La Habana impide avances en la política de Obama hacia Cuba
PEDRO CAMPOS, La Habana | Julio 18, 2016
Paradojas de la historia: EE UU y Cuba comenzaron un proceso de
normalización de relaciones el 17 de diciembre de 2014 y con la visita
del presidente Barack Obama a La Habana en marzo del 2016, encaminada a
ampliar y profundizar lo alcanzado, vino la contraofensiva de Fidel
Castro para ponerle freno con su irónica reflexión "el hermano Obama".
Desde entonces no solo en La Habana pisaron el stop al proceso de
acercamiento con el "enemigo principal", difícil por naturaleza propia,
sino que aumentó la represión del Gobierno contra la oposición y el
pensamiento diferente y comenzó el avance de las posiciones en contra de
las reformas iniciadas y lentamente desarrolladas desde la llegada de
Raúl Castro al poder.
El momento de la clara retención del proceso puede ubicarse en el VII
Congreso del Partido Comunista (PCC), donde se refrenda el estatalismo
asalariado como el eje del sistema económico y el partido único como
base del sistema político, al tiempo que se posterga la esperada
renovación en la cúpula gobernante.
Los documentos de la "conceptualización" y el Plan hasta el 2030
vinieron a refrendar el estancamiento y las exposiciones recientes de
Raúl Castro y otros diputados, llamando a enfrentar la crítica situación
que se avecina con más de lo mismo. En la última sesión de la Asamblea
Nacional, acaban de marcar sin ambages el rumbo anti-reformista asumido.
Todo este encaracolamiento del estatal-socialismo viene acompañando del
declive de la ola autoritaria-populista en América Latina, especialmente
de la crisis venezolana.
Mientras, el tira y encoge en el Congreso de EE UU a favor y en contra
de los cambios en la política hacia Cuba parecía favorecer la de Obama.
Más recientemente, en la Cámara de Representantes han empezado a ganar
terreno los partidarios de no aflojar las cuerdas del embargo-bloqueo
gracias a que el Gobierno cubano ha reaccionado abiertamente contra la
nueva política, por el miedo a que un avance del acercamiento termine en
un control norteamericano sobre la economía y la sociedad cubanas, como
si el "sueño americano", no tuviera ya enajenada a una gran parte de la
población de la Isla.
En este sentido, Mario Díaz-Balart, miembro del Comité de Asignaciones
de la Cámara, declaró a El Nuevo Herald que "hay apoyo bipartidista en
la Cámara para fortalecer las sanciones contra el régimen y rechazar la
política de apaciguamiento a la dictadura".
Sin embargo, la contra-reforma en marcha entra en abierta contradicción
con la política económica del Gobierno isleño que se pretende beneficiar
del dinero que llega y esperan del intercambio con EE UU y especialmente
el de su turismo, sobre todo ahora que el Gobierno de Venezuela está en
peores condiciones para seguir enviando petróleo a Cuba.
Ya se anuncian medidas que claramente recuerdan los peores momentos del
llamado Período Especial, nunca terminado. Se querrá culpar al
imperialismo "por haber puesto en crisis los precios del petróleo y por
desestabilizar la revolución bolivariana", cuando nadie tiene dudas de
la oposición del partido-Gobierno-Estado a emprender verdaderas reformas
económicas de fondo, a realizar consecuentes avances en las relaciones
con EE UU y a aliviar las presiones del ambiente político interno.
Con esas políticas, el Gobierno cubano está contribuyendo a que se
consoliden en el Congreso de EE UU las posiciones contrarias al
aflojamiento del embargo, que son directamente proporcionales a las
políticas fidelistas de La Habana, las que se reafirman en el
aislamiento y en la proclamación de su "antiimperialismo", mientras que
huye como el diablo de la cruz ante el acercamiento, el diálogo y el
intercambio.
El más reciente pulso entre ambas fuerzas acaba de tener lugar cuando el
Gobierno cubano se negó a permitir la entrada a la comisión
estadounidense encargada de comprobar las condiciones aeroportuarias en
la Isla y un grupo de legisladores presentaba un proyecto de ley para
bloquear los viajes a Cuba hasta que se cumplan las normas de seguridad
necesarias.
La Administración de Seguridad de Transporte (TSA) de EE UU dijo que no
permitirá vuelos a Cuba hasta que no esté convencida de que los
aeropuertos de la Isla son tan seguros como los del resto del mundo.
Si alguien tenía dudas, este hecho es la comprobación más reciente de
cómo el Gobierno cubano, mientras muestra una cara negociadora, en la
práctica obstaculiza cualquier avance en la normalización de relaciones.
Pero no importa la culpa del nuevo Periodo Especial, de que no se logren
avances en las relaciones, de que no llegue el turismo salvador seguirá
siendo del bloqueo de EE UU.
Source: La Habana impide avances en la política de Obama hacia Cuba -
http://www.14ymedio.com/opinion/Habana-avances-politica-Obama-Cuba_0_2035596430.html
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