domingo, 25 de enero de 2015

Pachanga con sambenito

RAÚL RIVERO: Pachanga con sambenito
01/24/2015 2:00 PM 01/24/2015 7:00 PM

Madrid – Los políticos y la gente que ejerce el poder por otras vías
pueden airear unas fórmulas mágicas que consiguen desdibujar o
transformar de repente una realidad y alteran o pretender alterar la
identidad de los individuos o de sectores sociales que viven bajo sus
dominios. Esas recetas misteriosas van siempre ocultas en las solapas de
los trajes o en los almidonados bolsillos de las guayaberas y, en el
caso de los dictadores militares, en el fondo de las chaquetas de los
uniformes y en las fundas de las pistolas.

En Cuba, donde el régimen abolió el asombro en materia política y
congeló el escenario con medidas represivas y la muerte de la prensa
libre, estalló ahora uno de esos procedimientos sorpresivos con el
anuncio del acuerdo para el restablecimiento de relaciones diplomáticas
trabajado en secreto durante meses por representantes de Barack Obama y
de Raúl Castro.

La noticia causó sensación en el mundo entero, pero en la isla produjo
conmoción, cambió el diseño de la vida cotidiana y la manera de ver el
provenir de grandes grupos de personas. A un mes de hecho público el
acontecimiento, se puede apreciar en la geografía cubana una mezcla de
entusiasmo y escepticismo que se expresa en medio de un alborozo
generalizado, una pachanga en la que los tambores suenan más alto en
unos puntos que en otros.

En una sociedad donde el gobierno ha enseñado durante medio siglo que la
unanimidad es una virtud, el fenómeno de las relaciones entre los dos
países vecinos ha provocado que, en la oposición interna, los grupos que
perciben con prevención el acercamiento comiencen a recibir el sambenito
de retrógrados empantanados en el pasado.

Las Damas de Blanco y los expresos políticos como Iván Hernández
Carrillo, Juan Ángel Moya y Félix Navarro, por ejemplo, lo que reclaman
es que Estados Unidos le exija a la dictadura compromisos reales sobre
el respeto a los derechos humanos y al rumbo hacia una verdadera
democracia. Por su experiencia de décadas frente en las cárceles y en
las calles, tienen la certeza de que el gobierno se beneficiará de las
aperturas comerciales para afianzarse en el poder y reforzar la
represión que nadie como ellos sienten sobre sus cabezas.

Ellos respetan el alborozo ajeno, incluido el de sus compañeros de viaje
en la oposición, pero asumen, en palabras del líder opositor Antonio
Rodiles, que proporcionarle recursos al régimen "sin exigir nada a
cambio es un error garrafal".

Tienen esa opinión, viven allá adentro y la defienden. Trabajan todos
los días por un proceso de cambios reales y lo han demostrado durante
años en las celdas de castigo y bajo las palizas de la policía y las
brigadas de respuesta rápida que, por cierto, en sus horas libres, van
ahora en algunas de las congas detrás de los tambores y la corneta china
que celebran la eventual apertura de la embajada de Estados Unidos en La
Habana.

Source: RAÚL RIVERO: Pachanga con sambenito | El Nuevo Herald El Nuevo
Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article8009439.html

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