domingo, 29 de noviembre de 2009

El 'blog' que mueve la isla

El 'blog' que mueve la isla

MAURICIO VICENT 29/11/2009

Comenzó su bitácora como un "exorcismo". Ahora es más que un emblema de
la crítica al Gobierno cubano. Yoani Sánchez ha transformado la manera
de hacer disidencia. Y denuncia que fue golpeada por ello.

Hace seis años, la filóloga cubana Yoani Sánchez era sólo una emigrada
más a la que le iba regular, tirando a mal. Vivía en Suiza, adonde había
llegado "empujada por el desencanto y la asfixia económica", y allí
criaba a su hijo, Teo. Yoani tenía entonces 28 años, y trabajaba en una
librería y en todo lo que podía. Nunca había pensado en crear un blog,
pero la vida resultó tan terca como ella. En 2004, debido a razones
familiares, Yoani regresó a Cuba a la brava, saltándose todas las normas
del Gobierno que impiden a los exiliados volver a su país si no es de
turismo. Ya en La Habana, junto a su marido, el periodista Reinaldo
Escobar, se metió de lleno al mundo de la informática y fundó la revista
independiente de reflexión y debate Consenso. En abril de 2007, aburrida
y hastiada, Yoani creó Generación Y simplemente como "un ejercicio de
exorcismo personal".

"Había un fermento necesitado de una chispa y una generación que había
callado durante mucho tiempo"

b>"Con un móvil y una camarita se puede hacer temblar al poder. Todo lo
que sucede en Internet es así, arrasador"

Al principio, su bitácora fue sólo eso. No había pretensiones políticas
en aquella "terapia", y mucho menos Yoani tenía conciencia de que las
"desencantadas viñetas de la realidad" que colgaba en el ciberespacio
podían llegar a convertirse en un emblema contestatario y de denuncia
del régimen. A lo más, aspiraba a ser una voz de su generación: la de
los nacidos en la Cuba de los años setenta y ochenta, jóvenes "marcados
por el racionamiento, las escuelas en el campo, los muñequitos rusos, el
paternalismo, las salidas ilegales, la doble moral y la frustración".

Un día Yoani hablaba en su blog del problema del transporte. Otro
criticaba la discriminación de los cubanos en las instalaciones
turísticas. Otro fustigaba el anacronismo del permiso de salida, o los
muros impuestos a Internet en la isla, o el estado calamitoso de los
hospitales, o el deterioro de los valores en su país… Todo en un país en
el que no hay libre acceso a Internet y donde una tarjeta de una hora de
conexión equivale a una semana de salario de un profesional de nivel.

El atrevimiento y el estilo retador de Yoani, así como la frescura de
sus palabras, alejadas del mensaje de la vieja disidencia, llamaron la
atención de internautas y periodistas. Y llegaron las primeras
entrevistas… "La vida no está en otra parte, está en otra Cuba", dijo en
la primera que realizó con este diario, allá por noviembre de 2007.

Generación Y despegó… y Yoani comenzó a recibir cientos de elogios y
también críticas. Algunos de los que hoy la defienden la acusaron
entonces de agente raulista. Ella se reía. Las autoridades, al
principio, se limitaron a ignorarla; pero estaba claro que no hacía
ninguna gracia aquella irreverencia en un área sensible y tan difícil de
controlar como Internet.

Dos años después, la situación es radicalmente distinta. En abril de
2008, Yoani Sánchez obtuvo el Premio Ortega y Gasset de periodismo,
concedido por EL PAÍS, en la categoría de trabajo digital. Fue
seleccionada por la revista Time entre las 100 personas más influyentes
del mundo, en el apartado de Héroes y Pioneros. Generación Y fue elegido
en 2009 entre los 25 mejores blogs del mundo, una selección hecha por
Time y la cadena norteamericana CNN. Además, en este tiempo Yoani fue
distinguida con el máximo galardón de los Premios BOB, así como una
mención especial en el prestigioso Premio de periodismo María Moors
Cabt, de la Universidad de Columbia. Y múltiples honores más.

Otro dato confirma que Yoani dejó de ser una simple bloguera para
convertirse en todo un fenómeno: en septiembre, Generación Y registró 14
millones de entradas, y eso sólo en español, ya que esta bitácora está
traducida a 16 lenguas. A mediados de noviembre, las referencias a
Sánchez en el buscador Google se acercaban al millón, y su biografía en
Wikipedia era casi del mismo tamaño que la de Fidel Castro.

Paradójicamente, el fenómeno Yoani ha ocurrido de espaldas a la mayoría
de los cubanos. Además de que el acceso a Internet en la isla es muy
reducido, desde marzo de 2008 las autoridades utilizan un filtro
informático ralentizador que bloquea la entrada a Generación Y. Sin
embargo, algunos de sus escritos circulan en memorias flash o a través
de cadenas de correos electrónicos, sobre todo en La Habana. Yoani no
puede acceder directamente a su plataforma ni ver su blog, por eso dice
que es una "bloguera ciega". Esto la ha hecho recurrir a la ayuda de
amigos y colaboradores en el extranjero, a quienes envía sus correos por
e-mail o incluso les dicta los textos por teléfono.

