importadas representativas de algún personaje, o una video
consola como galardón.

El público otaku es extremadamente diverso. Puede incluir miembros de
las tribus urbanas más definidas como miquis, rockeros, fans del pop, e
incluso repas que solo escuchan reguetón y otros con una influencia
familiar más refinada. La mayor atracción y punto de unión es el anime,
consumido por todos con el mismo furor.

En más de una ocasión se ha corrido la voz de un falso evento otaku al
que asiste un buen número de jóvenes. Una vez descubierto el error, las
víctimas aprovechan la oportunidad para socializar. Rápidamente crean
varios grupos WiFi y desde sus smartphones, tablets o laptops
intercambian series y comparten información sobre el género.

Aunque el propósito que mueve la creación de estas series y sagas
japonesas es indiscutiblemente comercial y en las historias abundan los
estereotipos y argumentos banales salpicados de efectismo, la espontánea
manifestación de esta afición en Cuba demuestra la efectividad de las
redes sociales y cómo las nuevas generaciones son capaces de establecer
consensos para articular y desarrollar proyectos de su genuino interés.
Y también cómo han aprendido a usar las instituciones en función de sus
objetivos.

Source: Una pasión de los jóvenes que no es el reguetón | Diario de Cuba
- http://www.diariodecuba.com/cultura/1468614881_23883.html

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