De Orrio y la nueva ciber-movida
Luis Cino Álvarez
29 de mayo de 2013
La Habana, Cuba – www.PayoLibre.com – Hace siete años, en respuesta a un
artículo mío, Manuel David Orrio, un tipo que disfruta como pocos la
esgrima verbal, aseguró que contrario a lo que yo pensaba, él opinaba
sin autorización.
Aunque no le creí mucho -con Orrio no se sabe con exactitud cuándo es él
y cuando el agente Miguel de la Seguridad del Estado-, le aconsejé por
su bien, que si eso era así, si era verdad que opinaba sin permiso, que
atendiera bien a su Elegguá, porque falta que le haría su protección
para enfrentar lo que le caería arriba por parte de sus jefes.
Suelo equivocarme. A veces hasta lo disfruto. Es lo que me pasa ahora
con Orrio, que está de vuelta en el periodismo, si es que alguna vez se fue.
Vi por estos días a Orrio, retratado en el parque Villalón, del Vedado,
junto a decenas de blogueros y twiteros, oficialistas y no tan
oficialistas, en la segunda edición del Twithab.
En la foto, junto a Orrio y los twiteros, había personajes tan disímiles
como Kenia Serrano, la presidenta del Instituto Cubano de Amistad con
los Pueblos (ICAP), una de las fachadas en el exterior de la
Inteligencia castrista, la que se ocupa de los amigotes solidarios;
Fernando Ravsberg, el inefable corresponsal en Cuba de BBC Mundo;
Vicente Feliú, que ya no se sabe si es un cantautor, un agente de
agit-prop o un seguroso; y para poner la guinda al pastel, en un raro
ejercicio de masoquismo o zorrería, –vaya usted a saber- Conrad Tribble,
el jefe adjunto de la Sección de Intereses Norteamericana en La Habana.
Hum, olfateo truco, jugada con trampa...Recuerden las recientes
declaraciones del vicepresidente Miguel Díaz Canel sobre la "quimera
imposible" que resulta bloquear la información en tiempos de Internet,
la foto que se tomó el vice con los blogueros de La Joven Cuba, la
entrevista que les concedió a dichos blogueros el viceministro de
Cultura, Fernando Rojas. Sume todo esto a la inusual reunión en el
parque Villalón y ya tendrá el café...con sucedáneo.
Presiento que se avecina una prensa de amago y simulacro, menos
triunfalista, complaciente y almidonada, pero dentro de la revolución
(quiero decir, eso que todavía llaman así). Allá quien no lo quiera ver.
En la entrevista de marras, Fernando Rojas afirmó que los blogueros son
el "embrión de la prensa alternativa que necesitamos".
En esa prensa, Manuel David Orrio tendrá su lugar. Y les voy a hacer una
confesión: me alegra que esté él antes que ciertos payasos e
improvisados. Siempre he disfrutado lo que escribe Orrio, lo mismo en
Cubanet que en rebelión o en insurgente.org. En definitiva, en
cualquiera de esos medios siempre ha dicho más o menos lo mismo. La
diferencia es que luego que lo destaparon, empezó a utilizar premisas
falsas, algunos adjetivos feos y a hacer aseveraciones sobre el control
que ejercen los yanquis de la SINA sobre la oposición interna que no se
las cree ni el zoquete de Bruno Rodríguez Parrilla.
Sé que a muchos molestará mi aprecio por los escritos de Orrio. Me dirán
que es un traidor, un sinvergüenza y muchos adjetivos más que no me
atrevo a escribir porque no estoy en mi blog, donde suelo ser algo mal
hablado. Sé que tienen razón. Pero no digo que Orrio sea buena gente,
solo digo que es un buen periodista, se pueda ser un excelente
profesional de cualquier disciplina y ser una pésima persona.
Aunque no olvido su culpa, no le guardo rencor a Orrio, ni a nadie. Al
menos ahora, es uno de los pocos que mantiene un rostro reconocible, eso
es algo. Probablemente no pudiese decir esto si hace diez años yo
hubiese sido uno de los periodistas independientes contra los que Orrio
sirvió de testigo de la fiscalía. Pero si Coco Fariñas llama a perdonar
y amar a los represores porque ellos también son víctimas, por qué no
aceptar que es preferible tener como rival a Orrio antes que a Lázaro
Barredo Medina, Randy Alonso y otros pelafustanes conocidos o por
conocer, que ya inventaron o están a punto de inventar, y a punto de ser
puestos en funcionamiento.
Me froto las manos al imaginar los debates que podré sostener con Orrio.
Nieto de esgrimista, gozo con las fintas verbales. De tanto leer a
Orrio, conozco los temas que le obsesionan: la potencial reversibilidad
al capitalismo del modelo castrista, la debilidad institucional del
sistema, las inconstitucionalidades, la necesidad de otro tipo de
periodismo...
Orrio ha planteado que si los periodistas cubanos estuvieran en posesión
de sus derechos constitucionales, quedaría poco espacio para los
periodistas independientes. Es cierto. Pero digo más. La llamada "prensa
revolucionaria" no tendría que esforzarse por ser "más audaz y
creativa". Bastaría que dejara de ser mera propaganda partidista de la
peor para ser periodismo. Solo eso.
Como hace siete años, vuelvo a pensar que el camarada Orrio está
autorizado a opinar. Él y unos cuantos jugarán a la prensa alternativa,
a discrepar con moderación, y serán presentados por el oficialismo
matrero como los únicos periodistas verdaderamente independientes en
Cuba, porque los demás, los disidentes, somos...ya sabemos qué dirán que
somos. ¿Para qué repetir las mismas pendejadas del régimen?
luicino2012@gmail.com
Primavera Digital
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