Cuba: más castrismo, pero sin los Castro16 de mayo de 2017 - 18:05
- Por IVÁN GARCÍA
A pesar de la falta de información oficialista, los cubanos aseguran que
el régimen de Raúl Castro se prepara para continuar, aún sin su
presencia en primera línea
LA HABANA.- En la Calle 17, en la barriada del Vedado, en La Habana,
frente a la casona que es sede de la Unión de Escritores y Artistas, en
una fachada se exhibe una pancarta gráfica con cientos de hombres
vestidos de verde olivo, alineados en formación militar y un veredicto
rotundo en letras negras a dos columnas: La Cuba post Castro.
La propaganda política del régimen trabaja a todo gas. En murales de
escuelas, fábricas, oficinas públicas o en las paredes de un
agromercado, es habitual encontrar el llamado 'Concepto de Revolución de
Fidel Castro' o la repetitiva consigna 'Yo soy Fidel'.
A nueve meses y tres semanas del 24 de febrero de 2018, cuando
presuntamente Raúl Castro Ruz cederá el poder, nada se sabe del
protocolo a seguir para la asunción del próximo gobernante.
Como parte de un cronograma oficial, Mariela Castro Espín, hija del
autócrata, ha concedido un par de entrevistas a la prensa internacional,
asegurando que su padre pretende dejar sus cargos. Afirmó que desconoce
quién lo sucederá en la presidencia y aclaró que no tiene intención de
dedicarse a la política.
Entrelíneas
En un gobierno autoritario que controla el flujo de noticias, hay que
saber leer entrelineas. Un lector se transforma en criptógrafo empírico
a la caza de un dato o una pista.
Aunque la aburrida prensa nacional redacta en español, cuando se leen
sus soporíferos artículos saturados de jergas partidistas y retórica
gastada de la etapa de Guerra Fría, es como descifrar un acertijo chino.
Dentro de esa densa cortina de humo, rodeada de secretismos y misterios,
se puede sacar en limpio que Miguel Díaz-Canel, uno de los dos
vicepresidentes actualmente en funciones, por el kilometraje recorrido
dentro de la isla y la cobertura informativa de primer nivel que está
recibiendo, es el hombre designado por Raúl Castro para regir los
destinos de una Cuba sin el apellido Castro, pero que opta por una
variante inédita de neocastrismo.
Alto, de cabellos grises, Díaz-Canel tiene pinta de un galán de cine en
su ocaso. Gusta a las mujeres, por su parecido con Richard Gere.
Aquéllos que le conocen, dicen que alguna vez fue desenfadado y
ocurrente y que cuando ocupó el cargo de primer secretario del Partido
Comunista (PCC) en Villa Clara, en pleno período especial, se le veía
pedaleando en bicicleta por las calles de la ciudad.
Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez nació el 20 de abril de 1960, en la
finca propiedad de su familia en el poblado de Falcón, en Placetas,
provincia de Villa Clara. Aida, su madre, era maestra, graduada antes de
la llamada revolución, y Miguel, su padre, obrero de una planta mecánica
en Santa Clara. En 2012, el diario La Nueva España reportaba con orgullo
que Díaz-Canel era bisnieto de Ramón Díaz-Canel, un asturiano que a
mediados del siglo XIX emigró a Cuba.
Gran parte de su vida estudiantil la pasó becado, en la Escuela
Secundaria en el Campo Primero de Mayo y en el Preuniversitario en el
Campo Jesús Menéndez, ambos en Santa Clara. En 1982 se graduó como
ingeniero electrónico en la Universidad Central de Las Villas. Su
carrera profesional la inició como oficial del Ejército, las FAR, en una
unidad de defensa antiaérea, donde se mantuvo hasta abril de 1985. Tras
dejar la vida militar, es nombrado profesor en la universidad
villaclareña. Luego es asignado a Nicaragua, donde cumple 'misión
internacionalista', y a su regreso, en 1989, se desempeña como 'cuadro
profesional' provincial de la organización juvenil del PCC, la Unión de
Jóvenes Comunistas.
En 1994 es elegido primer secretario del PCC en Villa Clara y nueve años
después, en 2003, designado para dirigir el Partido en Holguín, una
provincia más compleja que Villa Clara. Según moradores locales, su
labor en Holguín no se puede calificar de relevante. Eso no impidió que
en 2003, a propuesta de Raúl Castro, fuera ascendido a miembro del buró
político del Partido. En aquella oportunidad, Castro II expresó: "Tiene
un alto sentido del trabajo colectivo y de exigencia con los
subordinados, predica con el ejemplo en el afán de superarse
cotidianamente y ha mostrado una sólida firmeza ideológica".
Raúl Castro, una especie de mentor de Díaz-Canel, en mayo de 2009 lo
llama a La Habana y lo nombra ministro de Educación Superior. En marzo
de 2012 termina sus funciones como ministro y releva a José Ramón
Fernández como vicepresidente del Consejo de Ministros a cargo de la
educación, ciencia, cultura y deporte. El 24 de febrero de 2013 es
electo primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros,
sustituyendo a José Ramón Machado Ventura, histórico dirigente
partidista, quien "cedió" su puesto "en favor de la promoción de la
nueva generación".