Varios son los factores que han contribuido a su éxito. Según Yoani,
"había un fermento necesitado de una chispa y una generación que había
callado durante mucho tiempo", lo que, sumado a la aparición de las
nuevas tecnologías, la convirtió a ella en las "dos piedras que se
frotan". "Yo camino sobre un terreno nuevo que permite que la voz se
amplifique a unas dimensiones increíbles", dice, consciente de que hoy
con un teléfono celular y una camarita se puede "hacer temblar al
poder". "Todo lo que sucede en Internet es así, arrasador. Pero eso no
significa que antes no se hicieran cosas valiosas, sino que no se
disponía de esa herramienta".

Con independencia de ideologías y posiciones políticas, para muchos
Yoani representa la reivindicación de dos ideas vitales, de ahí la
formidable pegada de su propuesta. El académico exiliado Haroldo Dilla
lo resume a la perfección: Yoani rescata "el derecho de ella, de sus
amigos y amigas blogueros y de los varios millones de cubanos (exiliados
incluidos) a vivir en su país, opinar libremente y obrar en
consecuencia". Y en segundo lugar está "el deber que tienen los que
detentan las posiciones de poder de abrir los espacios públicos a todas
esas opiniones".

Muchos piensan que Yoani ha conectado con una realidad posrevolucionaria
que cada vez gana más terreno… Si la vida en Cuba es cada vez más
blogger, ella ha sabido ocupar un espacio que ni el Gobierno ni la
disidencia tradicional parecen capaces de llenar… "Hoy no se puede vivir
de espaldas a la información y a Internet. Y contra más el Gobierno se
empecine y demore en reconocer el fenómeno, antes entraremos por la
puerta de atrás", advierte Yoani.

¿Ciberdisidente? No. En todo caso, "ciberactivista", dice. Yoani rechaza
ser opositora y tener programa político, ni siquiera un "color
político". Hace dos años lo dijo claramente: la gente de su generación
"no se define ni de izquierdas ni de derechas; éstos son conceptos cada
vez más obsoletos". Estas palabras provocaron la reacción de Fidel
Castro en junio de 2008. En un prólogo a un libro sobre Bolivia, el
líder comunista lamentó que hubiera "jóvenes cubanos que piensen así" y
criticó a aquellos que amplificaban su discurso y la premiaban.

Ella se lo tomó como "una condecoración". Pero también como el primer
cruce de espadas. Poco a poco Yoani fue abandonando el ámbito privado de
su blog. Y de las reflexiones en voz alta pasó a las acciones de calle.
Un día desplegó una pancarta en un concierto para pedir la libertad del
rockero Gorki Ávila. Otro tomó el micrófono durante una acción plástica
en la décima Bienal de La Habana, donde realizó una encendida defensa de
la libertad de expresión. "No sigamos esperando que nos autoricen entrar
en Internet, a tener un blog o a escribir una opinión. Ya es hora de
saltarnos el muro del control", dijo en aquella ocasión.

Simultáneamente, mientras su discurso tomaba cuerpo, Yoani empezó a
acumular permisos denegados para salir del país a recoger sus premios.
Sus detractores dijeron que cada galardón internacional y cada facilidad
que recibía eran interesados y la fabricaban como opositora a la medida,
en creciente sintonía con las posiciones de Washington y Miami.

A principios de año lanzó Voces Cubanas, una plataforma para que los
blogueros de la isla tuvieran forma de expresar sus opiniones. Más
recientemente se coló disfrazada con una peluca en un debate sobre
Internet, organizado por la revista Temas, en el que se impidió la
entrada de blogueros y disidentes. El último capítulo tuvo lugar el 6 de
noviembre de 2009. Ese día, Yoani denunció que, junto a otros amigos,
fue "secuestrada" durante 20 minutos y golpeada por presuntos agentes de
la policía secreta para impedirle asistir a una manifestación en un
céntrico barrio de La Habana.

Nos cuenta la agresión golpe a golpe, apoyada en una muleta, en el mismo
apartamento donde la entrevistamos hace justo dos años. Hay una
diferencia. En aquella ocasión, la sala estaba vacía. Hoy, unas 25
personas toman apuntes, pues desde finales de octubre aquí funciona una
academia blogger. Se imparten clases de ética y derecho, cultura cubana,
fotografía, técnicas periodísticas y herramientas para blogueros como
Word Press, Blogspot o Twitter (por supuesto, la maestra de esta última
asignatura ya saben quién es). Llama la atención que no se habla de
política, aunque sin duda Yoani acaba de dar una vuelta de tuerca al
pulso que sostiene con el Gobierno.

En la isla hoy existen unos 50 blogs. La idea, dice, es que dentro de
unos años haya miles. "De jardinería, de cocina, de lo que sea… lo
importante es que la gente pueda expresarse con libertad". Éste es su
punto. Según Haroldo Dilla y otros analistas, Yoani, a sus 34 años, "es
la figura emblemática de un nuevo tipo de oposición política que da aire
a los agotados disidentes". Ella asegura que no pretende ocupar ningún
espacio, aunque sí piensa que los blogs están llamados a ser un motor de
cambio en Cuba, no en el sentido político, pero sí "ciudadano". En su
opinión, el verdadero factor de cambio en su país "es que la realidad es
cada vez más opositora".

El 'blog' que mueve la isla · ELPAÍS.com (29 November 2009)
http://www.elpais.com/articulo/portada/blog/mueve/isla/elpepusoceps/20091129elpepspor_3/Tes

No hay comentarios:

Publicar un comentario