La relatividad y el tiempo
Fernando Ravsberg / noviembre 29, 2012
Los dirigentes de Ministerio de Agricultura dicen que 4 años es muy poco
tiempo para cualquier cambio en ese terreno pero me cuesta creer que les
hicieran falta 48 meses para darse cuenta de que los campesinos tienen
que tener su casa dentro de la finca.
En una reciente conferencia de prensa nos anunciaron que eliminaron la
prohibición de construir viviendas en las tierras entregadas en
usufructo por lo que ya los guajiros no tendrán que vivir en la ciudad y
viajar cada mañana a su parcela para trabajar.
Ese laxo concepto del tiempo podría explicar por qué mantienen aún "en
estudio" el tema de la distribución y comercialización de los productos
agrícolas, monopolizada por organismos que durante medio siglo han dado
sobradas pruebas de su ineficiencia.
Los directivos no quisieron hablar del asunto, porque "no es el tema de
esta conferencia de prensa", dijeron una y otra vez. Sorprendente
negativa cuando gran parte de los campesinos consideran que ese es el
principal escollo de la agricultura cubana.
Los periodistas extranjeros les pusimos como ejemplo lo que está
sucediendo con la leche a la cual le bajaron los precios a una tercera
parte de lo establecido por el gobierno, utilizando argucias técnicas
difíciles de comprobar sobre la calidad del producto.
Pero los guajiros son muy pragmáticos y tienen años de experiencia en
lidiar con los burócratas, así que si no les pagan lo que se acordó
entonces la leche se va para el mercado negro, donde siempre hay alguien
dispuesto a abonar lo que verdaderamente vale.
A muchos campesinos les pagan la tercera parte de lo estipulado por la
leche.
Las carreteras son un buen termómetro de lo que ocurre, cuando el
gobierno comenzó a pagarles mejor desaparecieron los vendedores de
queso. Ahora han vuelto y en abundancia, están incluso en zonas que ni
siquiera son tradicionalmente ganaderas.
Pero los directivos de la cartera de agricultura nos aseguraron que la
reforma va bien, sin embargo se negaron a dar cifras sobre cuanto están
produciendo los nuevos campesinos, los 150 mil que acaban de recibir
tierras en usufructo.
Dicen estos especialistas que el desarrollo agrícola hay medirlo de
forma cualitativa no cuantitativa y hablan de "impactos", un galimatías
que parece armado con el único fin de no dar cifras que permitan medir
la efectividad del trabajo del MINAGRI.
El problema radica en que la gente no come "impactos" sino viandas,
verduras y carne. El único "impacto" que reciben es el de los precios de
los agro mercados, cada día más altos, tanto que el kilo de papas cuesta
ya U$D 2 en algunos lugares.
No es que falte comida en las calles, están llenos los agro mercados, se
multiplican los puestos de venta fijos y los carretilleros pregonan por
los barrios sus productos. Nunca desde que llegué a Cuba había visto
tanta comida y nunca esta había sido tan cara.
Parte de la explicación es que muchos campesinos evaden la
comercialización con el Estado por los bajos precios que este paga, las
demoras en hacerlos efectivos y la ineficiencia a la hora de recoger la
producción, lo que provoca grandes pérdidas.
El Ministerio de la Agricultura tiene cientos de miles de empleados, la
mayor parte de ellos en tareas burocráticas.
Por eso una gran parte de los alimentos producidos en Cuba se mueven
dentro de un espectro semilegal donde intermediarios y mercado negro
gravan los precios, ganando mucho más que los campesinos y desangrando
al consumidor.
Mientras esto vive la gente en la calle, los directivos del MINAGRI
siguen "estudiando" el tema de la comercialización, tal vez necesiten 6
o 7 años de análisis porque es un asunto más complejo que el de la
autorización para la construcción de viviendas en las fincas.
Cualquiera podría pensar que este Ministerio está compuesto por un
pequeño grupo de personas sobrepasado de trabajo pero lo cierto es que
tiene cientos de miles de empleados, el problema es que la mayor parte
están dedicados a labores burocráticas.
Tras la conferencia me quedé pensando en la teoría de la relatividad, 4
años son para la gente común 1460 días de lucha cotidiana por llevar un
plato de comida a la mesa. Evidentemente una cosa piensan los
funcionarios y otra los consumidores.
http://cartasdesdecuba.com/la-relatividad-y-el-tiempo/
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