miércoles, 29 de febrero de 2012

La escuela cubana de la mediocridad y el sexo

La escuela cubana de la mediocridad y el sexo
febrero 29, 2012
Osmel Almaguer

HAVANA TIMES, 29 feb — "Aquí los alumnos no tienen interés en el
aprendizaje," dijo la directora del instituto politécnico en el cual
recientemente he comenzado como profesor.

"Tómalo con calma, como una manera de subsistir, porque esforzarse al
máximo es inútil con la inmadurez y la apatía de nuestros estudiantes,"
terminó de decir.

Supongo que sus palabras no hayan sido un llamado a la negligencia de mi
parte, y que solo brotaron teniendo en cuenta las lógicas ilusiones que
traen los profesores cuando son nuevos en esta clase de escuela.

Un instituto politécnico es un tipo de centro estudiantil que supongo
exista en muy pocos países. Es un colegio equivalente al
preuniversitario o bachiller, solo que cuando egresas de él,
supuestamente, estás preparado para desempeñarte a nivel técnico en la
especialidad que has cursado.

Los politécnicos en la actualidad son famosos por su alto grado de
corrupción. Por eso, cuando una amiga me recomendó para el contrato que
tengo actualmente, pensé en ganarme unos pesos y también en la
oportunidad de ayudar a mejorar otras personas.

En esa corrupción, por todos conocida, se incluye la venta de exámenes
de profesores a los alumnos. Cinco CUC por el mínimo aprobado y diez CUC
por la nota máxima. También se acostumbran las relaciones sexuales entre
profesores de sexo masculino y alumnos de sexo femenino, medie o no el
interés por aprobar.

En mi corta experiencia impartiendo la asignatura de Español-Literatura
me ha llamado la atención el contraste entre la voluptuosidad sexual de
estos alumnos y su inmadurez como personas.

Es como ver a niños con cuerpos de adultos, cuyas respuestas sexuales
responden a la externalidad de sus anatomías, y no a una madurez de la
mente.

El trato con los profesores generalmente rebasa los límites que debe
haber entre una alumno y un educador.

Tal vez en esto influya el hecho de que la mayoría del claustro está
conformado por ex alumnos de la propia institución. Sin tiempo de
experiencia, ni formación pedagógica o nivel académico.

Lo más triste de todo es que el Estado exige promoción sin tener en
cuenta que la responsabilidad de que los educandos aprueben depende
tanto de estos como de los profesores.

Si casi todo el mundo suspende una prueba, no se achacará a la falta de
interés generalizada, sino a la incapacidad del profesor, a quien se le
descontará dinero y probablemente se le cierre el contrato.

La experiencia colectiva ha enseñado esto a los alumnos, quienes también
han aprendido a mantener una especie de chantaje en este sentido con los
profesores.

O sea, que yo como alumno no me esfuerzo, pues la responsabilidad es
completamente del profesor. Pero ninguno estudia en casa otra cosa que
no sea el reggaetón, el baile, las modas y los celulares.

Un profesor no tiene casi herramientas para disciplinar y educar a sus
alumnos. Y ni qué decir de los problemas con los padres., quienes solo
se preocupan para reclamar a la dirección de la escuela cuando su hijo
suspende o es castigado.

Por supuesto que dicha reclamación siempre perjudica a los profesores.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=58820

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