Expertos y periodistas parecen coincidir en que los peores enemigos de
las reformas emprendidas por el general Raúl Castro, son la burocracia y
la corrupción.
martinoticias.com 15 de septiembre de 2011
Especialistas y opinadores de oficio parecen coincidir en que los peores
enemigos de las reformas emprendidas por el general Raúl Castro, son la
burocracia y la corrupción, mientras otros vislumbran una jugada de la
nueva jerarquía para conseguir un chivo expiatorio conque justificar el
inmovilismo del sistema.
En el ya lejano 2005 el exgobernante Fidel Castro advertía que la
Revolución solo podría ser derrotada desde dentro, y hoy el periodista
Fernando Ravsberg le corrige la plana y asegura que Castro se quedó
corto, porque -según él- la burocracia no solo amenaza al socialismo,
sin que, es en realidad, un peligro para toda la nación cubana.
Sin embargo, el doctor Antonio Jorge ha asegurado que el enemigo
principal de las reformas empresariales es el militarismo, porque -segun
su juicio- militarismo y empresarialidad son antitéticos: mientras lo
militar se rige por un sistema de orden, estructuras y disciplina; lo
empresarial funciona bajo normas innovadoras, flexibles y dinámicas que
permiten su versatilidad.
Para Jorge la burocracia y la corrupción son males endémicos del
socialismo e inherentes a los sistemas totalitarios que rigen la
economía desde lo centralizado, por lo que para que haya verdaderas
reforma es necesario que cambie el sistema.
La burocracia –coincide Ravsberg con Antonio Jorge- es un monstruo
nacido de un modelo excesivamente centralizado y vertical, organizado de
tal forma que siempre se hace lo que dicen "los de arriba", sin que
nadie se atreva a cuestionar las directrices del "jefe".
El periodista independiente Iván García ha escrito que es una guerra de
poder a poder. Por un lado, el General Raúl Castro maneja los hilos de
la contrainteligencia militar, tiene atados los cabos en los principales
rubros económicos de la nación y ha consolidado su gabinete con leales a
prueba de bombas atómicas. Pero en la acera del frente, sus adversarios
lo miran con cara de perro. Son los burócratas de alto vuelo.
La burocracia local –ha agregado García- se ha enraizado hasta el
tuétano en casi todos los estamentos de la vida nacional. (…) será
difícil que Raúl Castro pueda cortarlos de raíz. Es el enemigo número uno.
El General Raúl Castro –concluye el periodista independiente- desea que
los rastros y mercados agrícolas estén saturados de productos. Que las
familias puedan tomar un vaso de leche. Y que desaparezcan tantas
regulaciones absurdas para viajar o comprarse un coche o una casa. Pero
a ritmo de tortuga y con cautela van marchando sus deseos y reformas. De
adversario tiene una pared monolítica de corruptos y burócratas que han
cerrado fila.
Pero el escritor y periodista Rogelio Fabio Hurtado ha escrito en
Primavera Digital que "La "ofensiva" desencadenada (…) contra los
burócratas ha suscitado en algunos colegas y amigos unas ilusiones que
no comparto. El burocratismo es orgánicamente inseparable del
totalitarismo que nos asfixia. Los dueños reales del Partido-Estado no
pueden prescindir de su servicio administrativo para diseminar su
voluntad omnímoda a lo largo y ancho de la Isla. Mientras esto subsista,
tendremos cada vez más burocratismo".
Los actuales ataques –puntualiza Fabio- obedecen, eso sí, a una
variación en el modo de tratar a los burócratas por parte del Jefe
Supremo. Si el anterior impedía que fuesen cuestionados y hacía
extensiva a ellos -al menos en público- su supuesta infalibilidad, (…)
el actual parece haberles asignados el papel de culpables universales y
se dispone en breve a presentárselos como tales al pueblo.
Así, tanto la élite vitalicia como el estamento militar –concluye Fabio-
quedarían apenas como víctimas de esta casta desobediente, enteramente
ajena a las inmaculadas virtudes esenciales del proceso revolucionario.
El periodista independiente José Antonio Fornaris, ha señalado que
desde la conclusión del Sexto Congreso del Partido Comunista en el mes
de abril, no pasa un día en que los medios escritos o televisivos no
arremetan contra el burocratismo y los burócratas.
En verdad, -detalla Fornaris- el burocratismo en un cáncer, daña
cualquier cuerpo. Pero liberarse de él, en un régimen como el de Cuba,
es totalmente imposible. El burocratismo es consustancial, es parte de
la esencia misma del comunismo.
A su vez, -añade el periodista independiente- la élite que gobierna en
un sistema socio-político con esas características, crea una nata de
incondicionales funcionarios intermedios, que pasado un breve tiempo se
dedica, más que todo, a protegerse a sí mismos.
Esta lucha contra la burocracia y la corrupción -ha concluido el doctor
Antonio Jorge-, es la búsqueda de un chivo expiatorio al cual cargar con
los males endémicos que sólo cambia con su desaparición.
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