domingo, 1 de enero de 2012

YA ESTAMOS LISTOS

YA ESTAMOS LISTOS

Oswaldo Payá Sardiñas

La Habana, 31-12-2011
2012 debe ser el año de la libertad. Los cambios políticos deben
ejecutarse para que las transformaciones económicas, jurídicas y
sociales se produzcan con justicia.

El proceso hacia la tolerancia, el respeto y la reconciliación entre
cubanos, aunque avanzará mucho más, es ya una realidad, un signo de
liberación del miedo, de rencores y de odios y también signo del
espíritu de reencuentro entre hermanos que se levanta por encima de las
barreras instaladas desde hace tanto tiempo.

Durante años los movimientos pacíficos por la democracia o de oposición
política, que sí existimos en Cuba y en la diáspora, hemos promovido en
el pueblo la conciencia de los derechos humanos, el espíritu de la
reconciliación y la esperanza de libertad y democracia. Las iglesias y
todas las religiones, los artistas e intelectuales y muchos cubanos
religiosos o no, dentro y fuera de Cuba, de las más diversas posiciones
políticas, han cultivado esta reconciliación entre cubanos. Pero, han
sido especialmente los jóvenes quienes con su generosidad, audacia y con
sus propios códigos se han puesto a la vanguardia en este camino de
reconciliación, identificándose como hermanos, superando miedos y
prejuicios.

Entonces es la juventud quien nos está dando la voz, con el anuncio de
todo el pueblo diciendo "ya estamos listos". Listos para el cambio
pacífico en todos los órdenes, listos porque tenemos derecho a decidir,
listos porque queremos y podemos construir, como dijo Martí, "un pueblo
nuevo y de sincera democracia" y "con todos y para el bien de todos".
Listos porque queremos la libertad.

Nada ha podido impedir los cambios en las mentes y los corazones de los
cubanos que son la fuente de todos los otros cambios justos que ahora
protagonizará el pueblo. Deben realizarse ya las transformaciones
políticas para lograr que las económicas, jurídicas y sociales se
produzcan con justicia. Cambios políticos no es exigir el apoyo o la
aprobación del programa de un partido, sino el derecho de los cubanos a
diseñar y realizar su programa de cambios y su proyecto nacional para
esta nueva etapa de la historia.

¿Quién puede dudar que sea el pueblo quien pueda hacer lo mejor y lo más
justo?

La discriminación política que sufre el pueblo es el soporte de todas
las demás discriminaciones, incluyendo la discriminación económica que
sume a la mayoría en la pobreza y significativamente a los trabajadores.
Así mismo la concentración de todo el poder político en unas pocas
personas ha sido el sostén de los privilegios de los miembros de una
nueva clase que hoy surgen como los nuevos capitalistas. El pueblo lo
sabe. No acusen más al pueblo de ser culpable de la corrupción, cuando
en realidad ha sido víctima de la corrupción institucionalizada que es
la misma tiranía. Se está produciendo un salto al capitalismo desde las
posiciones de ventaja de los que tienen poder, marginando a la mayoría
sorprendida en la pobreza, sin dinero y sin recursos, desinformada,
silenciada y comprimida por la opresión instalada en este mismo
socialismo que quieren mantener los que gobiernan.

Ninguna élite, personajes o partidos pueden sustituir al pueblo en esta
misión y usurparle su derecho soberano. Ningún diálogo o acuerdo en el
poder o entre poderes, es legítimo cuando los ciudadanos no tienen voz
ni instrumentos para decidir democráticamente. Los falsos paternalismos
sólo están consolidando un despotismo con el que a los cubanos ni
siquiera se les deja saber qué va a ocurrir con sus vidas. Por ejemplo,
cuando se habla de supuestos "cambios en regulaciones migratorias"
manteniendo a los ciudadanos en la angustia de la desinformación en un
tema de tanto impacto humano y familiar, se desprecian sus sentimientos
y derechos. Exigimos el reconocimiento legal del derecho de los cubanos
a viajar libremente hacia Cuba y desde Cuba, sin permisos, ni
condiciones, ni confiscaciones. Es algo así de simple, como así de justo.

