miércoles, 20 de julio de 2016

Te sientes bien cuando te llaman gusano?

¿Te sientes bien cuando te llaman gusano?
JOSÉ HUGO FERNÁNDEZ | Miami | 20 de Julio de 2016 - 09:10 CEST.

Hace pocos días asistimos a un curioso conato de debate público entre el
presidente boliviano Evo Morales e Ismael Cala, periodista cubano en el
exilio. Fue otra de esas ocasiones en las que algún secuaz perruno del
castrismo la emprende contra compatriotas nuestros a los que ni siquiera
conocen, pero les basta con saber que se oponen al régimen de Cuba para
catalogarlos como personas despreciables y para ofenderlos utilizando
términos invariablemente fidelistas.

Morales calificó a Cala de "gusano". Por lo que este dejaría en claro su
superioridad intelectual y moral sobre el ofensor, al responder: "Créame
que no me insulta al llamarme 'cubano gusano'. La animalización de las
personas, con el objetivo de descalificar sus ideas, actuaciones y
opiniones, siempre termina descalificando al que la emplea. Adjetivar a
un ser humano con el nombre de un animal, supuestamente asqueroso, es
una vieja táctica que viene del nazismo".

La respuesta, adecuada y aun certera, vuelve a poner en perspectiva, no
obstante, cierta interrogación que ha discurrido largamente entre
nosotros, sin que lográsemos arribar a un dictamen uniforme, quizá
porque no existe, pues lo impide el derecho que tiene cada cual a ver
las cosas a su modo: ¿Debemos o no sentirnos ofendidos los cubanos
cuando algún reaccionario fidelista nos llama "gusanos"?

Ofendidos tal vez no, ya que, como bien advierte el refrán, no te ofende
quien quiere sino quien puede. Pero algo distinto podría ser que nos
agrade el calificativo de gusano por el simple hecho de que marca
nuestras diferencias con el ofensor. ¿Acaso alguien siente agrado cuando
le llaman burro o cucaracha o hiena o sanguijuela o parásito o sapo o
culebra o ratón? Los nombres derivan de las cosas. Así lo establece la
semántica, y así es, nos guste o no.

Por lo demás, esa actitud estúpida de descalificar al otro mediante
motes repulsivos no viene del nazismo, sino de más atrás. Tal vez desde
los tiempos en que el ser humano aprendió a expresar con palabras sus
retorcimientos mentales.

Los césares de Roma, que bien debieron conocer el principio semántico,
la utilizaron para imponer su lengua (vehículo de sus ideas) en tierras
de conquista. Sin embargo, es poco probable que los emperadores romanos
—ni otros conquistadores de antes o después— hayan logrado su objetivo
tan redondamente como Fidel Castro. En Cuba, no solo el lenguaje, sino
también la voluntad y la idiosincrasia fueron compulsadas, debilitadas,
modificadas por el sistema de acontecimientos que rigió cada instante de
nuestras vidas, marcados todos por las palabras de quienes han provocado
e impuesto estos acontecimientos.

Los nazis intentaron aprovechar esa misma circunstancia, pero no les
salió bien. Por lo menos hace ya más de 60 años que nadie utiliza
oficialmente en Alemania la despectiva expresión ungeziefer, que,
paradójicamente, Goebbels le había robado a Franz Kafka con el propósito
de que fuera empleada para estigmatizar a los judíos y a los
intelectuales enemigos de Hitler.

Al totalitarismo soviético no le fue mucho mejor. Algunos denuestos
barajados por Lenin para marcar a sus opositores ("parásitos de nuestro
partido", "agentes degenerados a sueldo de potencias extranjeras",
"víboras inmundas") viciaron la atmósfera social, a la vez que colmaban
de prisioneros los campos de trabajos forzados y sembraban el dolor y la
rabia en los corazones de millones de personas. Pero al final no iban a
provocar estragos de consideración en el idioma ruso.

En cambio, en nuestra isla, el vituperio gusano llegó a convertirse en
un término corriente. Al escucharlo, nadie se remitía a esos
invertebrados de estructura blanda, untuosa, repulsiva, cuyo nombre
también fue expropiado y puesto al servicio del poder político. Antes
que todo lo demás, gusano es quien no actúa o piensa o se expresa de
acuerdo con las pautas del régimen. A tal punto este insulto llegó a ser
asimilado por el inconsciente colectivo que no resulta extraño ver que
muchas de las propias víctimas a las cuales se aplica son las primeras
en reconocerse como gusanos, incluso lo hacen hasta con un cierto orgullo.

Y es así como la maniobra de un tirano no solo ha conseguido asiento en
el diccionario, sino que además enrareció la escala de valores de toda
la sociedad.

Claro que cualquiera tiene sus razones para sentirse cómodo, o liberado
incluso, cuando le llamen gusano. Pero habría que ver hasta qué punto
somos justos con nosotros mismos al ignorar aquello de que los nombres
derivan de las cosas.

Source: ¿Te sientes bien cuando te llaman gusano? | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1468998604_23935.html

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