sábado, 15 de abril de 2017

El nombre del hombre

El nombre del hombre
DORA AMADOR

Por qué en Génesis, donde se narra la Creación, Dios habla en plural?
"Dijo Dios: 'Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza'… Y a imagen
de Dios los creó: Varón y hembra los creó". (Génesis 1, 26-27). Es
plural porque Dios es tres personas o hipóstasis: Padre, Hijo y Espíritu
Santo. La Trinidad es un dogma central de la fe cristiana, a la vez un
misterio inalcanzable a la razón. Es por medio de la fe que llegamos a ella.

El Nuevo Testamento nos habla de la existencia y poder del Espíritu
Santo. Para hacerlo más "entendible", los teólogos han utilizado
imágenes intentando ilustrar el misterio, por ejemplo: Todo ungido
presupone por lo menos tres elementos: El que unge, el ungido y la
unción. Siendo Jesús el Cristo (es decir, el ungido de Dios), se puede
hacer referencia a tres personas: el que unge: sería Dios Padre; el
ungido sería Dios Hijo; la unción sería Dios Espíritu Santo. Otros
hablan del amor que se tienen, infinita e intensamente, el Padre y el
Hijo, siendo el amor entre ellos, el Espíritu Santo.

Los creyentes a través de los siglos, han ido separando a Jesús del
Cristo. Y qué decir de adorar o tener presente siquiera en nuestas
meditaciones, alabanzas u oración a la Santísima Trinidad.

Hay una diferencia entre Cristo y Jesús: Cristo existe desde antes de la
creación del mundo y no tiene fin. Jesús fue el nombre que tomó Cristo
cuando se hizo hombre. Cuando Jesús resucita vuelve a ser el Cristo
eterno ("Salí del Padre y vine al mundo, de nuevo dejo el mundo y
regreso al Padre" (Evangelio de Juan 16, 28).

"Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la
Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas
fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo
lo que existe. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y
nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo
único, lleno de gracia y de verdad". (Evangelio de Juan 1, 1-3, 14)

En los días primeros del cristianismo, los creyentes en Jesucristo se
vieron forzados a hacer frente a las religiones gnósticas. No las
ignoraron, sino que aceptaron el reto positivamente y aplicaron a Cristo
mismo los términos utilizados para con las divinidades cósmicas. El
ejemplo más claro es el famoso himno a Cristo en la carta de Sn Pablo a
los cristianos de Colosas: "Él [Cristo] es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas
todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, tonos,
dminaciones, pincipados, ptestades; todo fue creado por él y para él. Él
es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también cabeza del
cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los
muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que
residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los
seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre
de su cruz» (Colosenses 1, 15-20)

"Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha
bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y
nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo." (Carta de San
Pablo a los Efesios, 1, 1-12)

"Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos
visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que hemos tocado
con nuestras manos acerca de la Palabra de Vida, es lo que les
anunciamos… La Vida eterna, que existía junto al Padre y se nos ha
manifestado., se lo anunciamos para que vivan en comunión con nosotros.
Les escribimos esto para que nuestra alegría sea completa". (Primera
Carta de San Juan, 1, 1-4)

"Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de
los Profetas, ahora, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de
su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo
el mundo. El es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser. El
sostiene el universo con su Palabra". (Carta de los Hebreos 1, 1-4).

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

No sigamos sacando a Jesús de la Trinidad. Aprendamos a rezarle también
a Ella, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que Cristo resucitado nos dejó
cuando se fue, pero vuelve. Maranatha.

Escritora cubana

@Doramador

Source: El nombre del hombre | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article144743714.html

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