Los cambios políticos:

1. Libertad de Expresión. Las leyes deben cambiar para que garanticen la
libertad de expresión de todos los ciudadanos en todo momento, de todas
sus ideas, creencias, críticas y propuestas. Lo que implica el acceso a
internet libre de todas las personas, las iglesias, los sectores de
derechos humanos y las organizaciones cívicas y políticas democráticas
de oposición al Gobierno; que deben también poder expresarse a través de
los medios de difusión, pues además de ser su derecho, estos medios los
paga el pueblo y son su propiedad. No es verdadera la libertad de
expresión mientras existan los actos de repudio, las agresiones,
detenciones, encarcelamientos y juicios para condenar a las personas por
expresar sus ideas, pedir cambios o manifestarse pacíficamente. No hay
libertad de expresión ni confianza mientras el Partido Comunista, la
Policía Nacional, la Seguridad del Estado y otras organizaciones
vigilan, clasifican y toman represalias, contra los trabajadores, los
vecinos, los estudiantes; en cada sector con consecuencias graves para
sus vidas por mantener ideas y posiciones diferentes a las del gobierno.
Las leyes y las prácticas que limitan o anulan la libertad expresión y
que castigan y reprimen el ejercicio de este derecho deben cesar.

2. Transparencia. Como hemos afirmado, los cubanos tenemos derecho a
saber lo que va a ocurrir con nuestras vidas, lo que se va a hacer en el
país. El Gobierno mantiene al pueblo en la incertidumbre, bajo un cruel
juego de especulaciones y de palabras sobre el futuro. El pueblo tiene
derecho a saber, a buscar y lograr información libremente y el Gobierno
la obligación de informar sobre todo lo que hace y piensa hacer para que
el pueblo pueda decidir, aprobar o rechazar, aunque este no sea el
límite de la participación ciudadana.

3. Libertad de Asociación. La participación ciudadana en la vida
política y en las decisiones es posible si hay respeto a la diversidad
de ideas y creencias y un pluralismo político que debe ser garantizado
por las leyes. Debe ser reconocido el derecho a existir y funcionar de
las organizaciones políticas, cívicas y de derechos humanos; cesar de
inmediato la represión y exclusión de esas agrupaciones independientes
del gobierno y de los ciudadanos que piensan y expresan sus diferencias
con el sistema. Deben ser liberados todos los encarcelados por motivos
políticos. La Ley de Asociaciones debe ser transformada para que
garantice el derecho de todos los ciudadanos a constituirse legalmente
en organizaciones de todo tipo y en partidos políticos. Los comunistas
tienen derecho a tener su partido, pero no la facultad de negar a los
otros ciudadanos el derecho a tener sus propios partidos. Esta negación
es la que ha generado una dictadura que ni siquiera ha sido del
proletariado, porque son los trabajadores los más pobres y excluidos de
las decisiones políticas gubernamentales.

4. Diálogo. Ya existe el diálogo entre cubanos, de todas partes, de
todas las condiciones y posiciones. Ese diálogo es componente activa del
proceso de reconciliación y de reencuentro que se vive en el seno del
pueblo. Un Diálogo Nacional es necesario, pero este diálogo no es para
decidir si se garantizan o no los derechos, pues tenemos derecho a los
derechos porque somos seres humanos. Solo se realizaría verdaderamente
en el ejercicio de los derechos políticos, no en el miedo y la exclusión
o bajo condicionamientos. El Diálogo Nacional debe ser entre cubanos
libres, así podrán aportar toda su riqueza, proponer lo nuevo, cambiar
lo que deba cambiarse y mantener todo lo bueno. No es para decidir si
hay elecciones libres, ni puede sustituirlas, sino prepararlas y
llenarlas de contenido y participación.

5. Elecciones Libres. No hay que explicar a nadie por qué los cubanos
tenemos derecho y necesidad de elecciones libres; para decidir, para
elegir nuestros gobernantes, para preparar una nueva Constitución, para
realizar la democracia y entrar todos con nuestra decisión y voluntad en
una nueva etapa de la historia. Porque queremos ser ciudadanos y no
siervos, hermanos libres y no objetos unidos por cadenas, pueblo
soberano que decida y no masa que escucha, aplaude y sufre.

En el documento El Camino del Pueblo muchos de los movimientos
democráticos cubanos hacemos una propuesta de Hoja de Ruta para el
Cambio. Ahora, en 2012, para la profundización de la reconciliación,
para la realización de los cambios económicos equitativos y no
excluyentes, para la democracia y la libertad realizamos esta propuesta.
Los 5 cambios políticos aquí mencionados son los pasos a dar en este
camino, que no se imponen, sino que son el fin de las imposiciones, son
la liberación y para eso, los cubanos, ya estamos listos.

http://angelicamorabeals.blogspot.com/2011/12/ya-estamos-listos.html

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