miércoles, 5 de abril de 2017

Muchos deseos, pocas opciones

Muchos deseos, pocas opciones
4 Abril, 2017 8:57 pm por Martha Beatriz Roque Cabello

Centro Habana, La Habana, Marta Beatriz Roque, (PD) Es muy difícil para
los que estamos involucrados en obtener la libertad de Cuba, dejar de
pensar en el problema circundante. En algunas ocasiones quisiera poder
tener una bola de cristal mágica –que además funcione- para ver el
futuro y conocer cómo, cuándo y quiénes desatarán los acontecimientos
que nos permitan llegar a la democracia, porque lo que no hay ni
siquiera que pronosticar es que esto va a suceder de todas formas.

En mi opinión, se pueden estimar tres posibles sectores de cambio: los
trabajadores por cuenta propia que forman parte de la incipiente
sociedad civil, los opositores y una parte del oficialismo.

Para todos está reciente aún la situación que se presentó con los taxis
particulares, conocidos de forma popular como "almendrones". Una vez que
el régimen quiso controlar –de forma oficial- el precio del pasaje, hubo
una especie de huelga, que en particular paralizó buena parte de la
movilidad en la capital. Los inspectores afloraron a la calle a
reprimir, incautaron autos, pusieron multas; tan solo su presencia ya
era un motivo para que los "taxistas" no salieran a trabajar. Pero
pasado un corto tiempo, abandonaron la escena, la gente seguía pagando
lo que pedía el dueño del vehículo por el viaje y la presión hizo que se
tuviera que admitir que todo siguiera igual.

Este no ha sido el único ejemplo. Hace unos meses atrás, José Ramón
Machado Ventura salió a la palestra pública a "defender" al pueblo por
los excesivos precios de los productos agrícolas. Se pusieron topes y se
hizo un gran movimiento de control, pero el Estado no podía suplir las
necesidades de alimentos y en un abrir y cerrar de ojos, todo volvió a
ser lo mismo.

Se pueden poner otros ejemplos, pero estos son suficientes para indicar
la fuerza que puede tener este grupo social ante el poder del Estado. La
concentración de pequeñas sumas de capital en manos de algunos
cuentapropistas, lo que incluye a los hijos y nietos de la
gerontocracia, hace que algunos productos deficitarios en el mercado
oficial, solo estén en manos de los dueños de negocios de alimentos y
bebidas.

Hay muchas mercancías que escasean en los comercios, pero pudiéramos
citar la carne de res, la malta y la cerveza de producción nacional y
los refrescos, que se venden en el sector privado, como es natural, a
precios altos, ya que estos productos se compran en la red mayorista y
el propio Estado los vende caros. Por ejemplo, una malta marca
"Bucanero" vale 60 centavos en los establecimientos oficiales, pero la
mayoría de las veces no hay, porque cuando la abastecen, los
particulares las compran por grandes cantidades y pagan 1 cuc (25 pesos)
por encima del precio de cada caja, lo que implica que los dependientes
–con salarios muy bajos- hacen negocios con ellos. Si usted quiere tomar
este tipo de malta, solo tiene que ir a un establecimiento privado y
comprarla al precio de 1 cuc cada una.

Si esta fuerza social decidiera en un momento unirse, la presión ante la
dictadura sería mucha, porque cada día se incrementa en cantidad y
capacidad financiera, algo a lo que siempre ha temido mucho la cúpula
gobernante, porque: "dinero es poder".

Sin embargo, los opositores cada día se debilitan más, porque no se
logra ni siquiera la solidaridad entre ellos. Ya no hablo de unidad, el
tiempo ha demostrado que eso es imposible, en toda la extensión de la
palabra. Algunos proyectos han llegado a su fin, ya sea porque se han
ido de forma definitiva sus líderes o porque pasan una parte
considerable del tiempo en el extranjero y no hay dudas de que ser
disidentes y hacer un trabajo sistemático contra la dictadura es tarea
para ejecutar dentro de la isla. Algunos sufren la infiltración de la
policía política y la inteligencia, y han perdido el rumbo. No obstante,
siempre será la punta de lanza en el cambio y un ejemplo para el resto
del pueblo de que se puede enfrentar al sistema, aunque se expíen altas
condenas, sin ser delincuentes, como las han penado y siguen sufriendo
algunos opositores.

Por su parte, el oficialismo es la fuerza de cambio superior. Dentro de
las filas del régimen hay también quienes no están de acuerdo, sobre
todo, con los preparativos de acomodo de la "familia real" para el
cambio. Quizás sin verse tanto como sucedió en Nicaragua, ha habido una
pequeña piñata de repartición de caramelos, convertidos en casas, autos,
cargos, viajes, dinero; en fin, los descendientes del poder, han ido
tomando posesión y van heredando puestos claves en la estructura del
régimen.

No habría que olvidar la forma en que poco a poco se ha ido
militarizando la economía. Altos oficiales de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias y el Ministerio del Interior han colgado sus uniformes
para dedicarse por entero a los negocios y también ¿por qué no? abrirle
su "economía privada" al vástago de la familia.

Siempre que se pueda leer y escuchar entre líneas, se tendrá idea de que
para algunos de los que han participado en esta pesadilla a los más
altos niveles, no todo es color de rosa.

Se puede poner como ejemplo lo que sucedió el pasado 20 de marzo, en el
espacio "En Persona de la Mesa Redonda", con el entrevistado Julio
García Olivera, que fuera compañero de José Antonio Echeverría y miembro
del Directorio Revolucionario. Durante la comparecencia, se pudo
constatar en sus palabras una especie de falta de confianza en lo que
pueda hacer el relevo de la gerontocracia, cuando dijo de forma textual:
"Ahora estamos en una etapa de cambios y la juventud necesita dominar
todas estas experiencias y que tenga claro el problema de la unidad, con
la que hemos derrotado todas las maniobras del enemigo. Si nos dividimos
estamos perdidos en un mundo totalmente contrario a una Revolución
Socialista". Vivo aferrado al concepto de la unidad como el concepto más
importante en el que tiene que reflexionar la juventud. Hay que
interiorizar el problema de la unidad para lo que venga".

Sin sacar de contexto "para lo que venga", puede entenderse que algo se
espera y que no se está preparado para ello, porque la juventud no
domina "la unidad" y tiene que reflexionar e interiorizar este concepto.

La estocada política sigue siendo la misma, las cosas funcionan bien, se
plantean con mucho optimismo, según el Noticiero Nacional de Televisión;
la mayoría de las noticias tienen un "toque de distinción" en el que se
menciona a Fidel Castro, como el que lo creó, lo dirigió, lo alentó,
etc., lo que quizás quiera decir que su hermano le quiere echar a él la
culpa de este desastre en que se ha convertido el país.

Ya se terminó la última consigna inventada: "Yo soy Fidel". Es algo
prohibido sin tener que decir que no lo repitan.

En algún momento, quizás en el menos esperado, tendremos los anuncios de
cambio que todos estamos necesitando y cualquiera de los factores antes
mencionada podrá cooperar para ello, quizás entrelazados uno con otro.
comuni.red.comunitaria@gmail.com; mbrcnuevocorreo@gmail.com, Martha
Beatriz Roque

Source: Muchos deseos, pocas opciones | Primavera Digital -
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