Tal vez por ser oriundo de un pueblo pequeño -la población de Falcón es
de unos 6.000 habitantes- los que le rodean lo definen como una persona
educada y sencilla, que sabe escuchar a sus interlocutores, aunque para
algunos no tiene suficiente carisma ni personalidad para ser
"presidente" de la república. Pero al menos en fotos y videos, su imagen
se ve distinta a la de esa caterva de funcionarios rancios, que jamás
sonríen en sus apariciones públicas. A diferencia de exdirigentes con
edades aproximadas a la suya, como Carlos Lage, Roberto Robaina y Felipe
Pérez Roque, Díaz Canel siempre se mantuvo distante de los focos
mediáticos, prefiriendo transitar por caminos más intrincados y
anónimos. "No es un nuevo rico ni un candidato improvisado", dijo Raúl
Castro en 2013.
Detalles
Tiene dos hijos de su primer matrimonio. Actualmente está casado con Lis
Cuesta, profesora universitaria a la cual conoció durante su estancia en
Holguín. Una fuente del sector cultural en Santa Clara recuerda que "él
fue quien autorizó al centro nocturno El Mejunje a ofrecer espectáculos
con homosexuales y travestis y la celebración de festivales de música
rock. También permitió un espacio radial, bastante crítico con las
instituciones del Estado, en la emisora provincial". A pesar de su apoyo
a la cultura, es aficionado a los deportes, en particular el baloncesto.
Díaz-Canel no parece ser un estadista de talla ni un gran orador. Su
discurso es lineal, como si estuviera extenuado, sin frases altisonantes
y no es muy dado a las arengas antiimperialistas. Un periodista oficial
señala que "el tipo no es un vómito de perro como Machado Ventura". Y
cuenta que estuvo presente en un acto en la Unión de Periodistas (UPEC),
donde habló Díaz-Canel y sus palabras le dieron sueño, porque "repite la
misma letanía sobre la necesidad de mejorar la prensa. Terminados los
aplausos, las cosas siguen igual. La sensación que tengo es que está
contenido, agazapado, esperando su momento. Es una combinación de
Cantinflas con Forrest Gump".
Perspectivas
Un funcionario de una sede municipal del partido comunista, señala que
"en diciembre de este año, en la sesión plenaria de la Asamblea Nacional
del Poder Popular, se escogerán los candidatos, que serán tres o cuatro,
y de ellos se elegirá al nuevo presidente". Lo que está previsto, apunta
el funcionario, es que por vez primera el pueblo elija a un mandatario
que administrará la nación en los próximos cinco años.
"Eso parece un chiste de mal gusto. Todo el mundo sabe que la lista de
los candidatos la cantan desde arriba y los elegibles pertenecen al
único partido existente en Cuba", aclara un militante que conoce bien
los mecanismos partidistas internos.
Dentro de un sector de la disidencia y en el exilio, algunos piensan que
a última hora, por un asunto de seguridad nacional u otro pretexto, como
la situación en Venezuela, Raúl Castro optaría por gobernar cinco años más.
Tomás Regalado, alcalde de Miami, contaba en una entrevista al diario
español El País, que había apostado dinero con un amigo, pues tiene la
certeza de que Castro II seguirá en el poder. Un historiador jubilado
opina lo contrario: "A Raúl ya se le acabó la cuerda. No es una decisión
porque el general se haya cansado del poder. Simplemente, si se quiere
romper el nudo gordiano del bloqueo, no debe gobernar nadie con el
apellido Castro. Yo creo que Raúl se mantendrá detrás del poder,
dirigiendo las estrategias a seguir. El próximo 3 de junio cumple 86
años y a esa edad, cualquiera, en cualquier momento, puede cantar el
manisero".
Entre los cubanos que desayunan café sin leche el cambio de batón
presidencial no despierta demasiado interés. "La jugada será la misma.
El partido comunista es el que más mea. No creo que haya cambios
importantes. En lo económico quizás se le ponga fin a la doble moneda o
se permitan más cooperativas en el sector del servicio estatal. El guión
no cambiará mucho", asegura el empleado de un centro nocturno habanero.
Un graduado de ciencias políticas es optimista y desea que el relevo
presidencial depare sorpresas. "Es otra generación. Por obligación
piensa diferente. No se olvide el caso de Gorbachov en la antigua URSS,
o de Balaguer, vicepresidente del dictador Trujillo en Dominicana, que
inició el camino a la democracia. Como en Cuba hay tanta simulación, del
hueco que uno menos se imagina, puede salir un reformista".
Para insuflar interés entre los cubanos por la política nacional habrá
que ser muy creativos. Después de casi 60 años de inmovilismo, la gente
mueve los pies por inercia. Por puro automatismo, una mayoría de cubanos
asisten a las convocatorias del Gobierno. Y aunque públicamente no se
manifiestan, en la intimidad confiesan su pesimismo y frustración. Y no
creen que una camada más joven de dirigentes sea capaz de edificar un
sistema político, económico y social, eficiente y próspero.
Un segmento amplio de ciudadanos está cansado de todo y de todos. No
confían en Castro, Díaz-Canel o el que venga. Cambiar el actual estado
de opinión exige estrategias atrevidas y promesas nuevas y convincentes.
Y la propuesta del próximo gobierno es vender más castrismo. Pero sin
los Castro.
Source: Cuba: más castrismo, pero sin los Castro | Cuba -
http://www.diariolasamericas.com/america-latina/cuba-mas-castrismo-pero-los-castro-n4122122
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario