¡Qué desparpajo!
julio 13, 2016 6:57 am por Rogelio Fabio Hurtado
Marianao, La Habana, Rogelio Fabio Hurtado (PD) La expresión "¡qué
desparpajo" del desaparecido comentarista radial y político José Pardo
LLada me la hace recordar el diario Granma, cuando le atribuye al bajo
precio del petróleo y el níquel, las culpas por la actual coyuntura
económica que pone al país en jaque.
Primero, nuestra crisis no es coyuntural, sino crónica. Cuándo el
petróleo estuvo caro, ¿disfrutamos algún alivio? Tampoco he visto algo
parecido con el níquel. El caso es que ahora, el petróleo y el níquel
cargarán las culpas por el incremento de las habituales penurias, puesto
que, dada la peculiar amistad fría que nos separa del gran vecino del
Norte, los retóricos oficiales no quieren cargárselas al Embargo-Bloqueo.
Como ya es costumbre, después de un triunfal Congreso partidista, llegan
puntualmente las malas noticias.
Citaba el propio diario una frase martiana: "Gobernar es prever". Una
frase que ellos, preocupados solo por aplaudir y ser aplaudidos, ignoran
de oficio.
Por menos que esto, los caudillos del marxismo hicieron rodar
literalmente cabezas. Sin embargo, los emperadores de Birán practican un
compadreo muy criollo con sus burócratas favoritos, consecuentes acaso
con su carácter de empleados serviles. Lo único que les hace sacar las
pistolas y disparar son las sospechas de tipo político.
La cuadrilla burocrática lo sabe de sobra: en definitiva, la población
carece de medios para hacerse oír, y tampoco se atreve. Sumida en la
parálisis permanente, solo se atreve al imprescindible delito económico
que la mantiene sobreviviendo.
El axioma pesimista, "todo puede empeorar", se cumple en nuestro caso a
diario.
Ahora, ya comienzan a notarse los denodados esfuerzos de Machado Ventura
para restablecer la escasez crónica de viandas y su concomitante mercado
negro. Con el cierre de los Mercados Libres, a favor del acopio estatal
probadamente ineficaz, ya cerró la Plaza de Marianao.
Me cuesta trabajo creer que estén llevándonos otra vez al fracaso,
mientras se engañan ellos mismos con el cuento del "socialismo próspero
y sostenible", y, sobre todo, irreversible. Este último término resume
al parecer los intereses reales de la gerontocracia que nos abruma.
Esto, irracional e ilógico, impera indefinidamente. El desparpajo
refleja la indiferencia de los jerarcas ante el presente mísero del pueblo.
"¡Hasta cuando, señores, hasta cuando!", hubiese vociferado José Pardo
Llada. Y Martínez Villena repetiría: "Hace falta una carga para matar
bribones"…
rhur46@yahoo.com, Rogelio Fabio Hurtado
Source: ¡Qué desparpajo! | Primavera Digital -
http://primaveradigital.net/que-desparpajo/
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