viernes, 22 de julio de 2016

Del remolcador a Ayotzinapa

Del remolcador a Ayotzinapa

Los crímenes de la dictadura de los hermanos Castro han permanecido por
décadas cubiertos
Los autores del hundimiento del remolcador 13 de Marzo en 1994 no han
recibido sanción
No es el único crimen de la dictadura cubana contra personas que
intentaban abandonar el país
PEDRO CORZO

Los crímenes de la dictadura de los hermanos Castro han permanecido por
décadas cubiertos por una cortina de intereses, mezquindades y
compromisos ideológicos, por lo que estuvo muy acertado el disidente
Leonardo Rodríguez Alonso cuando se preguntó desde su natal Camajuaní si
los muertos también tenían privilegios.

Días antes Rodríguez Alonso había comentado la justa difusión que habían
tenido los desaparecidos de Ayotzinapa y lo importante del reclamo de
que se hiciera justicia a tan horrendo crimen, a la vez que evocaba el
trato diferente que medios internacionales y los propios cubanos le han
concedido a las víctimas del remolcador 13 de Marzo, 37 personas,
incluido diez menores de edad, asesinados por decisión expresa del
régimen castrista.

La inquietud de Leonardo se sostiene sobre fundamentos sólidos, porque a
la vez que elogia la persecución y necesaria sanción a los asesinos de
los estudiantes mexicanos, afirma que en Cuba y el mundo se conoce
quiénes fueron los verdugos de las víctimas del remolcador, crimen
autorizado por Fidel y Raúl Castro, y que a pesar de ese conocimiento,
ni los autores materiales o intelectuales han recibido sanción por ese
asesinato en masa ocurrido el 13 de julio de 1994 al norte de la bahía
habanera.

Sin dudas el crimen mayor que ha cometido la dictadura cubana contra
personas que han intentado abandonar el país ha sido el del remolcador,
pero lamentablemente no es el único, hay una larga lista de atrocidades
similares, como el del barco XX Aniversario que navegaba por el río
Canímar, Matanzas, con cerca de un centenar de personas cuando fue
secuestrado por tres jóvenes. La reacción de las autoridades no fue
negociar sino atacar. El barco fue ametrallado y embestido por otra
embarcación hasta que se hundió.

Rescataron a once personas. Del agua sacaron diez cadáveres. El resto de
los pasajeros pereció en el casco sumergido, al igual que ocurrió con
las víctimas del remolcador.

Otro suceso que confirma el desprecio a la vida humana de parte de las
autoridades cubanas tuvo lugar en la marina de Barlovento, hoy
Hemingway, cuando 29 personas abordaron una embarcación para huir del
país. La Seguridad del Estado, al tanto de la fuga, colocó una pesada
cadena en la salida del canal y un barco de la marina abrió fuego
indiscriminadamente contra ciudadanos indefensos. Murieron cinco
personas; los sobrevivientes fueron condenados a 20 años de prisión.

Estos crímenes y otros similares son las más de las veces desconocidos
por el pueblo de la isla como consecuencia del férreo control de la
información. Además, por el apreciable desinterés, la desidia de muchas
personas en conocer lo que ocurre más allá de la puerta del lugar donde
reside, máxime si ese conocimiento está asociado en alguna medida con la
política.

Mientras que el individuo no asuma conciencia ciudadana, el régimen
contará con absoluta impunidad. El sujeto tiene que considerarse parte
de la comunidad y asumir que lo que ocurre en su entorno siempre le afecta.

Hay que reconocer que la dictadura ha sido exitosa en crear una masa de
subordinados que cumplen las órdenes que les imparten sin que importen
las consecuencias. Sin embargo, cuando la masa cesa en sus funciones,
sus componentes asumen actitudes de egoísmo extremo y se comportan
mezquinamente, sin considerar que el desamparo que sufre el amigo o el
vecino es una realidad que también le amenaza.

Un régimen como el de los hermanos Castro combate violentamente a
quienes se les enfrentan y demanda obediencia absoluta a quienes aceptan
integrar su servidumbre.

El siervo es sujeto de la voluntad del amo y solo cuando sus intereses
son afectados se percata de su situación. En esos casos reclama
solidaridad, grita que todos somos hermanos, que debemos ayudarnos los
unos a los otros, por lo que hay que preguntarle ¿qué hiciste, que
dijiste, cuando hundieron el remolcador o la dictadura cometió uno de
sus muchos crímenes?

Periodista de Radio Martí.

Source: Del remolcador a Ayotzinapa | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article90796557.html

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