De machismo, fútbol y prostitución masculina
EDUARDO NABAL | Madrid | 25 Mayo 2014 - 9:09 am.
El director de cine español Antonio Hens habla de su película 'La
partida', rodada en Cuba y recién estrenada en España.
Autor de un filme como Clandestinos (Malas Compañías, 2007), que trataba
la inmigración, el terrorismo político y la homosexualidad, y que
provocó polémicas por las referencias a ETA y a la Guardia Civil,
Antonio Hens (Córdoba, 1969) ha realizado su última película en La Habana.
Con guion suyo y del dramaturgo cubano Abel González Melo, La partida se
ha presentado en varios festivales internacionales y recientemente
obtuvo una mención especial del jurado del XXIX Gay & Lesbian Film
Festival de Turín.
De ella hablamos para DIARIO DE CUBA.
La partida, proyecto que llevabas acariciando hace mucho tiempo, ¿la
rodaste en Cuba porque querías hacerla allí o porque la industria
española está de capa caída?
Se rueda en Cuba porque es la historia de dos personajes cubanos que no
pueden escapar de su realidad social, es decir, que obligatoriamente
había que rodarla allí o en cualquier otro lugar donde pudiera
reproducirse esa realidad.
Tu relación con el país y con las instituciones cubanas no sé cómo es
ahora, pero tu punto de vista parece muy crítico.
He coproducido varias películas con el Instituto de Cubano de Artes e
Industria Cinematografía (ICAIC) y mi relación con las instituciones
cubanas es buena. La película no es crítica ni deja de serlo. No es una
película más que se posicione a favor o en contra del sistema allí
establecido. Es solo un retrato de dos personajes posibles. Son
personajes marginales y creo que eso queda claro: que no todo el mundo
vive como Yosvani y Reinier, más bien al contrario.
Me interesa solamente este tipo de personajes que podrían encontrarse
con otras características en las calles de San Francisco o en las de
Sevilla. La elección de Cuba es por su peculiaridad y por mi
conocimiento previo de la escena.
Las calles de La Habana parecen una mezcla de infierno y paraíso. ¿Sigue
habiendo allí mucho turismo sexual?
Sí, claro. Aprovechando las necesidades de la población se ha
desarrollado una gran afluencia de turistas que buscan sexo. Eso no es
infernal, pues no existe la trata ni la explotación. Es una cuestión
voluntaria de quienes se prostituyen.
Muestras de nuevo la mirada de un adolescente. ¿Por qué no te llevaste a
La Habana a Israel Rodríguez, protagonista de tus anteriores filmes? ¿O
querías que el actor fuera un chico cubano?
Reinier Díaz es el Israel Rodríguez de La Habana... De hecho, después
del rodaje lo invité a Reinier y le presenté a Israel. Se cayeron de
maravilla desde el primer momento y trabaron amistad.
Otro de tus filmes, Clandestinos, causó mucha polémica...
La partida no es una boutade como Clandestinos. Es una película mínima,
un retrato de dos personajes. La mirada es contemplativa, menos
narrativa, y tal vez carezca de imágenes fuertes como Clandestinos.
Tiene situaciones muy fuertes, eso sí. Pero tampoco es una película
complaciente.
¿Por qué elegiste en el elenco a Toni Cantó? ¿Fue antes o después de que
entrara él en política y se metiera en polémicas?
Elegí a Toni Cantó porque necesitaba construir el personaje de un
entrenador de fútbol de un equipo nacional español. Es decir, necesitaba
a alguien que jugara lo suficientemente bien al fútbol y Toni juega muy
bien.
Además, necesitaba un cliente para Reinier que fuera lo suficientemente
atractivo como para generarle dudas. Toni es el actor ideal. Su elección
para el reparto fue anterior (mayo de 2011) a su elección como
representante del Partido UPyD.
Es curiosa la reacción de la gente al ver homosexuales viriles, y los de
tu película lo son. La gente parece más dispuesta a volar con Los
amantes pasajeros de Almodóvar que a entrar en un mundo lleno de sexo,
sudor, tensión y lágrimas. No obstante, el cariño que muestras hacia
los personajes y la polémica vuelven a estar servidas. ¿Consideras La
partida como una deuda contigo mismo? ¿Con los cubanos? ¿O una vuelta al
cine por la puerta grande?
No tengo ninguna deuda con nadie. Ayudé a dos directores cubanos con
películas como Boleto al paraíso (Gerardo Chijona) o Verde, verde
(Enrique Pineda Barnet). Tampoco es una vuelta al cine por la puerta
grande porque la elección del tema y la manera de narrarlo hacen de esta
película un producto raro, marginal como sus personajes y, hasta cierto
punto, de nicho estrecho.
Es una historia que quería contar porque el personaje del prostituto
masculino cubano es único en el mundo. También quería contar lo
complicado de las relaciones amorosas entre los hombres en entornos muy
machistas.
¿El fútbol funciona como metáfora de algo? ¿Fetichismo, ganas de escapar
o llevar una vida mejor?
No es una metáfora, sino una posibilidad que uno de los dos personajes
protagonistas tiene para salir del círculo vicioso donde está encerrado.
Es además una circunstancia novedosa en la descripción de la realidad
cubana donde el fútbol comienza a cobrar importancia frente a la
tradicional pelota.
Hay imágenes muy hermosas de La Habana. No obstante, en el ambiente se
respira pobreza, extorsión y ganas de escapar.
La Habana es así, testigo de un pasado esplendoroso, pero ajada por la
falta de reparaciones. Ese es el ambiente que habitan los personajes: La
Habana de la desolación, la falta de esperanza...
Al contrario que tus anteriores trabajos, La partida deja una sensación
de tristeza que entronca con las primeras películas neorrealistas de
Pasolini. ¿Crees que es un factor a favor o en contra del éxito de esta
película?
El público dirá. Yo creo que siempre es dura la contemplación de una
tragedia, pero este es el destino que les espera a nuestros personajes
en la historia tal y como está planteada. Y no creo que la catarsis
marque el éxito de una película.
Source: De machismo, fútbol y prostitución masculina | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cultura/1400973008_8740.html
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