sábado, 8 de abril de 2017

Jóvenes cineastas desafían la historia oficial

Jóvenes cineastas desafían la historia oficial
LUZ ESCOBAR , La Habana | Abril 08, 2017

¿Fueron los hechos tal y como se cuentan en los libros? ¿Es la historia
oficial un reporte de lo que realmente ocurrió? El intento de responder
esas preguntas inspira al documental y los dos cortos de ficción que se
presentaron el miércoles en la sección Moviendo Ideas de la 16 Muestra
Joven del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos
(ICAIC), en La Habana.

Bajo el lema El olvido no existe, los realizadores se acercaron a la
memoria colectiva y familiar para mostrar un punto de vista muchas veces
ignorado por la épica del discurso revolucionario. Las obras hurgan en
esos recuerdos que los cubanos atesoran sobre momentos de la vida
nacional, más allá de los ribetes dorados que la versión institucional
les agregó.

Los desastres económicos, una guerra en un lejano continente y el drama
de la separación familiar tras el exilio, fueron algunos de los temas
abordados por esta nueva generación de realizadores audiovisuales que
muestra un especial interés por mirar hacia el pasado. Hijos del
adoctrinamiento y de los silencios oficiales parecen dispuestos a
arrojar luz sobre las zonas más oscuras de lo sucedido en este medio siglo.

El director Pedro Luis Rodríguez se acerca con el corto Informe personal
a las vísperas de la Ofensiva Revolucionaria de 1968. Un parteaguas para
la vida económica de la nación que trajo profundos efectos en el
comercio, el abastecimiento y hasta en la mentalidad de los nacidos tras
aquel cierre masivo de los negocios privados.

En menos de media hora, Rodríguez muestra los conflictos que vive
Ricardo, un analista de la Junta de Planificación que se dispone a
presentar ante su jefe un informe sobre las consecuencias de la medida
que está a punto de ser tomada. El protagonista defiende su derecho a
participar en las decisiones que se toman en el país o, al menos, a ser
escuchado, pero todo resulta en vano.

Informe personal recoge esa mirada desde abajo sobre un acontecimiento
histórico cuya decisión fue tomada "bien arriba". Una ofensiva de la
cual el Gobierno nunca ha hecho una autocrítica pública, aunque un
cuarto de siglo después autorizó nuevamente al sector privado. Hoy más
de medio millón de trabajadores pujan por mantenerse a pesar de los
férreos límites legales y las dificultades económicas.

En el debate con el público tras la proyección en la sala Chaplin,
Rodríguez reconoció que su película es "un guiño" al actual fenómeno del
trabajo por cuenta propia. Su deseo es que la obra sirva para hacer "una
reflexión sobre este presente" y que se medite "sobre la participación y
la necesidad de ser escuchado y de ser consecuente con uno mismo".

El aluvión de recuerdos y cuestionamientos continuó con el cortometraje
de ficción Taxi, dirigido por Luis Orlando Torres, un material que
aborda otro de los tantos temas apenas tocados al margen de los
encendidos discursos del poder: la guerra en Angola y sus secuelas en la
sociedad, las heridas físicas y mentales que dejó ese conflicto fuera de
las fronteras insulares, son el centro de la trama.

Torres se centró en las afectaciones a las familias y estableció un
paralelismo con las misiones médicas internacionalistas y sus
consecuencias para el hogar. La película desarrolla una historia de
suspenso que comienza cuando un taxista recoge a un pasajero de forma
aparentemente casual. Una breve conversación bastará para poner en tela
de juicio aspectos morales de una guerra que el Gobierno defendió
siempre como un acto de solidaridad.

Por su parte, El hijo del sueño , dirigido por Alejandro Alonso y
filmado en 16 milímetros con una cámara Bolex, revive a través de cartas
y postales familiares los recuerdos del realizador sobre un tío al que
no pudo conocer debido a la separación provocada por el éxodo del
Mariel. El material es fruto de un taller impartido en la Escuela
Internacional de Cine de San Antonio de los Baños por el director
canadiense Philip Hoffman.

Más allá de los valores estéticos y artísticos de cada uno de los
materiales presentados en Moviendo Ideas, salta a la vista que buena
parte del cine joven que se hace en la Isla no está intentando agradar a
las instituciones ni acepta verdades preestablecidas. Es un movimiento
incómodo, irreverente, cuestionador y dispuesto a desmentir una historia
épica que ha sido conformada más con silencios que con verdades.

Source: Jóvenes cineastas desafían la historia oficial -
http://www.14ymedio.com/nacional/Jovenes-cineastas-desafian-historia-oficial-cuba-cine_cubano-icaic_0_2195780406.html

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