A Mella lo quitaron por feo
La respuesta oficialista al escándalo del Hotel Manzana causa más risa
que enojo
Jueves, mayo 11, 2017 | Ernesto Pérez Chang
LA HABANA, Cuba.- Según lo que se afirma en el artículo publicado en la
edición dominical del periódico Juventud Rebelde, a propósito de la
pregunta "¿Dónde está Mella?", lanzada por el artista Luis Manuel Otero
Alcántara en su más reciente performance, el busto de Julio Antonio
Mella fue retirado del actual Gran Hotel Manzana de Gómez porque "era,
desde lo artístico, una mala pieza".
No ha sorprendido demasiado la respuesta oficialista en un contexto
donde los cuestionamientos que provienen de actitudes disidentes u
opositoras, y que ponen al descubierto la incoherencia discursiva del
actual proyecto socio-económico cubano, suelen recibir ese tipo de
justificaciones que causan más risa que enojo.
Ha sido una respuesta similar, en cuanto a los niveles de absurdo y
desfachatez, a aquella que ofreció la prensa financiada por el gobierno
cubano cuando se le pidió que fabricara una respuesta a la pregunta
sobre la contratación de obreros de la India y Pakistán para la
terminación de ese mismo hotel que no ha dejado de ser foco de polémicas.
Para muchos, el Gran Manzana de Gómez, propiedad de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias y administrado por una de las más lujosas cadenas
hoteleras de Europa, es el ejemplo del camino por donde ha comenzado a
enrumbar esa revolución que prometió convertir los cuarteles en escuelas
y que ha terminado transformando estas últimas en regios monumentos al
glamour y al modo de vida capitalista.
Tanto es así que el viejo y disciplinado columnista de Juventud Rebelde
apela a un argumento estético para intentar zanjar la cuestión. Sin
embargo, en su malaventurado esfuerzo activa otras polémicas y deja sin
respuestas un cúmulo de preguntas que durante décadas han gravitado
sobre las cabezas de los cubanos.
Por ejemplo, si el busto de Mella, colocado en el cruce de galerías de
la Manzana de Gómez por el interés de estudiantes y profesores de las
escuelas que ocuparon el inmueble hasta hace solo unos años, fue
retirado por "feo", ¿entonces se pudiera esperar una acción similar
contra todas esas fotos de los principales dirigentes, murales
sindicales, pancartas partidistas, estatuas y bustos horribles que
colman nuestros entornos pero que, según el propio discurso oficial, no
son colocados en los espacios públicos por decreto sino por voluntad
popular?
¿Habría de esperarse una arremetida contra esos millones de bustos de
Martí, Maceo y demás próceres de la independencia cubana mal esculpidos,
que hoy permanecen desatendidos o emplazados en los lugares más
inapropiados, en edificaciones que para nada, como diría el cronista
dominical de Juventud Rebelde, están ligadas a sus vidas o a su
trayectoria política?
También valdría hacernos la pregunta sobre aquello que pesa más en la
balanza ideológica de ese socialismo que sueña con fortalecerse a costa
de una bacanal de inversiones foráneas que, dada la oportunidad, no
descarta solicitudes de créditos millonarios al Banco Mundial y al Fondo
Monetario Internacional.
Al parecer la opulencia de Armani, Zara, Mango, Chanel, según lo que se
infiere de lo sucedido en el Manzana, ha terminado por imponerse al
otrora "potencial ideológico" de un proyecto social que parece empeñado
en simular una indiscutible derrota.
¿Lo feo y lo pobre, el espontáneo espíritu popular y sus tradiciones han
de terminar relegados frente al avance de esa nueva mentalidad que va
colocando precios en moneda dura, dicen que en virtud de una sociedad
futura donde la única igualdad será la del ciudadano de a pie
contemplando su imagen frente al espejo o la vidriera de una tienda
recaudadora de divisas?
El Mercado de Cuatro Caminos, la plaza de los pobres, en pocos meses
será transformada en un espléndido centro comercial.
Miles de cuarterías que son ruido intolerable en el concierto turístico
de Cuba pasarán a ser hoteles de altos estándares mientras que algunos
de sus pobres, hambrientos y mal vestidos inquilinos tal vez, con algo
de suerte, serán reubicados en esos espantosos edificios del plan de
preuniversitarios en el campo, ahora rehabilitados como viviendas, igual
de espantosas.
Y como colofón de esa vorágine de cambios, al Capitolio, tan capitalista
y tan semejante al de Washington, regresará una Asamblea Nacional para
rodearse no de solares insalubres y centros escolares y mercados donde
prolifera la chusma creada por la política "antiburguesa" de tantos
años, sino de esa gente bien vestida y perfumada que, desde las cálidas
aguas de la piscina del Manzana o del Saratoga, para nada preguntará por
el destino de una fea estatua.
Luis Manuel Otero Alcántara, el artista que lanzó una sencilla pregunta,
la de cualquier vecino del lugar, dice no sentirse respondido, a pesar
de que el periódico del domingo fue, sin dudas, un intento por declarar
"sin lugar" un gesto tan problemático.
"Ese busto, más que ser lindo o ser feo, representaba un héroe, y a los
héroes cada cual lo representa como quiera. (…) Fue puesto allí por
voluntad popular y solo la voluntad popular podía removerlo. La
respuesta es tonta, ingenua, risible", opinó Otero Alcántara.
Sin embargo, nadie, teniendo en cuenta el voluntarismo de los
funcionarios y dirigentes estatales y la falta de consulta popular tanto
para retirar una estatua como para contratar mano de obra foránea,
estará en desacuerdo con el verso de Pablo de la Torriente Brau acuñado
en la primera plana del Juventud Rebelde de este 7 de mayo: "No hay
freno posible a la voluntad que crea", por supuesto que no, mucho menos
si trata de la voluntad de los empresarios cubanos y extranjeros que
construyeron y administrarán el hotel Manzana. Para ellos no hay freno
posible.
Source: A Mella lo quitaron por feo CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/mella-lo-quitaron-por-feo/
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